He leído
Astro City: Cosas del pasado.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Esta semana parece que estoy recuperando lecturas que tenía aparcadas desde hace mucho, y esta serie era una de ellas. Resulta curioso, porque al tener cada tomo historias autoconclusivas, da exactamente igual el ritmo, algo que me está beneficiando, todo hay que decirlo. De todas formas, debo admitir que cuando empecé con esta entrega, notaba que no conectaba demasiado con la historia, pero a medida que avanzaba en la lectura esa sensación cambiaba totalmente. Y de haber empezado el tomo con una transmisión de emociones bastante tibia he pasado a sentirme bastante implicado con los personajes y su historia, dándome cuenta que he disfrutad mucho de la lectura, tal y como me pasó en el recopilatorio anterior. Es verdad que la serie no tiene el nivel de la etapa previa a la línea
Vertigo, pero su esencia está ahí, y sigue consiguiendo transmitir emociones y sentir una afinidad por los personajes. Y, en definitiva, involucrarte en la compleja e interesante vida de los habitantes de Astro City. Yo me lo he pasado genial, y creo que Busiek no lo hace nada mal, sobre todo en este tipo de distancias cortas, con historias muy intimistas y breves.
Como viene siendo habitual, me apoyaré en los comentario de
fanpiro, para no repetirme demasiado.
Leído Cosas del pasado, que contiene dos historias que bucean en el pasado de los personajes, que a mí me han gustado mucho. De lo mejor de esta etapa de Vertigo.
Empezamos bien, porque ambos llegamos a la misma conclusión y hemos disfrutado de este tomo.
En la primera, Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Tengo que reconocer, que en un principio me ha costado verlo, porque me parecía que Busiek no estaba muy acertado en sus cuadros de texto con su voz en
off, o que empleaba el tópico del detective privado para ofrecer un torpe homenaje la género negro. Sin embargo, debo admitir que estaba totalmente equivocado. Esta historia es puro género negro, sin las habilidades de Brubaker, ni la ambientación de Sean Phillips, pero sigue siendo totalmente a la esencia del género. Si bien es cierto que la colorida Astro City dificulta una ambientación adecuada, es en el tratamiento de los personajes, en la melancolía de ese protagonista, un villano redimido que es un auténtico fracasado con problemas económicos. Un bonachón que por mucho que lo intente solo sabe meterse en líos y que como investigador es un negado. Además, su compañera de aventuras, la retirada Alfanje, cumple el papel de
femme fatale, no a los niveles de las creaciones de Brubaker, ni tenemos finales dramáticos, sino más bien todo lo contrario, pero al fin y al cabo, Busiek ha sabido realizar una buena combinación entre los superhéroes y el género negro. En su estilo, pero con unos personajes que transmiten muchas emociones y son tridimensionales, consiguiendo conectar fácilmente con le lector. Como decía al principio, no terminé de conectar desde el principio, quizá el dibujo tuvo algo que ver en eso, pero poco a poco me acabé dando cuenta que estaba disfrutando mucho con la lectura.
Por cierto, me extraña que
fanpiro no diga nada, pero juraría que tenemos aquí un guiño al Chapucero de Marvel. O eso me ha parecido a mí al menos.
En la segunda, Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Curiosamente, esta historia me ha gustado más si cabe, porque explora algunos aspectos interesantes del género. El primero y principal es el relevo generacional, algo muy poco habitual en Marvel, pero sí en DC Comics. Después tenemos el concepto de familia dentro del superheroismo. Busiek hunde el dedo en la llaga, con ese Resorte como encarnación que pasa de padre a hijo, demostrando que se puede tener una familia, no ocultar secretos y seguir luchando contra el crimen. Hay ciertos aspectos de las identidades secretas que han quedado obsoletas y Busiek lo expresa muy bien aquí. Por otra parte, pone sobre la mesa la posibilidad de ser un héroe sin ponerse una mallas. Personas que ayudan a la sociedad desde diferentes frentes, para finalmente centrarse en los médicos, los cuales salvan vidas todos los días. Bonito homenaje el de Busiek a estos profesionales en una historia hunde sus raíces en el legado, la familia y la responsabilidad, pero sobre todo, en la búsqueda de la verdad. Una gran historia, en solo dos números, que pone de manifiesto que esta serie aún puede generar buenas historias que merecen ser leídas.