Ayer me terminé el tercer tomito de esta gran serie, y que decir, me ha encantado.
Kirkman es un monstruo, te hace estar enganchado a la historia hasta el final y no deja de sorprendente. Y como no hablar de su tratamiento a los personajes y de la manera de la que los está haciendo evolucionar.
El dibujo totalmente ideal para el aspecto de la obra, y aunque Rathburn no me gusta tanto como el Moore del primer tomo, cumple bastante bien su papel.
Deseoso estoy de leerme el cuarto número de esta recomendable serie, a ver si la próxima vez que pase por la tienda me lo pillo.
Un saludo.