Mis votos. Bueno, quince opciones me parecen muchas para votar, pero no porque sean muchas, sino porque al final he acabado incluyendo tomos de un nivel muy similar a otros que no he votado y sin que se me ocurran muchas razones para haberlo hecho así. Pero bueno, al final hay que elegir a tantos que seguramente en algunos casos no he acabado siendo muy justo.
1º-
Spiderman: Vuelta a Casa. Pues le he votado porque después de mucho tiempo de vivir bajo mínimos, todos los seguidores de Spidey pudieron por fin volver a respirar un poco gracias a Strac y sobre todo a Romita Jr, que para mi gusto hizo que todo resultase mejor y mucho más fluido que si hubiera habido otro dibujante a cargo de esta nueva etapa y de estas primeras apariciones de Ezequiel y Morlun en los actuales mitos de Spidey. Mención especial para el último número de este tomo, el de Peter Parker y Tía May, posiblemente uno de los mejores números que escribió Strac para esta serie.
2º-
Capitán América: La Leyenda Viviente. Roger Stern y John Byrne, palabras mayores de la Marvel de los 80. Un recopilatorio que recoge íntegramente la estancia de ambos autores en la serie, una estancia corta pero intensa que da una idea de lo que hubieran podido hacer en ella de no cruzarse en su camino las cuestiones económicas en relación a aquella prima/bonus que les quería levantar Salicrup y las políticas editoriales puntuales de Jim Shooter que les impidieron llevar a cabo aquella saga de Cráneo Rojo que tenían pensada. En todo caso, aquellos nueve números les sirvieron para fijar de una manera definitiva lo que creo que muchos consideramos como el canon histórico del Capi y para traer de nuevo a escena una parte de su pasado que a mí personalmente me encanta, que es la relacionada con los Invasores y su papel en la II Guerra Mundial.
3º-
Patrulla X: La Saga de Fénix Oscura. De nuevo John Byrne, esta vez con Claremont, dos autores que, en mi caso, me enseñaron una nueva manera de leer los tebeos Marvel y que creo que no volví a ver hasta que Miller me enseñase unos años después cómo debían leerse los tebeos de Daredevil. Imprescindible para cualquier seguidor de la Patrulla X. Creando mitos como Lobezno y Jean Grey cuando la manera de hacer tebeos era más autorial que industrial. No sé que tal se leerá aisladamente fuera del contexto que le precedió, me imagino que bien, pero en cualquier caso éste fue su punto culminante en la serie y desde mi punto de vista, una saga que resulta ineludible publicar en cualquier coleccionable que tenga una mínima aspiración a recoger buenos momentos de la historia de los comics Marvel.
4º-
Iron Man: la 2ª Guerra de las Armaduras. Pues otra vez John Byrne, aunque esta vez de guionista. Supongo que debe ser una casualidad motivada por el orden de publicación. Da igual. Por muy irregular que me parezca Byrne como guionista, tengo que reconocer que esta vez no sólo me gustó sino que además hizo un lujo de equipo con Romita Jr, que en estos años estaba inmenso, sobre todo en Daredevil. Se nota además que los dos trabajaron muy a gusto juntos, especialmente Byrne, que se acabó quedando en la serie más de lo que tenía previsto a causa de la buena resaca que le dejaron estos números con Romita. Aparte, para ser una saga tan accidental, en cuanto que Byrne y Romita tuvieron que adaptarse al anunciado y preestablecido título de una saga que no era suya, sino que la iba a hacer Bob Layton, que dejó a todo el mundo colgado con su marcha a Valiant, pues me parece una saga que funciona perfectamente, al plantear un Stark en guerra consigo mismo para controlar su propio cuerpo y utilizando por primera vez aquella armadura de telepresencia, el antecedente de todas las armaduras controladas a distancia que vinieron después.
5º-
Los Vengadores: Zona Roja. No es que sean los Vengadores que más me gustan, pero sí que me gusta Olivier Coipel y se da la circunstancia personal de que lo descubrí con esta saga, por lo que siempre me la acabo leyendo con muy buenos ojos. Además está Johns, que también me gusta. Lo que no me gusta mucho es el rollo de los Vengadores con la ONU porque nunca me ha convencido, pero sin embargo el rollo conspiranoico que sostiene la trama está bien, el regreso de Gyrich a la serie y su historia con el Halcón traídos desde los setenta, también. Lo del anagrama de Dell Rusk me parece meritorio porque en mi caso no lo pillé hasta que lo acabó revelando la propia historia. Y me pareció otro buen punto, además, porque si no recuerdo mal esta fue su primera aparición como villano principal y en solitario dentro de los Vengadores, que ya tocaba, por cierto.
Lo que creo que no se pilla bien, al recopilar esta historia aislada del crossover Calma Tensa, es la desintegración que están sufriendo los Vengadores entre Thor, el Hombre de Hierro y el Capi, a lo que se van sumando las rencillas entre Stark y Pantera, las disputas entre los dos nuevos miembros recién llegados, la salida de Carol Danvers al final de Zona Roja... La verdad me hubiera gustado que Johns se hubiese quedado más tiempo en Marvel y en los Vengadores para ver adónde conducía todo esto, pero me temo que no fue una buena época en lo que a la estabilidad de la serie se refiere.
6º-
4F: Vuelta a los Orígenes. Vale, pues esta vez no es todo John Byrne, sino que el entintador al principio era ni más ni menos que Bjorn Heyn... Bueno, va. Ya sé que como excusa suena lamentable y es tan indocumentada que la hubiera firmado el propio Bendis, pero sed un poco generosos, coño, que como chiste graciosillo no queda tan mal.
Pues eso: Back to the Basics. Los 4F no habían visto un periodo tan grandioso desde que se fue Kirby, y este sería el principio de todo eso que vendría a continuación. De todas formas, al no tener esta etapa de Byrne ninguna continuidad dentro de este coleccionable, todo lo mejor, que fue lo que vino después, se quedó fuera. De hecho, si se hubiera publicado algo de lo que vino después, sería lo que hubiese votado antes de este comienzo, pero… Una verdadera lástima. En fin, espero que lo hayan reeditado después, en otra parte.
7º-
Spiderman: la Muerte de los Stacy. No me gustan nada estos popurrís de historias publicadas con treinta años de diferencia entre sí, y he tenido muchas dudas a la hora de votar éste tomo. Al final, he decidido usar el sentido común y elegir estas historias setenteras tan fundamentales para los mitos de Spidey antes que otras. Además Lee Weeks me gusta, y ese ejercicio de retrocontinuidad que supuso Muerte y Destino no me pareció nada mal en el momento en que se publicó y leído en su contexto editorial, el de aquel Spiderman de principios de la década de los 2000. Mezclado en un mismo tomo con las muertes de Gwen y el Capitán Stacy… pues bueno, la verdad, prefiero no haberlo leído nunca todo junto porque no sé si me hubiera acabado de gustar. Por lo demás, nunca he tenido muy claro si me impactó más la muerte de Gwen, la del Duendecillo Verde, que era como se le llamaba en aquella época, o la consagración de MJ en la vida de Peter Parker que tuvo lugar en la última página de esta historia. Y con todo, lo que más me gustó fue enterarme de las excusas que se fue marcando Stan Lee para quitarse de en medio y hacer como que se enteró demasiado tarde, cuando ya no había remedio, lo que en mi opinión, no se lo cree ni él.
8º-
Marvels: La Era de los Prodigios. Pues me parece que en este caso concreto sobra cualquier comentario. Una obra maestra en todos los sentidos. Un tributo a la creación del Universo Marvel que deja bastante en ridículo toda la propaganda que circula en internet sobre lo nefastos que fueron los años 90 para los comics Marvel. Un clásico que bebe de los clásicos y que creo que demostró que para hacer algo nuevo no hacía falta renunciar a lo viejo, sino saber adaptarlo a los tiempos que corren. Y desde luego, gráficamente es sencillamente espectacular. Alex Ross hizo aquí el trabajo de su vida, portadas incluidas. Si la gente quería un mayor sentido de la realidad en los comics Marvel, aquí tuvieron más de dos tazas.
9º-
Lobezno: Origen. Seguramente uno de los comics Marvel más esperados de todos los tiempos. Dadas las expectativas creadas a lo largo de más de 25 años, tenía todas las papeletas para defraudar al fandom, y no sólo no lo hizo, sino que incluso recibió muy buenas críticas. Extraordinario trabajo de Andy Kubert, otro de los dibujantes surgidos en esos llamados nefastos años 90, con el guionista Paul Jenkins tomando prestados algunos elementos de su infancia para hacer un James Howlett de carne y hueso, y el colorista Richard Isanove dando un color en ocasiones precioso a los lápices en bruto de Kubert. Y sí, esta es una historia montada por Jemas y Quesada para salvar el déficit presupuestario que Marvel tenía a principios de la década del 2000, con lo que no hay mal que por bien no venga.
10º-
Patrulla X: Graduación. Un Neal Adams en su cúspide en los años 60 y en el que seguramente fue su mejor trabajo para Marvel. Por muchos años que hayan pasado, su recreación del templo de Abu Simbel me parece una maravilla, su versión de los Centinelas, la definitiva; por no hablar de su sencillo diseño del uniforme y la novedosa manera de desarrollar gráficamente la puesta en escena de los poderes de Kaos, con toda esa serie ondas concéntricas surgiendo de él. Por otra parte, Roy Thomas bebiendo de la creatividad de Adams y poniendo de pie por primera vez a los mejores elementos alrededor de los X-Men: Magneto, los Centinelas o la Tierra Salvaje, y añadiendo además otros nuevos de su propia cosecha, como los mutados de la Tierra Salvaje o Fuego Solar, destinados a convertirse con el paso de los años en elementos clásicos y muy reconocibles de la serie. Echando la vista atrás, resulta curioso ver que Claremont fue de los pocos que vio el potencial de todo este entramado de escenarios, historias y personajes creado por Adams y Thomas, algo que los ciegos de su época no fueron capaces de ver y llevaron a esta serie a una de las cancelaciones más injustas que tengo el disgusto de recordar en los tebeos Marvel.
11º-
Vengadores: Asalto a la Mansión. Roger Stern, John Buscema y Tom Palmer, palabras mayores en los Vengadores, en los comics Marvel, y exagerando un poco, yo diría que hasta en el cómic norteamericano. Es posible que Roger Stern esté hoy un poco infravalorado en su propio país, pero lo cierto es que en estos años Stern tenía una soltura y un manejo de cualquiera de los personajes de la editorial que más de uno quisiéramos ver hoy en día en otros escritores que trabajan actualmente en Marvel. Ese manejo de los personajes, a la hora de caracterizarlos, es lo que para mi gusto hizo que esta saga sea argumentalmente tan destacable: Zemo, Karla Sofen, Mr. Hyde, un tío desconocido como Apagón, Crusher Creel, los cabrones de la Brigada de Demolición, el Capi llorando al ver esa fotografía rota, la paliza a Jarvis, a Hércules, el regreso de Thor, la reconquista de la mansión, el combate final entre Zemo y el Capi... Este es un trabajo editorial de primera magnitud en materia de caracterización, donde cada personaje habla por su propia voz y no por la del escritor de turno, narrado sin concesiones a la galería por parte de John Buscema y dotado de ese sentido de grandeza que proporcionaba Tom Palmer cada vez que aparecía dentro de los Vengadores. Personalmente opino que si a muchos nos gusta seguir leyendo tebeos después de tantos años, no es porque sean obras maestras, sino por las ganas que nos dejan de seguir leyendo más tebeos.
12º-
Capitán América: el Proyecto Marvels. Uno de los claros ejemplos de retrocontinuidad de la Marvel actual a cargo de dos de los mejores artistas que en estos últimos años han trabajado para la Marvel, Ed Brubaker y Steve Epting. Salvo muy contadas excepciones, la retrocontinuidad no es santo de mi devoción, pero en este caso se da la circunstancia de que la práctica totalidad del Universo Marvel de la II Guerra Mundial es en sí mismo fruto de la propia retrocontinuidad (empezando con los propios Invasores de Roy Thomas, sin ir más lejos) por lo que todas estas historias ambientadas en la época de la vieja Timely nunca me han parecido excesivamente forzadas mientras no se aparten mucho de la lógica y de ese sentido común que tiene la continuidad bien entendida. Tiene, en mi opinión, algún que otro error más o menos grueso con alguno de los personajes que aparecen en la trama, pero Brubaker siempre sabe hilvanar muy bien sus historias, haciéndolas muy sólidas argumentalmente hablando, y Epting me parece además un grandísimo dibujante, en este caso concreto, lo mejor del tebeo.
13º-
4F: Impensable. La mejor saga de Waid y Ringo en su, por otra parte, muy buena etapa en los 4F. Waid empezó un poco dubitativo con Sentiente (Imaginautas), pero cuando empieza Impensable y la enlaza con la Quinta Rueda, Acción de Autoridad y el Más Allá, el resultado fue una de las mejores etapas en la historia en viñetas de los 4F que yo recuerdo, aunque desgraciadamente pocos se dieran cuenta de ello debido a esa ausencia de interés que los 4F despiertan en los aficionados de los comics Marvel de nuestro tiempo. El Dr. Muerte siempre ha sido un villano muy peculiar por esa capacidad de combinar la ciencia con la brujería, pero esta última faceta siempre había quedado bastante relegada en favor de la primera, hasta que llegó Waid e hizo que el Dr. Muerte hiciera lo impensable y atacase a los 4F en su mismo corazón a través de los niños, utilizando a la pequeña Valeria como médium y desterrando a Franklin a un demoniaco inframundo, desafiando a su familia para que lo sacase de allí. A mí la saga me encantó, con sus posteriores repercusiones para Reed Richards y la propia Latveria. Una lástima que Panini, por lo que he estado viendo, no continuase la saga con un último recopilatorio que la hubiera llevado hasta su final.
14º-
Daredevil: María Tifoidea. Estoy muy de acuerdo con dos cosas que he leído a los compañeros del foro: que éste es uno de los mejores tomos de la línea y que esta saga vino a demostrar que había vida en DD más allá de Miller, y me gustaría añadir que no sólo por parte de Ann Nocenti, sino por parte de un Romita Jr en sus mejores años como dibujante, aquí además entintado por uno de los mejores amigos de su padre, el maestro Al Williamson, que se tomó aquel trabajo casi como una muestra de cariño familiar hacia aquel chaval al que había visto crecer desde que le llegaba a la altura de las rodillas, y con el que luego repetiría en aquella otra obra maestra del cómic de superhéroes, pero sin disfraces de superhéroes, que fue el Hombre sin Miedo.
Con todo, aunque lo que más valoro de este tomo es el trabajo de Romita Jr, el de Nocenti me parece más que destacable en esta saga. Ann Nocenti era una escritora con una ideología política de izquierdas muy definida y públicamente reconocida. La mayoría de los temas que trató en su Daredevil reflejaban unos guiones de clara concienciación social abordados desde la óptica de la izquierda estadounidense. Y en este sentido, la trama de los vertidos le funcionó perfectamente para proporcionar un nuevo enfrentamiento entre Kingpin y Daredevil, y sobre todo para introducir en la ecuación a María Tifoidea, de lejos su mejor creación, que si bien en un primer momento pudiera haberse tomado como una mera imitación de Elektra, nada más lejos de la realidad. María Tifoidea no era ninguna imitación más o menos afortunada del personaje de Miller, sino que tenía una (doble) personalidad mucho más rebelde y enloquecida que Elektra, y era además claramente una psicópata, algo que no era en ningún caso la asesina griega. De hecho, si Tifoidea se parecía a alguien, resultaba mucho más parecida a Bullseye que a Elektra. Y además, mucho más inteligente, porque el plan con el que machaca completamente y sin compasión a Daredevil, tanto física como moralmente, en esta saga, resulta ser tan brillante como letal.
15º-
Vengadores: Año Uno. He preferido votar este tomo en vez de otros porque creo que soy el único usuario de este foro al que le gusta Scott Kolins como dibujante y me gusta hacerle una pequeña reivindicación de vez en cuando. Coñas aparte, lo que me gustó de esta serie limitada fue el homenaje que suponía a los primeros tiempos de los Vengadores en un momento editorial en el que Bendis se los acababa de cepillar sin demasiados escrúpulos con vistas al posterior relanzamiento de los Nuevos Vengadores. Aunque a primera vista pudiera parecer un nuevo ejercicio de retrocontinuidad, lo cierto es que no alteraba prácticamente en nada a aquellos primeros días de los Vengadores de Lee y Kirby, sino que mostraba con profundidad de detalles lo que había sucedido entre bastidores durante aquellos días, básicamente todas ellas sabidas por cualquier buen seguidor del grupo, pero que nunca se habían visto cómo habían tenido lugar.
Y por último, mención especial para dos tomos que me parecen a la misma altura que bastantes de los que he votado:
Iron Man: la Semilla del Dragón de Byrne y Ryan, y el
Lobezno: Vida y Muerte en Madripur de Claremont y Buscema. Y ya puestos, en el extremo opuesto, uno de los que más me ha chocado es el recopilatorio del Spiderman de Frank Miller, que personalmente hubiera dedicado por entero al
Peter Parker de Bill Mantlo de esos números con los que concluye el tomo, puesto que no se me ocurre ningún criterio válido para dejar fuera de cualquier tomo recopilatorio de este estilo a la magnífica saga de Carroña, que hubiera sido un magnífico final a la estupenda “El ciego guiando al ciego”, en lugar de meter esos millers de medio pelo del MTU.