Pues el personaje siempre ha sido así, te habrá parecido una mierda desde el principio, entonces... A ver, que sí, que el personaje cambió, pero no puedes escribir las historias de un Spiderman del que todo el mundo -y cuando digo todo el mundo digo todo el mundo- sepa su identidad y pretender que siga teniendo la misma gracia que siempre. Tendrá su gracia, pero será otro punto diferente, y la tendencia en este caso es ser conservador, porque hablamos de personajes que pretenden estar ahí toda la vida. No van a tener un final.
Tarde o temprano tenía que volverse a lo de que la gente normal -los que no son superhéroes- no supieran que Peter Parker es Spiderman. Que la situación del personaje respecto a su identidad cambiara y a la vez se mantuviera -es decir, que la gente normal no supiera de esa dualidad y los superhéroes cercanos sí- podía darse y la gracia seguía estando ahí: el mundo cotidiano de Peter y el heroico de Spiderman deben estar separados. Relacionándose, pero separados.