Secret Wars fue un éxito total por la campaña de publicidad y marketing que se llevó a cabo. Además, el concepto de enfrentar a los principales superhéroes con los principales supervillanos de la editorial en un enorme crossover (creo que por entonces ni se conocia esta palabra, al menos en España) siempre es interesante. Y si es en un planeta lejano, y debido a la acción de un ser todopoderoso, pues más todavia. A eso hay que añadir los juguetes y el merchandising. Las ventas subirian como la espuma.
Ahora bien, se trata de una historia simplona a más no poder, y que no destaca ni por su guión ni por su dibujo, EMHO. Cualquier historia medianamente interesante de cualquier personaje la supera con creces. Su mayor interés radica en ver trabajar juntos a muchos superhéroes que nunca antes lo habian hecho (aunque existe un precedente, la miniserie Contest of Champions, mucho más corta, con un guión igual de simple, aunque con un dibujo muy superior -John Romita Jr en sus mejores tiempos-).