5. PUNISHER MAX 4: ARRIBA ES ABAJO Y NEGRO ES BLANCO de Garth Ennis y Leandro Fernández
Antes de entrar a comentar el tomo en cuestión,
reconozco aquí una cierta decepción ante el resultado de mi anterior comentario: pensaba yo que iba a recibir críticas y que se podía armar cierta discusión a partir de esa idea que trataba de defender de un "Frank Castle moralista", pero no ha sido así. Las siguientes lecturas en los arcos de "Los esclavistas" y "Barracuda", debo decir que no han hecho sino reafirmarme esta idea, especialmente en "Los esclavistas", donde el giro del personaje en este sentido es clarísimo. Pero ya cruzaremos ese puente cuando lleguemos.
¡Pedazo de tomo "one more time", oigan! Muy divertido. Tenemos a un Frank Castle desatado, demostrando que no está desconectado del hecho que le hizo nacer como Punisher: el asesinato de su familia. Retomando la subtrama mafiosa del primer arco, "En el principio", tenemos de vuelta al superviviente Nicky Cavella cometiendo el mayor error de su vida, que no es poco decir. Tocarle los cojones "nivel extreme" a Frank no parece la mejor de las ideas, pero Cavella cree que conseguirá algo con ello. Y algo consigue, pero igual no es lo esperado ni para él ni para todos los "mafietis" y delincuentes de la ciudad.
Lo que sí consigue Ennis es transmitirnos un gran retrato del patetismo inherente a estos tipos sin escrúpulos que son los mafiosos, cuya falta de empatía y extrema crueldad no necesariamente son equivalentes a "frialdad" y "cojones", sino a "traumas" y "cobardía". De camino, el autor aprovecha para desarrollar la idea que da nombre al tomo, es decir, cómo lo anormal se puede convertir en lo normal, como lo extremo se puede transformar en algo habitual y mundano cuando tu vida gira entorno a una violencia y sadismo sin límites. Cuando la vida es muerte y la muerte de quienes amenazan la vida supone un canto a la propia vida, arriba se convierte en abajo y lo negro en blanco. Esta idea se introduce a través del personaje de O´Brien, la ex-agente de la CIA aparecida también en "En el principio", en sus diálogos con Castle y estableciendo una relación entre ambos que sirve de cortapisas a un Punisher absolutamente desatado y en modo "arraso con todo" que lo hace muy vulnerable durante buena parte del presente arco. O´Brien tendrá también un papel fundamental en la propia trama del arco, interviniendo en un momento puntual muy importante del mismo, donde la falta de precaución de Castle, debido a un momento de enajenación mental transitoria por los hechos transcurridos, le podría haber conducido a la muerte si no fuese por la ex-agente. Esto humaniza al personaje y nos muestra que sólo la concentración, dedicación y planificación absoluta de todos sus actos posibilita que Punisher pueda llevar a cabo su misión con la efectividad con que lo hace. Quizás esos sean los tres superpoderes reales de Castle: concentración, dedicación y planificación.
A todo este cóctel hay que añadirle el regreso del cabronazo de Rawlins, medio agente secreto-medio "drug dealer" internacional; Teressa, la hermana de ese "hijoputa" rabioso del primer arco llamado Pittsy; y las relaciones de estos con Nicky Cavella. Todos estos elementos en conjunto conforman una trama muy bien hilada, enriquecida por las subtramas, en un arco de gran ritmo y sin concesiones. Ennis se permite el lujo de regalarnos un gran número dedicado en exclusiva a Nicky Cavella, con el que nos permite conocer al "demonio" detrás del no-hombre, al auténtico cabronazo desprovisto de toda humanidad en el que se ha convertido Cavella, incidiendo en los hechos que le han llevado a ser así desde su niñez, y ni por eso se resiente el ritmo de la historia.
A destacar también el hecho de que su Punisher, el de Ennis, conforma un todo y pese a la independencia que parece tener cada tomo, hay una "historia río" que va avanzando de fondo y que tiene su continuidad. La secuenciación de estos arcos argumentales es cronológica, porque Ennis hace que Castle recuerde lo vivido en tramas anteriores y, de hecho, vemos el regreso de personajes de dichas tramas y se dejan sentir las consecuencias de los arcos argumentales pasados en el presente. Los regresos de Nicky Cavella, Rawlins, O´Brien o la aparición de Teressa, la hermana de Pittsy, son buena muestra de ello.
En el apartado gráfico volvemos a tener a Leandro Fernández y, para mi gusto, lo hace mucho mejor que en "Cocina irlandesa". Creo que el entintado y el color, en un cómic de ambientación más oscura, le sientan fenomenal al dibujante argentino. Me sigo quedando con Larosa de los que he visto hasta el momento, por su estilo sucio y cuyo trazo y simplificación de formas en las escenas de acción imprimían un dinamismo que no le veo al dibujo de Leandro Fernández, aunque como digo, la mejora con respecto al primer tomo suyo es sustancial. Otra pega que le veo al dibujo del argentino son los rostros, que a veces se le van y los personajes no quedan bien definidos o directamente me parecen mal dibujados con un resultado final un poco "amateur" o "fanzinero" (esto es una percepción personal, lo sé, pero a veces sus rostros se me asemejan mucho a ese estilo un poco uniformado que tienen muchos dibujantes amateurs, con esos ojos que no están a su distancia de la nariz y esas miradas un poco raras que hacen que le pierdas la identidad al personaje). He visto muchas alabanzas por ahí hacia el trabajo de Leandro Fernández y a mí no me termina de llenar, la verdad (aunque no es malo ni horrible ni muchísimo menos) y sabe narrar, lo que es más importante que dibujar bien para un narrador gráfico. La tinta de Scott Hanna y el color de Dan Brown están espectaculares y elevan la calidad del resultado visual final.
Como valoración general: Un arco muy entretenido e interesante. No es para mí el más entretenido de los que he leído (ese título se lo doy sin dudar a "Madre Rusia") ni el más interesante (para mí, "En el principio"), pero un Punisher que por desatado se humaniza y vuelve vulnerable, se agradece como contrapunto a lo leído hasta el momento. Buenísimos diálogos y tratamiento de personajes, como siempre, y un excepcional ritmo. La trama, tras "Madre Rusia", se queda algo corta de intensidad porque la amenaza baja de escalafón con respecto a dicho arco anterior, pero se iguala con la humanización de un Punisher descentrado e imprudente, que hace que una amenaza menor pueda suponer un gran peligro para él en ese estado. Lo que pierde en intensidad la trama, lo gana en interés el personaje y, en este sentido, este arco argumental profundiza en la personalidad de Castle más que el anterior, ofreciendo nuevos y más numerosos matices que son de agradecer en este retrato que viene haciendo Garth Ennis del personaje.
Ya tengo leídos los dos arcos siguientes, "Los esclavistas" y "Barracuda". Como podéis apreciar, cada vez estoy más enganchado al Punisher de Ennis, porque el ritmo de lectura sube inexorablemente. Se me acumula el trabajo.
Saludetes!!!