He leído Sky Masters of the Space Force. Las planchas dominicales a color (1959-1960)
Antes de nada, comentar uno de los aspectos que quizá han frenado la compra del tomo por parte de los aficionados, ya que en el lomo figura un número 3, siguiendo la numeración de los dos volúmenes anteriores publicados por Glenat. Aquellos dos tomos recogían las tiras diarias, mientras que este recopila las dominicales, sin que para ello sea necesario leer unas antes que otras, sino que ofrecen una lectura independiente. Por otro lado, aunque no deja de ser una obra con la presencia de uno de los grandes genios del cómic norteamericano como es Jack Kirby, lo que tenemos aquí es mucho más que una simple lectura de una historia, sino un increíble trabajo de documentación histórica, así como una cuidada edición que combina la lectura como simple divertimento y la divulgación de un material que hasta el momento estaba inédito. La edición es una pequeña joya, con comparaciones de color, artículos explicativos del proceso de creación del cómic para su publicación, los orígenes polémicos de la tira, interesantes extras y múltiples anotaciones sobre la traducción o diferentes aspectos de la carrera espacial tal y como se conocía a finales de los cincuenta. Como digo, una pequeña joya, con una edición cuidada hasta el más mínimo detalle, pero también lastra en ocasiones la experiencia lectora, aunque ninguna de sus notas y aclaraciones esté realmente de más. Incluso se incluyen códigos QR para enlazar a vídeos que permitan al lector ampliar la información sobre la lectura y el contexto histórico. No me extraña que este mastodóntico trabajo se haya llevado a cabo a lo largo de tanto tiempo. Sin embargo, que duda cabe que el esfuerzo ha merecido la pena y el resultado final es magnífico.
Comenzamos el tomo con una serie de interesantes artículos en el que se nos da a conocer el origen de la tira de prensa, que en cierta forma marcó un antes y después en la relación de Kirby con uno de los editores de National, la posterior editorial que sería conocida como DC, Jack Schiff. Jon B. Cook diseccione los orígenes de la tira, tanto diaria como dominical, que acabarían marcados por la visita a las salas de los tribunales, con un Kirby no muy contento por las exigencias del editor, que había servido de intermediario para que el autor consiguiese el encargo. Más allá de la polémica o el fallo del juez en contra del Rey, cabe destacar tanto la fisura que se fue abriendo en la relación del artista con la futura DC, y que se prolongaría hasta la jubilación de Schiff, como la importancia capital de lo sucedido aquí para la carrera de Kirby, que posiblemente no hubiese participado en la creación del Universo Marvel de haber prosperado sus intentos de aumentar su carga de trabajo en las tiras de prensa, por ser un medio en el que pensaba que podía llegar a un público más adulto, además de la mejor remuneración económica. También sorprende ver algunos aspectos de los contratos a los que estaba sujeto Kirby para la tira de prensa o las propuestas anteriores y posteriores de otras tiras que nunca llegaron a ver la luz. Las introducciones se cierran con otro interesante texto sobre el proceso de coloreado al que se ha sometido a las tiras para esta edición, donde se observa un resultado óptimo, no solo en la calidad del acabado, sino en el respeto absoluto del material original. Sinceramente, si no lo explica, casi que me creo que era así en el original. Yo creo que este es un ejemplo a seguir en cuento a remasterización de color para tebeos clásicos, aunque da la sensación que es un proceso algo lento y, por lo tanto, bastante costoso.
En la parte central tenemos las tiras de prensa, 54 planchas en total, donde podemos disfrutar de una historia que en cierta forma es puro Kirby, aunque él solo se limitó al dibujo, mientras que el guion recae en Dave Wood. El entintado correría a cargo de Wally Wood, otra leyenda del medio, así como Dick Ayers. La historia narra las aventuras del comandante Sky Masters, perteneciente a las Fuerzas Aéreas estadounidenses, que participa activamente en la carrera aeroespacial. Tendremos pruebas de vehículos alrededor de la órbita terráquea, con algún que otro viaje a la Luna inesperado; experimentos con tecnología pensaba para colonizar el astro lunar; intentos de sabotaje en las instalaciones aeroespaciales, femme fatale incluida; o la utilización del yoga como herramienta para el astronauta durante su estancia en el espacio. Una de las características principales es ver como Kirby intenta optimizar la narrativa propia de este medio, limitada especialmente por su pequeño espacio para contar una historia. Además, como queda explicado en el tomo, la tira se concebía para después ser reeditada en otros formatos, entre ellos el de página vertical, eliminando en el proceso alguna viñeta. El tomo incluye dichas viñetas fuera de la plancha con sus correspondientes anotaciones. Esto es quizá lo que me ha parecido más engorroso, ya que no tiene sentido leer más de 50 viñetas al final, sino leerlas en el momento de la plancha, por lo que lastra un poco a mi entender la experiencia lectora. o obstante, también hay que decir que salvo en las dos primeras planchas, en el resto no afecta para la aventura serializada de Sky Masters, debido a que a partir de la tercera entrega, la tira incluye una sección denominada "cuaderno de notas", en la que de manera didáctica se explica al lector elementos propios de la carrera espacial y los adelantos científicos que esta puede aportar al futuro, alguno incluso puede coincidir con la realidad de manera sorprendente.
De ese modo, cabe destacar que Sky Masters es una tira de aventuras y ciencia ficción, pero que busca hacer hincapié en la ciencia, dejando más de lado la ficción. El proyecto pretendía hacerse eco de lo que en aquellos momentos era una carrera por conquistar el espacio, donde luchaban la antigua URSS contra Estados Unidos y que aunque parecía que se prolongaría mucho tiempo después, prácticamente concluiría con la retransmisión del hombre a la Luna, al menos a nivel mediático, claro. Uno de los aspectos más reseñables es la documentación de Dave Woods y de Jack Kirby, no solo a la hora de tratar ciertos temas propios de las revistas científicas, sino la rigurosidad con la que el artista muestra elementos de la aeronáutica moderna de aquella época. Además, con la sección educativa, se añadía información propia de las revistas científicas de la época, que fueron la principal fuente de todos los elementos que podemos a lo largo de la tira. De sobras es conocida la pasión de Kirby por la ciencia ficción, peor aquí va a un enfoque totalmente realista, donde se combina su habilidad innata para el dibujo, muy documentado y referencial, con el magnífico entintado de Wally Wood o Dick Ayers, dando como resultado una tira visualmente increíble. Aunque no podemos deseñar la calidad de los guiones, que buscan esa dinámica propia del género de aventuras, muy habitual en las tiras de la época, así como la serialización de los argumentos, bajo mi punto de vista resalta mucho más el trabajo artístico de Kirby. El conjunto es muy bueno, que duda cabe, pero cuesta pensar que habría sido de esta tira sin la presencia del Rey, convirtiéndola en una auténtica delicia para la vista.
Para finalizar, tenemos una sección de extras en los que se incluyen reproducciones originales de algunas tiras, incluyendo comentarios sobre la documentación histórica del cómic, originales a lápiz, incluso algunos proyectos propuestos por Kirby que quedaron inéditos, como la tira de golf, que se han traducido incluso los textos. también se incluye un interesante artículo sobre las posibilidades que plantea todo lo sucedido alrededor de la tira en lo referente a la carrera de Kirby. En definitiva, un broche de oro para un magnífico trabajo editorial, gracias al particular esfuerzo de Ferrán Delgado que continúa su labor divulgativa sobre este medio, por el que se desprende que tiene mucho cariño, teniendo en cuenta que hablamos de una autoedición, en los tiempos que corren. Mis felicitaciones. A los demás, recomendaros que os acerquéis a esta obra, que nos ofrece una forma de viajar al espacio a los ojos de la ciencia, pero bajo el prisma de uno de los grandes artistas del cómic norteamericano: Jack Kirby, el Rey de los Cómics. ¡Larga vida al Rey!