"Terminator". Interesantísima (y rentable) película que, a la postre, acabaría convirtiéndose (casi) en obra de culto. Corría el año 1984 y, dado que podíamos comprobar, de facto, que Orwell "se había quedado corto" a la hora de emplazar nuestro inquietante futuro, ¿qué mejor fecha para seguir posponiéndolo unos cuantos años más, añadiendo para colmo mayores y sofisticadísimas paranoias tecnofóbicas? El caso es que, a día de hoy, me sigue gustando ese halo extraño y un tanto oscuro que supo imprimirle Cameron al filme, influenciado a buen seguro por esa otra película de mayor calado que es "Blade Runner", y al mismo tiempo su (fantásticamente filmada) acción sin tregua. Sé que muchos de vosotros me lapidaréis, pero prefiero ésta a su segunda parte, con lo cual ya adelanto que mi nota para su secuela será menor. Mi nota: 8