Pues leído ya el tomo de La caída de los Mutantes de la Patrulla, la colección sigue a un gran nivel.
La refriega con los Merodeadores en el rescate de Madeleine al comienzo del tomo, quizá no tenga la épica que requeriría el segundo enfrentamiento contra los villanos de La masacre, pero a mi me parece una delicia.
La trama de Tormenta para recuperar sus poderes nunca me triunfó demasiado, con ese aburridillo periplo con Naze, pero La caída de los mutantes está bien, aunque hay algunos detalles como el villano elegido, el deus ex-machina final o que Silvestri dibuje siempre los personajes tan pequeñitos que hace que siempre me dé la sensación de quedarse un escalón por debajo de la épica que se le presupone, pero insisto que está bien.
Los dos fill ins de Leonardi- el de Lobezno/Dazzler con guión de Tom DesFalco y el de Coloso-Illiana son con toda seguridad lo más flojo del tomo. Entremedias está el episodio de los Cosechadores, que es importantísimo, porque presenta el nuevo estatus de la Patrulla post Caída e inaugura la etapa australiana. Presentación de Jessan Hoan, los Cosechadores, Pórtico, el refugio australiano...la verdad que fue toda una revolución en la colección, un cambio sin precedentes. El episodio del tesoro de Los cosechadores la verdad que es regulero pero simpático. En el fondo sirve para mostrarnos la nueva vida de la Patrulla en su nueva base australiana.
Seguidamente llega la segunda saga del Nido, que aunque es verdad que palidece comparada con la primera o con la saga que veremos a continuación, la verdad que me he reconciliado con ella. Es entretenida e incorpora nuevos matices al Nido, aunque alguna reiteración como la lucha interna de Lobezno sobra.
Finalmente, tras el Annual del 88 en la Tierra salvaje (deliciosamente dibujado por Arthur Adams) acabamos con la que, para mi gusto, es la mejor saga del tomo, la saga de Genosha. Se mantiene tan fresca y brillante como la recordaba, una gozada esta fábula inspirada en la Sudáfrica del aparheid, con un Claremont realmente inspirado. La única pega que le puedo poner es que no tenga un único dibujante (algún personaje, como el geningeniero tiene distinto aspecto físico dependiendo de quién lo dibuje), y he de decir que Silvestri le gana la partida a Leonardi.
Durante la etapa australiana me ha encantado también la subtrama de Madeleine, con todas esas escenas simbólico-oníricas que van marcando su paso al lado oscuro, mientras N'Astirh a la vez la busca en el plano físico marcando el camino hacia inferno, las pistas que Claremont deja sutilmente en el último número de Genosha sobre el origen de Madeleine (no las había pillado hasta esta lectura, jarl!), su acercamiento a Kaos. No sé, hay gente que le entran todos los males con lo de Madeleine, pero la verdad que una vez decidido llevarla por ese camino, la verdad que en estos números Claremont lo hace muy bien. La cruz sería Longshot, que a parte de interés romántico de Dazzler no aporta nada, y Claremont en ningún momento le pilla el punto que le dio Nocenti.
Por cierto, que pese al palito que le he metido antes con lo de hacer figuras demasiado pequeñas a veces, qué delicia Silvestri. Me encanta en esta época, especialmente con el acabado de Dan Green, que le da mucha frescura. Digno discípulo de Buscema, con un estilo más cool y 80s. Pena que su seguidismo con Lee lo echara a perder en los 90s, con lo bien que narraba aquí.
Leonardi, aunque me sigue pareciendo un fenómeno y tiene muchas virtudes dibujísticas (las caras no son una de ellas
) la verdad que me ha perdido un poco en esta lectura, Silvestri tiene una narrativa más clara.
Pues nada, tras la Patrulla superheróica de Cockrum/Byrne, y la urbana de Smith/Romita JR., Claremont vuelve a sacudir el concepto de la serie con la Patrulla "muerta"/exiliada/outsider de Australia, y sale bien. Así como anécdota yo me enganché a los supers por primera vez allá por finales de 1987 y conocí a La Patrulla con retapados de la segunda etapa de Cockrum y luego en el quiosco te encontrabas los números actuales con la formación Australia, con un dibujo superdiferente, pero eso sí, escritos por el mismo señor! Me parecía loquísimo el uniforme de Kaos, qué tiempos!