En mi opinión, mejora a partir del séptimo volumen, cuando se ve que empieza a dejarse de explicaciones sobre el mundo mágico (que son necesarias, claro, pero que tienen que venir de forma "natural", y no meterlo con calzador como estaba haciendo), y a profundizar en los personajes y en la historia personal de cada uno. Recuerda inevitablemente a One Piece (por el estilo de dibujo, un poco más simplista el de esta autor, comparado con Oda; con magos, en vez de piratas), y a Rave, su anterior gran obra (porque este autor no para: también ha adaptado el juego Monster Hunter al manga.... )