Amigo
Ignacio, voy a tener que disentir contigo, y desmarcarme de tu recurrente -y oportuna- matización
no-superheróica postRaimonista:
Los años 80 son la década del cómic.
Y lo son, porque fue la época en que el cómic creció y dejó de ser algo para niños o para frikis cincuentones que adoraban personajes que conocían 4 gatos -dios me libre de despreciar ninguno de tus grandes del cómic, pero en la exposición que te voy a hacer, tendrás que reconocer que son muy desconocidos para el gran público en general-.
Esos respetables señores -de los cuales espero formar parte en unas décadas- y que se saben de pe a pa todas las publicaciones italianas, francesas y belgas habidas y por haber, que compran desde Hazañas bélicas a Blueberry por más que repitan ediciones, y que son capaces de detectar fallos de edición con un aire sibarita que tira de espaldas. En mi tienda hay uno o dos.
Pero no son estos cómics los que han hecho grande el mundo de la viñeta, en lo que a otorgarle público, premio y reconocimientos se refiere.
Los años 80, como todos sabemos, entraron en el Olimpo del cómic junto a nombres grabados en letras de oro como Frank Miller o Alan Moore. De hecho, que las mayores obras de la historia del cómic estén encuadradas en esta década, debería darnos una pista de la importancia que tienen estos años. Pero no solo hablamos de las mejores historias de Batman jamás publicadas, o del Daredevil de Miller, o de La Patrulla de Claremont.
Como bien dices, hay vida más allá del mundo de superhéroes.
Y esta vida se llama V de Vendetta, se llama Watchmen, se llama Maus.
Tienes en una misma década, el cómic que encabeza todas las listas de mejores tebeos de la historia, y la única obra en viñetas que ha ganado un Pulitzer. Eso debería darnos una pista, como digo, de la terrible importancia, trascendental punto de inflexión, que tuvo lugar en esta década.
(No hará falta acotar el periodo de 1978 y 1991, como una producción eminentemente ochentera)
Pero es que hay más.
Es que los 80 acogieron Akira. Es que los 80 vieron nacer Dragon Ball. Es que los años 80 cayeron rendidos, perdidamente enamorados de la viñeta, ya fuera en occidente o en oriente. Hablamos de escala mundial. Y hablamos de España. Porque los 80 fueron la época dorada del cómic. Porque Forum se impuso con una fuerza desconocida en la ediciones española. Porque Planeta multiplicó por mil su producción de manga en España. Porque millones de niños empezaron a leer algo más que el TBO o la interesante -pero limitada- producción patria.
¿Que por qué digo que los 80 han sido la época más importante del mundo del cómic?
Porque dieron una respetabilidad al medio que no tenía, porque asaltaron las librerías especializadas -cuyo boom tuvo lugar en esta época, no lo olvides-, porque colaron tomos en lugar de grapas en las bibliotecas de los hogares, porque enseñaron al gran público que el noveno arte no lo era solo de nombre, y no era un entretenimiento para chiquillos.
Porque podías ver a un padre de familia volver a casa con el pan y El regreso del caballero oscuro bajo el brazo.
Porque para mí, han dado a la industria de hoy todo lo que es.
Y porque honestamente creo, que si fuera posible saltarse una época como una fila del excel, si los 80 no hubieran existido, esto hoy sería un erial para frikis concienciados, en lugar del medio para niños, adolescentes y adultos que es hoy día.
En mi opinión, y a día de hoy, en lo que he leído en cada obra, estudio o tesis que analiza el medio por etapas, dónde coinciden siempre en señalar la década de los 80 como la más importante de la historia del cómic en cuanto a producción, calidad y repercusión.