Pues curiosamente leyendo los correos y artículos del tomo 8 de la biblioteca Espada Salvaje me entero que a Buscema SÍ le gustaba el entintado de DeZúñiga, al contrario que el de Alcalá.
Curioso, porque De Zúñiga cambia más el estilo de Buscema. Sólo hay que comparar las caras de Conan entintadas por Alcalá y las entintadas por DeZúñiga. Alcalá añadía, DeZúñiga cambiaba. Bajo la montonera de rayas de Alcalá se siguen reconociendo perfectamente los trazos de Buscema que le hacen de base tal y como Buscema los trazó. Con DeZúñiga mucho menos.
Y no es una crítica a DeZúñiga. Simplemente sorpresa de que a Buscema le guste mientras que aborrecía a Alcalá.
Es cierto que a día de hoy yo también prefiero a DeZúñiga. Tiene un estilo más moderno (el arte de Alcalá parece del siglo XIX) e imprime una narrativa más agil a los dibujos, no llena todo, sabe alternar vacíos con zonas detalladas y eso hace que los ojos se deslicen de manera más rápida y ágil por la acción de las viñetas. Con Alcalá no puedes evitar quedarte contemplando embobado esa cantidad de trabajo, lo que ralentiza la lectura.
Pero vamos, que de Alcalá me fascina como su barroquismo no es el típico que tapa defectos. Al contrario cada línea está trazada con delicadeza oriental (especialmente las de pincel) y consigue gran frescura en el trazo a pesar del abigarramiento. Es una absoluta maravilla también.
Es curioso también como, siendo enormes dibujantes, su arte luce mejor combinado con el de Buscema. En ese mismo tomo 8 hay un frontispicio dibujado por Rudy Nebres, en el que se puede apreciar su técnica suprema con el pincel, pero su Conan no es nuestro Conan, pide a gritos una base Buscemaniana.