Oficialmente, ya estamos en Semana Santa
Hoy, nuestro Señor Jesucristo y un puñado de sus seguidores llegan a las puertas de una Jerusalem decadente, corrupta y ocupada por los extranjeros latinos. Es imperativo que su llegada y su dogma hagan mella entre sus habitantes para así devolverla a los gloriosos tiempos del rey Salomon.
Pero algo va mal. Dios Todopoderoso en la Tierra sólo se conforma con predicar paz y amor, insultar a sacerdotes farisáicos o a lo sumo, echar a palos a mercaderes capaces de profanar el más sagrado de los templos. Mezclarse con los mortales tiene efectos adversos, y por ello esta nueva Babilonia necesita un remedio más directo y eficaz, donde no falte una buena espada allá donde fallan el amor y la compasión hacia aquellos que están más allá de toda redención. No basta con curar a los ciegos sino también hacerles ver incluso si éstos se niegan.
Quien esté dispuesto a llevar sacra tárea, deberá saber infundar el temor en los corazones de todos los hombres y, por supuesto, tener una indumentaria a juego
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Día 29: Azrael