Dos pelis me quedan por ahí:
"La fuga de Logan". Sinceramente, ésta es otra de esas pelis (al igual que "El tiempo en sus manos") que veía una y otra vez sin cansarme durante mis años mozos. Sin embargo, más allá de mi particular entusiasmo, es necesario reconocer que el filme de Michael Anderson ha envejecido ciertamente mal en muchísimos aspectos (bueno, siempre y cuando la ingenuidad sea vista aquí como un defecto). De hecho, ésta es una de esas historias que bien podrían prestarse a un lavado de cara y no me extrañaría nada que pronto viéramos anunciada su revisión por parte de la industria hollywoodiense (por ejemplo, "Tron" todavía puede verse en cartel en estos días). Y sería una pena. Me explico: en la línea habitual, es fácil imaginar que nos propondrían un re-make superficial y, a buen seguro, aun cuando mejoraran la estética visual, inferior al original. Pero la idea que hallamos en la base de esta película sí que merecería un revisionado serio, tanto o más como el mensaje que transmite la novela adaptada, a saber: el derecho a la libertad que comparten todos los seres humanos desde su nacimiento y, esencialmente y sobre todo, el de ser libres para amar. Porque es justamente el amor el que guía e impulsa el gesto rebelde de Logan, como es el amor el único gesto humano que puede poner en entredicho el absolutismo lógico de la sociedad tecnológica (siendo una película de factura totalmente diferente, "Lemmy contra Alphaville" (1965), de Jean-Luc Godard, explora esta misma idea y nos sitúa en una sociedad futura en donde el imperio de la lógica ha alcanzado tales cotas que incluso el derramamiento de una simple lágrima provoca una condena a muerte; Y se me viene también a la memoria una historia de rebeldía y amor semejante, aunque opuesta totalmente en su concepción: "La balada de Narayama", filme que cuenta con dos versiones (1958, Keisuke Kinoshita; 1983, Shohei Imamura) y que narra cómo en un remoto pueblo existe una ley que obliga a todo aquel que alcanza los 70 años a abandonar el pueblo para ir a vivir en la cima de la montaña Narayama, sentencia ésta de muerte que sume en la tristeza y la desesperación a las familias afectadas). Bueno, como no tendré tiempo probablemente para volver a verla, me basaré en mis recuerdos infantiles: un 7.
"Pitch Black". No la he visto, y no creo que lo vaya a hacer habiendo tanto mejor donde escoger.