He leído
One Piece Nº 72.
Oda continúa complicando la trama de la saga y los personajes avanzan en sus diferentes odiseas. Lo realmente curioso es que todos van a acabar más o menos en el mismo sitio sin saberlo. A ver como sintetizo esto sin soltar un ladrillo demasiado grande, porque pasan muchas cosas y algunas bastante interesantes. ¡Maldito Oda!
En este tomo, volvemos a tener como eje central el desarrollo del torneo. En anteriores comentarios afirmaba que echaba de menos los combates protagonizados por los miembros de la tripulación, y es algo se mantiene en esta saga por el momento, aunque sí tenemos combates más o menos interesantes. Si bien es cierto que Luffy sigue haciendo alarde de un fuerza increíble gracias al entrenamiento de Raleigh, da la sensación que no hay un rival que le dure poco más que un par de puñetazos. No obstante, su facilidad para derrotar a los contrincantes durante su participación en la batalla campal del Bloque C deja asombrado a todos. Luffy/Lucy parece que de momento puede mantener su verdadera identidad a buen recaudo, aunque sinceramente no sé como lo consigue, porque la sensación es que prácticamente todo el mundo ha sido capaz de descubrirla. Incluso comienza a surgir un rumor de que Sombrero de Paja participa de incógnito en el torneo, el cual es televisado por toda Dressrosa, una herramienta muy útil para que el resto del grupo sepa que hacen sus compañeros, al igual que el caracol de comunicaciones. Nos atenemos a la suspensión de la realidad en cuanto a Lucy y su misión de incógnito.
Voy a intentar mantener un poco la cronología de los hechos y más tarde me centraré en algunos de los aspectos más interesantes del torneo. Abrimos fuego con Sanji,
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Sinceramente, no creo que esto suceda, pero al menos le podría haber dado un beso, que a nuestro cocinero le hace falta desfogar un poco a estas alturas de la colección. Muchas curvas y sensualidad se pueden ver en One Piece últimamente, pero los protagonistas siguen sin comerse un rosco.
Por cierto, Violet también ha comido una fruta diabólica y tiene unos extraños poderes que le permiten ver los pensamientos de aquel sobre el que los utiliza. El cerebro de Sanji parece ser bastante monotemático, no sé si el del resto de los hombres también, pero lo realmente interesante lo tenemos cuando ella los utiliza sobre sí misma, de manera que descubrimos que DoFlamingo no dimitió realmente y se explica el comportamiento de los habitantes de la isla al respecto. Me quito el sombrero ante Oda, porque no deja un aspecto de la trama sin explicación, por pequeño sea. Es un auténtico crack.
Por último, me gustaría destacar la técnica tan curiosa de Violet, que no sé muy bien como encaja con la fruta que ha comido. Tengo ciertas dudas sobre si alguien puede comer dos frutas y tener dos tipos de poderes. O si realmente no tiene nada que ver con eso y es fruto de algún entrenamiento. Sea como sea, me ha parecido una de las técnicas más bizarras de toda la serie hasta el momento.
A continuación volvemos con Law, que protagoniza una escena que no acabo de comprender del todo y que quizá arroja algo de luz sobre la implicación del Gobierno del Mundo y el trasfondo político de esta saga. DoFlamingo llega a la cita, pero con la verdad sobre su dimisión revelada todo toma un cariz muy diferente. Law no va a entregar a Caesar y la llegada de la Marina al punto de reunión, comandada por Fujitora, complica aún más las cosas, porque no parece estar claro si los van a detener a todos o solo a Law, ya que la posición de DoFlamingo parece que le sitúa en algo muy parecido a un aforado, por decirlo de alguna forma. Pero en un momento de tensión durante el que parece que Law va a enfrentarse él solo a DoFlamingo, cae del cielo un meteorito gigante que sobre los tres (Joker, Law y Fujitora), el cual deja un enorme cráter en el suelo a excepción de la posición del trío. Está claro que todos tienen un poder increíble, de eso no hay duda, pero no acabo de comprender si el meteorito lo envía Fujitora para medir la fuerza de sus adversarios o para otra cosa. O, por el contrario, simplemente ha caído del cielo. Lo único claro es que Law debe renegar de su alianza o será considerado un prófugo. Su opción parece ser la segunda, continuando fiel a Luffy. Habrá que ver hasta cuando. Me cae bien este personaje, pero no me acabo de fiar de él. A lo largo del tomo, la trama parece quedarse congelada, a pesar de le piden ayuda y él mismo solicita una reunión tras abortar el intercambio con el Joker. Incluso parece que la marina desaparece de la escena.
Franky sigue su búsqueda de la fábrica.
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Interesante concepto el que se saca de la manga Oda en esta saga.
Mientras, Usuff y Robin siguen trabando amistad con la etnia Tomtatta, los cuales están preparando una revolución contra DoFlamingo, para ello pretenden contar con la ayuda nuestros piratas, sobre todo tras las afirmaciones del narigudo que se hace llamar Usuland. Una vez más, Oda demuestra su gran capacidad para retomar tramas anteriores y conecta a estos duendes con Montblanc y la historia de Jaya, que está considerado por estos lares como un auténtico héroe. Además, de alguna forma, la sensación de descontento de esta comunidad entronca con la llegada al trono de Dressrosa de DoFlamingo y la persecución a la que somete a todos los familiares del anterior monarca. No todo el mundo parece estar del lado del Joker, por lo que esa revolución en la sombra se está gestando hace tiempo. Ahora, con la llegada de nuestros “héroes” parece que obtiene el impulso necesario para convertirse en una realidad. Incluso las actividades de la fábrica clandestina están relacionadas con esta sublevación, cuyo punto de encuentro será, como no podía ser de otra forma, el subsuelo del coliseo. Por cierto, ¿qué levante la mano el que no se ha acordado de David el gnomo cuando se han montado en los zorros que utilizan como vehículos de transporte?
Volvemos al Sunny y seguimos las peripecias de Nami y compañía. Normalmente, el espacio de tiempo transcurrido entre la lectura de cada tomo suele pasar factura. En este volumen, la trama de Sanji me ha costado conectarla con lo sucedido antes, incluso he tenido que recurrir a mis propios comentarios para enterarme de cómo quedó el asunto en el tomo anterior. Pero la que me ha dejado más descolocado ha sido el desarrollo de esta trama, ya que realmente no me queda demasiado claro cuando aparece Jola, cuyos poderes provocan que
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Aunque debo reconocer que Oda sabe dotar a la serie de un tono coral para tantos personajes, en ocasiones como esta su narrativa me parece algo apresurada. Es cierto que muchas cosas se explican en flashbacks posteriores, pero echo de menos un par de páginas o viñetas que nos pongan en situación. Quizá deberían mejorar los resúmenes al principio del tomo. Por otro lado, la fruta arte arte no deja de ser otra bizarrada que parece ser que se acumulan en este tomo.
Y, finalmente, volvemos al torneo, donde Lucy es la gran sensación, sobre todo cuando se monta encima de un toro y va eliminando participantes del Bloque C.
Por otro lado, el torneo tiene una intrahistoria muy interesante, ya que la presencia de Luffy comienza a ser la comidilla de todos. Pero lo más importante es que DoFlamingo ha ordenado que no salga con vida del torneo. Bellamy parece ser el encargado de hacerlo, aunque tengo la sensación de que no está muy por la labor, teniendo en cuenta el respeto que siente por Luffy. La batalla campal continúa y Oda nos sigue presentando a un montón de personajes nuevos con habilidades tan útiles como poderosas. Entre los diferentes contrincantes de Luffy destacaré a Don Chinjao, el cual tiene la energía vital de un rey, convirtiéndose en el finalista del Bloque C. Entre ambos se deberá decidir quién pasa a la siguiente ronda. El torneo está siendo muy interesante, las peleas son muy chulas y se palpan los momentos de tensión, dotando a la serie de su dinámica habitual. Puede que ralentice la trama central pero tengo que reconocer que me gustan mucho este tipo de recursos narrativos y me lo paso genial leyéndolos.
El enfrentamiento con Don Chinjao deja entrever que el Nuevo Mundo está lleno de piratas con habilidades como las suyas y, sobre todo, con la capacidad de dominar la energía vital de un rey. Esto que hasta el momento parecía ser un don especial para unos pocos parece que no es del todo así. También tenemos un pequeño flashback en el que descubriremos el motivo por el que Chinjao odia a Garp y, curiosamente, será tras la derrota de Luffy, cuando sea restablecido aquello que se le robo. Normalmente, Oda se suele enrollar demasiado con los flashback, pero en este tomo tenemos varios momentos en los que lo utiliza de forma muy inteligente y para dar sentido a la actualidad de los hechos. Cabe destacar esas similitudes entre la pelea de Chinjao con Garp y la del torneo con Luffy, con idéntico final, pero con unas consecuencias totalmente diferentes. Ya hemos visto de manera sobrada que el autor lo tiene todo muy bien atado, pero su forma de cuidar los detalles me gusta mucho. Y ojo, porque a pesar de la derrota, Chinjao se siente tan agradecido que ofrece que varios de sus hombres sirvan a Luffy, lo que podría ser el germen de un ejército que no le va a venir nada mal como se están poniendo las cosas. Luffy, como siempre, no se entera de nada y pone pies en polvorosa, quedando el tema en el aire. Confío en que en el próximo tomo sepamos algo más.
Robin y Usuff están con los Tomtatta, Sanji, Zoro y Franky también, a la espera de reunirse ante la gran batalla que planean empezar los duendes bajo el coliseo. Durante la espera, todos disfrutan del combate de Luffy/Lucy, que por momentos se vuelve espectacular hasta su desenlace. Law parece enfrentarse a DoFlamingo sin que nadie acuda a ayudarle, mientras el grupo de Nami pasa apuros contra Jola. Como decía al principio, en cierta forma, la historia se vertebra sobre el desarrollo del torneo, por lo que la victoria de “Lucy” tiene sus consecuencias. La principal es ver como hay varios participantes interesados en matarlo, ya sea por la orden de DoFlamingo como por la recompensa que pende sobre su cabeza. Entre ellos destaca Cavendish, que no sé si es por un error en la traducción o algo, pero se le llama caverna en varias ocasiones. Otro que llama la atención es Bartolomeo el insolente, un capitán de la nueva Age que parece ser un fan de Luffy y sus hazañas. De hecho, inició su carrera de pirata para imitarlo a él. De nuevo, Oda recurre al pasado y a uno de los momentos que en su día me dejaron con una pequeña duda. El propio Bartolomeo alude al poder de los dioses, en el momento aquel en que Luffy se proclamaba como el próximo rey de los piratas en Logue Town. Parece que en este tomo tenemos varias vuelta atrás bastante interesantes, estableciendo conexiones con momentos del pasado. Quizá uno de los aspectos que más me gusta de esta serie, cuya trama es muy elaborada.
Hay que tener en cuenta, que Bartolomeo se encuentra entre uno de los próximos adversarios de Luffy en el torneo, al igual que Burguess, uno de los miembros de la banda de Barba Negra, el cual se pone en contacto con él para decirle cuan interesado está en conseguir la fruta. Sin embargo, Luffy parece estar empeñado en que no caiga en su poder. Poco a poco, Barba Negra se está convirtiendo en lo más parecido a una némesis para Sombrero de Paja. Tengo muchas ganas de ver como se resuelve esto y cuanto tardarán en enfrentarse ambos piratas.
Entre los que quiere matar a Luffy tenemos a Rebecca, una sexy gladiadora, que me recuerda a Red Sonja, sobre la que conoceremos su dramático pasado y su relación con el anterior monarca. No sé por qué, me da la sensación que el soldadito que acompaña a Franky es el padre de Rebecca. Con este flashback, y sin saber que piensa Luffy al respecto, Rebecca se marcha a participar en la batalla campal del Bloque D.
Magnífico tomo de una serie que no tiene un momento de respiro y que continúa fresca e interesante como al principio. El mejor shonen de la historia, sin lugar a dudas. Menos mal que el próximo tomo está a la vuelta de la esquina.