Superman 5:Empezamos con
Superman: Son of Kal-El #1: Arranque de la etapa de
Tom Taylor sin mucha espectacularidad, la verdad. Había mucho hype y el resultado no creo que esté a la altura de las expectativas. No creo que sea, por lo demás, culpa de Taylor. El cómic no está mal, pero no pasa de realizar un planteamiento de la serie, un poco en plan: “estos son mis principios”. Iba buscando fuegos artificiales pero no deja de ser un cómic bastante al uso de estos días. En realidad, tiene el mismo patrón que el primer número de Nightwing: se ponen las piezas sobre el tablero y ya.
Sin embargo creo que en ese capítulo hay dos cosas relativamente nuevas: en primer lugar, se cambia el lema de la “verdad, la justicia y el modo de vida americano” por la “verdad, la justicia
y un mundo mejor”. Yo no tengo nada en contra de eso y de hecho ya había dicho antes que eso del “modo de vida americano” siempre me ha parecido un poco rancio, pero sobre todo ahora, en estos tiempos, cuando a un cómic de superhéroes te puede contribuir creativamente desde un australiano a un indonesio, pasando por españoles, italianos o de vete tú a saber dónde.
Lo segundo es el polémico Superman “woke”. Es decir, un Superman (o Superjon) que va a hacer de su misión el atacar las causas sociales y no los síntomas, que sería simplemente darle puñetazos a los malos. En su primera batalla en este sentido, Jon cede ante el statu quo
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y luego, hablando con Damian, este le convence de que a veces hay que enfrentarse al sistema. En realidad el Superman “woke” es más viejo que andar para adelante. Es exactamente el mismo Superman de los años 30. En los primeros números de Superman, este no tardaba en enfrentarse nada menos que a los militares y convertirse en un proscrito, y las causas eran precisamente las sociales: erradicar la pobreza, la explotación laboral, etc. No sé si Tom Taylor está conectando conscientemente con el Superman original o esto es algo que solo hago yo. Pero la conexión sin duda existe.
Ya esto de luchar de pasada mientras charlas o te comes el bocata en plan casual me cansa, porque lo he visto cincuenta y siete mil veces. Pero bueno, tampoco es que el cómic me parezca malo o bueno por eso.
Tampoco es que estas 22 páginas den para mucho más. Está bien. Sin más. Supongo que mejorará a medida que el planteamiento esbozado se vaya desenvolviendo. Sigo con ganas aunque esta primera entrega me sabe a poco.
Este mes la grapa viene tocha así que prefiero comentar por separado cada historia.