Buenas R.I.P.
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Friends (temporadas 1-5): A partir del episodio en que la relación de Monica y Chandler se hace oficial, la serie empieza a irse al garete. Eso sucede en la quinta temporada. La sexta temporada y siguientes son bastante prescindibles, a pesar de algunos buenos momentos o algún capítulo rescatable, en especial de Ross, el único personaje que se mantiene casi hasta el final y que incluso mejora con el devenir de la serie. Las temporadas octava, novena y décima, son directamente bochornosas.
The Simpsons (temporadas 1-9, sin discusión; temporada 10, con alguna ínfima reserva; temporadas 11-13, irregulares pero aún valiosas) : La serie empieza a perder fuelle en la décima temporada, pero las colosales nueve primeras temporadas la subieron tan alto, que tarda bastante en desplomarse. Por el contrario, Friends nunca fue gran cosa, por lo que su decadencia fue inmediata aunque, paradójicamente, pueda pasar más inadvertida.
The Simpsons sufre varios problemas paralelos:
1. Pérdida de calidad intrínseca*. En todas las temporadas, incluso en las mejores, hay capítulos flojos, pero esto se combinará con los siguientes factores:
2. Descaracterización de los personajes. Algunos como el señor Burns o Lisa sufrirán tanto este problema que serán directamente irreconocibles.
3. Estandarización de su crítica al sistema establecido. The Simpsons pasan a ser el sistema.
4. Infantilización de sus argumentos para ponerse a la altura de sus competidores, "Family guy", principalmente, pero sin llegar a adoptar nunca los aciertos de esta serie ni sus salvajadas.
5. Aumento significativo de momentos desagradables. El trasero enorme de Homer, un dedo seccionado, una moneda clavada en el cerebro, un ojo atenazado por un muelle. Pérdida de sutilidad.
6. Cambios en las voces de los personajes. Ya sea en USA (fallecimiento del actor que doblaba a Troy Mclure y Lionel Hutz, ocasionando la inmediata desaparición de los personajes; salida de la serie de la actriz que doblaba a Maude Flanders, ocasionando la inmediata desaparición del personaje) como en España o México.
7. La serie deja de hablar del estilo de vida americano u occidental. Deja de parodiar la realidad. Se convierte en su propia serie tributo. The Simpsons habla de The Simpsons. Los personajes dejan de abrazar estereotipos reales. Se convierten en tópicos.
8. La serie ya no habla de Bart o de Homer. Se convierte en Las aventuras de la família Simpson.
9. En consecuencia, los capítulos dejan de tener dos o hasta tres ingeniosas tramas distintas, norma habitual en sus años de gloria, y pasan a tener una sola trama más o menos decente o, habitualmente tener muy buenos inicios para acabar de forma mediocre por no saber sacar partido a las premisas. A partir de cierto momento, ni una cosa ni la otra.
10. Abuso de los cameos gratuitos hasta proporciones realmente vomitivas. La serie pasa a ser un desfile de famoseo y farándula interminable. Siempre había habido cameos, pero se usaron de forma inteligente y medida. En este sentido, el capítulo en el que viajan a Inglaterra es vergonzoso.
11. Se pierden las dobles lecturas en los capítulos. Lo que se ve, es lo que hay. Se empiezan a subrayar irritantemente los chistes, homenajes y chascarrillos.
12. Fagocitación nada brillante de argumentos previos. El abuelo se enamora, vuelve el Actor Secundario Bob, otro capítulo sobre Krusty...
13. Viendo los homenajes y tributos de las primeras temporadas se advierte una cultura literaria, cinematográfica, musical, teatral... bestial. A partir de cierto momento la serie para empeñada en estar a la última y parodiar cualquier moda, con el afán de no parecer desafasada, lo que paradójicamente le ancla a la actualidad y le resta universalidad y permanencia en el tiempo.
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Hasta la temporada 9. Colosales. En esa temporada todavía se encuentra alguno de los mejores capítulos de la serie en toda su Historia ("La alegría de la secta"). La caracterización de los personajes es excelente. Inteligentes, incisivos y originales.
-Temporada 10. Algo empieza a fallar, siguen habiendo capítulos bastante buenos combinados con otros muy mediocres, por ejemplo "Domingo, Horrible Domingo", "Cuando Criticas A Una Estrella". Ejemplo paradigmático: "Treinta Minutos Sobre Tokio". Aún así, la temporada es más que notable. Si hubieran terminado la serie aquí, difícilmente se advertiría el leve descenso de calidad.
-Temporada 11. Algunos capítulos siguen con la buena inercia pero otros son irritantemente malos. "Llévate a mi mujer, sinvergüenza". "Mata al cocodrilo y corre" o "Jinetes galácticos" son insólitamente flojos. Un ejemplo paradigmático: "Solito otra vez, naturalmente". Pero en España continúa el doblaje de siempre y siguen habiendo buenos capítulos, aunque menos que en la temporada 10, lo que disimula un poco las carencias de la temporada.
-Temporada 12. A estas alturas algunos personajes ya han perdido la caracterización que se fraguó durante años. Otros personajes seguirán su destino en las dos siguientes temporadas. Los capítulos difícilmente admiten segundas lecturas. Otro ejemplo paradigmático: "Homer contra la dignidad". Con todo, sigue habiendo episodios decentes.
-Temporada 13. Pese a todos los problemas, la serie aguanta. Su último capítulo escenifica el último episodio de la serie que realmente me gusta, "Papá tiene una placa nueva". Aquí, la mayoría de personajes ya han perdido su caracterización. Los que aguantan correrán ese mismo destino en las siguientes temporadas. Ejemplo paradigmático: "Tú al correccional y yo a la cárcel"
Temporadas 14 y siguientes. Se completa la metamorfosis de la serie más ingeniosa de la Historia de la televisión en la vergüenza actual. Plana, repetitiva, previsible, traidora. Un dinosaurio muerto en vida y construído con billetes de dólar. Debieron dejarla morir hace muchos años.
saludos