He leído
Corto maltés: La Balada Del Mar Salado de Hugo Pratt
"Como el blanco albatros sobre la monótona respiración del pacífico, así, vagando por vagar, va el velero del verdadero marino"Y así, con esta frase, nos resumía
Hugo Pratt todo lo que nos íbamos a encontrar en años venideros. Y por supuesto, lo que nos encontraríamos en esta obra de tan bello título. La huella de un velero navegando sin rumbo fijo en el vasto océano Pacífico transmitiendo una sensación de libertad, tranquilidad y búsqueda constante de nuevas aventuras. Para mí no es ni de lejos el mejor album de la colección, me cuesta un poco entrar en la historia, más aún cuando aparece
el Monje, villano que lejos de empatizar o repudiar sólo me produce indiferencia, pero ha sido una gozada sumergirme de nuevo en esta historia.
Eso sí, la poesía ya estaba marcada a fuego en sus páginas, quizá no tan notoria como en historias posteriores, pero ya se permite el lujo de citar algunos versos de "La Balada del viejo Marino" de
Coleridge y dejarnos algunas frases memorables en boca de Corto, Rasputín o Cráneo.
La Balada Del Mar Salado es la presentación en sociedad de
Corto Maltés en el noveno arte, un personaje que acabaría siendo un icono universal del comic y que aunque sea quien nos guíe y cautive con su mirada enigmática a través de las páginas de esta travesía, no deja de ser un mero secundario, siendo el verdadero protagonista de la historia ese océano salado, vasto y profundo que evoca e invita a soñar, y por qué no, a amar la mar. Y es que ese es el gran secreto de
Pratt. Su capacidad para conseguir que mientras devoras páginas puedas sentir el vaivén de las olas, respirar la brisa con olor a salitre y escuchar el eco de las gaviotas que surcan los cielos.
Eso es lo que es este comic. No hay mensajes ocultos ni entramados complicados de seguir. Es la aventura de la aventura si se me permite la perogrullada, sumergirse en las aguas llenas de encanto y sentir la fuerza del mar a la par que su esencia más íntima que invita a la reflexión sobre los temas tratados, tales como el colonialismo, la identidad o la lealtad, cuestionar las estructuras sociales establecidas y sobretodo y sobre todos, encontrar en esas aguas el verdadero significado de la palabra libertad.
Sobre la edición: Norma despliega todo su poderío en un tomo, el primero de la colección, de 184 páginas con una intro y extras muy buenos y unas tapas robustas que parecen imperecederas. La edición que compré yo, venía con un tote bag de Corto de regalo. Se puede elegir entre la edición en bn de 24 x 32 cm y la de color de 22,5 x 29,7 cm. El prólogo de Antonio Altarriba es gloria bendita.
Argumento: La trama se desarrolla poco antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial y tiene como telón de fondo el océano Pacífico. Todo comienza cuando
Rasputín, un ex oficial del Ejército Imperial Ruso convertido en pirata, rescata a
Pandora y su primo
Caín, que han sobrevivido al naufragio de la goleta "Chica de Ámsterdam". Luego hará lo propio con
Corto Maltés y juntos se verán envueltos en la búsqueda de un tesoro que podría cambiar el curso de la guerra.
Recomendable en mi opinión, pero no sería mi primera opción para alguien que quiera adentrarse en el mundo de
Corto Maltés, ya que, aunque me gusta, no me parece ni de lejos de lo mejor de
Pratt, me lloverán críticas por esto, pero considero que la narrativa es un tanto raruna y aún Pratt debía encontrar el rumbo que mejor se adecuara a lo que nos quiere contar. Dicho esto con toda la veneración que siento hacia Hugo Pratt y su Corto Maltés, que se está convirtiendo tras estas relecturas y lo que aún me queda por leer y descubrir de nuevas, en uno de mis comics favoritos de todos los tiempos.