Oficinas de Marvel.
Joe Quesada saborea una gran empanada que le ha envíado un fan de One More Day. Mientras mastica un nuevo bocado, recuerda que tiene algo que hacer. Rápidamente, pulsa un botón que hay en su mesa con su grasiento dedo índice.
-Filiberta, ¿puede venir con el correo de la semana?
La atractiva secretaría de Joe entra en el despacho. Carga con una saca llena de cartas y paquetes.
-Aquí tiene, señor - dice mientras la deposita en el suelo.
-Genial, genial. ¿Qué tenemos por ahí?
-Pues otra empanada de un fan de One More Day que hace tic-tac, un calendario para Joss Whedon, la prótesis de muñeca para Bendis, una postal de Stan Lee desde la mansión Playboy... y una carta de UM.
-¿Cómo? ¡Tjo, tjo! - ante la sorpresa, el orondo editor casi se atraganta.
-Sí, señor. Una carta de... UM.
-Déjela ahí. Y váyase. Gracias.
Una vez Filiberta vuelve a sus quehaceres fuera del despacho, Joe abre la carta mientras el sudor recorre su frente. Recuerda entonces que deben llamar a alguien que arregle el aire acondicionado.
Con respiración profunda, lee lo que pone:
"Estimado Joe,
hace ya tiempo que acabó el torneo de Daredevil, ese acontecimiento que se desarrolló en nuestro foro y que tuvo en vilo a todo el planeta, y aún no te has dignado en publicar el cómic que ha de presentar cómo fue el gran duelo final. Esperamos que leer esta misiva te refresque la memoria y puedas ponerte a ello cuanto antes.
Atentamente, UM"Ante semjante sugerencia-orden, Joe se levanta ipso facto de su silla y se dispone a salir. Entonces recuerda que el teléfono está en su mesa, y se vuelve a sentar.
-Rápido, Filiberta. Necesito a los primeros autores que estén disponibles. ¿Qué tenemos? ¿Bendis, Brubaker, Strackws... Strackzids... el de Thor, Loeb, un guionista de Los Serrano?
-No hay nadie, señor. Están en la Comic Con.
-Entonces este es un trabajo para... ¡Joe Mismo! ¿Lo has pillado, Filiberta? Joe es como "Yo". Joe mismo, Yo mismo...
-...
-¿Filiberta?
Meses después.
-Ya te he alcanzado, Bullseye.
-Cago en tó... me he pasado todo el torneo mirando y ahora estoy fondón. Ay, mis riñones, cómo me duelen...
-A mí no me engañas, te estás rascando la carbonera. Estás enfermo.
-Yo al menos no parezco un mono. Deja de poner esos morros de macaco.
-Yo no tengo la culpa. Me dibujan así. Pero tú ahora pagarás por lo que le hiciste a mi padre en nuestro primer encuentro.
-¿Cómor?
-Sí, aún recuerdo cómo perseguiste a mi padre tras un combate. Menos mal que Estela Plateada pasaba por allí y pude llegar a tiempo dónde estabas sobre su tabla.
-Esto... Daredevil, majo, tu padre y yo nunca...
-No me engañarás, Bullseye. Sé perfectamente que el Merodedador Enmascarado te envió tras él.
-¿El Merodeador Enmascarado? ¿Estela Plateada? Todos ellos aparecieron después de que tu padre...
-No le menciones. Por suerte, en aquella época ya había cambiado mi traje rojo por el amarillo y...
-¿Traje... amarillo? ¿Es que quieres volverme loco cambiando la historia?
-Nadie cambia la historia, Bullseye. Yo fui el primer enmascarado de la ciudad, cuando salvé a mi padre de tí, inspiré a Reed Richards y su equipo para viajar al espacio, Tony Stark siguió mi ejemplo para...
-¡Basta, diablo!
-Negando la verdad no conseguirás nada, Bullseye. Tus trucos no sirven de nada desde que ganaste a Elektra en aquella azotea jugando a la brisca.
-Yo... gané a Elektra... pero... basta...
-Te creía un rival mejor, Bullseye. Mírate, arrodillado y mascullando incoherencias que nunca han ocurrido. Ahora, me voy. ¡Arriba, arriba y a volar!
Mientras Daredevil echa a volar como ha hecho tantas otras veces, Bullseye queda arrodillado en esa azotea, completamente derrotado.
Gracias por participar en este torneo, y por la paciencia aguantando la llegada de esta conclusión del mismo. El relato, cómo no, va dedicado a todos los amantes de la continuidad Marvel. Seguid vigilando los celos... digo, los cielos.
