He leído Hunter X Hunter nº 10.
Pues sí que estoy disfrutando con esta serie, donde me encuentro con otro tomo muy interesante, de lectura bastante adictiva. Sigo pensando que tiene un pequeño hándicap en lo que a la calidad del dibujo se refiere, algo irregular y muy esquemático en ocasiones, pero con todo dentro de unos límites bastante admisibles, gracias principalmente a la calidad de los guiones. Realmente si llego a saber lo interesante y entretenido que era este manga, me hubiese puesto con él mucho antes. He necesitado una pandemia para empezar la serie, qué cosas…
Este volumen comienza con el final de la batalla de Kurapika, que a tenor de lo que veremos después, me da la sensación que es mucho más poderoso que Gon y Killua. Al menos, es lo que se desprende del desenlace contra uno de los miembros de la Tropa Fantasmagórica, a pesar de que vimos su potencial en el número anterior. Posteriormente, Killua vuelve a su puesto de guardaespaldas en la mafia, dentro de la familia Nostrade. Además, su patrón le pedirá que se una a un equipo de asesinos profesionales, contratados para recuperar los objetos de la subasta y acabar con los miembros de la Araña. Desde luego, Kurapika está en el lugar que lleva soñando desde el principio de la serie. Si esta línea argumental continúa en esa línea, no me extrañaría que se llegase al final de la trama.
Por otra parte, la mayor parte del tomos se centra en Gon y sus amigos. De ese modo, nos internaremos en el apasionante mundo de los tesoros, una de las facetas de los hunters. Para conseguir acceder a la subasta del videojuego, Gon apuesta duro, llegando incluso a empeñar su licencia recién adquirida de hunter. Con este dinero, iniciará una búsqueda de tesoros particular empleando el nen. Así consiguen piezas de gran valor que después deben intentar vender en un mercado. Para ello, necesitarán la ayuda de Zepile, un experto en el negocio de compra y venta de artículos. Hace un par de tomos veíamos en acción esta faceta de la serie, que quizá explicada pierde su punto de interés, pero que está muy bien desarrollada por Togashi. Practicamente nos internamos en un mundo que bebe del negocio de las antigüedades con tasaciones, búsquedas de tesoros en vasijas de madera antiguas o artículos de coleccionista numerados, por poner algunos ejemplo. Una interesante manera de trasladar al cómic este tipo de concepto que en un principio no parece resultar muy atractivo narrativamente hablando, pero que a través de un intrincado argumento veremos cómo los personajes se desenvuelven en este mundo donde todo oscila en cifras de millones, algo realmente sorprendente.
Tras este interludio, Leorio consigue dar con una pista que los lleve a algunos miembros de la Tropa Fantasmagórica, Killua y Gon se encargan de perseguir a dos de sus miembros, aunque es el hilo de la familia de asesinos el que valora que no tiene la fuerza suficiente para enfrentarse a ellos. Y la verdad es que hemos visto que tiene un poder increíble, aunque también vimos cómo se ha desenvuelto Kurapika contra su adversario. Sea como sea, la persecución no acaba del todo bien, y los dos acaban siendo apresados. Los chicos son interrogados, pero al no tener relación con el chico de la cadena, su objetivo principal, desconociendo ellos que hablan de su amigo, son retenidos de momento a la espera de la llegada del jefe. Entonces, Gon y Killua pondrán en práctica algunas de las cosas que han aprendido para intentar escapar.
Me resulta particularmente curioso que los dos personajes que en un principio parecía que iban a ser los más poderosos, a las primeras de cambio sean de algún modo superados por otro que se preveía más secundario. No sé si es porque son más jóvenes, algo que normalmente no suele influir en los shonen, al fin y al cabo, o quizá es porque han entrenado menos. La cuestión es que pese al potencial de Gon, que es invitado a unirse a los miembros de la Araña, sigue sin despegar del todo después de 10 tomos. Si bien es cierto que es un protagonista con cierto carisma, y encaja con el estereotipo del personaje principal de un shonen, bastante identificado en ocasiones con Goku, por ejemplo, por esa ausencia de “maldad”, creo que se está quedando un poco atrás en su desarrollo. De los cuatro protagonistas es ahora el menos interesante, cada uno potenciado en una faceta diferente, incluida cierta astucia e inteligencia que Togashi desarrolla muy bien en esos diálogos explicativos tan densos como interesantes. Y aunque estoy disfrutando mucho de esta serie, debo admitir que es un punto que no me termina de convencer. De todas formas, espero poder leer pronto el siguiente tomo, para ver si el protagonismo de Gon aumenta y sube enteros. Y es que la serie, sobre todo, es muy adictiva, con una trama que engancha bastante.