Gran coloreador de puntitos, ejem... Lo dicho, a los coloreadores clásicos los veo a todos iguales. Bob Sharen tuvo una época, en que junto a Glynis Olivier/Wein se lo repartían todo (o yo les veía en todas partes, que también podría ser). Poco que destacar: hacían lo que se les pedía con los medios que se les daba. El color servía para clarificar el dibujo pero por lo general, no se le prestaba mayor atención.