Este año les habían proporcionado a los organizadores muchos más metros para cada una de las áreas del festival. Adivina como han aprovechado ese espacio: retirando algunos stands de merchandising, añadiendo chorrocientas mesas para los que quieran comer en los chorrocientos restaurantes que han añadido este año, retirando algunos stands consoleros, añadiendo muchísimos ordenadores para que los niños rata incondicionales de Willyrex puedan jugar al Call of Duty.
En fin, creo que el año que viene invertiré mi dinero en el de Jerez hasta que alguien me vuelva a recomendar el Mangafest.