Esta tarde he releído otra vez Grito Nocturno (que parece ser recurrente con este hombre...), asi que empiezo citando a Querubo:
Recupero el cartel del día del cómic de este año de Borja González, porque ejemplifica muy bien mis sensaciones con su obra.
Viñeta 1: ¡Qué pasada lo que esto leyendo...!
Viñeta 2: ...pero no entiendo una mierda.
Viñeta 3: ¡Da igual, mola mucho!
Da para relecturas, porque lo de este hombre no es normal. Un dibujo simple y unos diálogos cortos, que en concepto, te daría una lectura rápida, pero tu cerebro tarda en procesar cada página como si llevase un dibujo barroco o un ladrillo de bocadillo muy sesudo. Esa primera lectura, esa narración... por eso las relecturas van más rápidas, vas más a tiro hecho. Aunque te quedes igual...
La primera lectura la acabé pronto esta semana, pero no sabia ni que poner...
Ahora más o menos tengo claro que he leído y con matices posiblemente más poéticos (mejor dicho metafóricos
), me acerco a Querubo, porque como a Teresa, a Borja le gusta contar una historia. Leer lo que espera Borja o a que aspira su obra, también ayuda a simplificar ideas:
Teresa que no es capaz de frenar la creación de historias, es consciente de su problema, ya que estas se hacen reales (a lo Sphere la película noventera
).
Enamorada de su propio demonio (las historias), decide invocarle, sabe como hacerlo, esta historia ya la ha escrito, ese número secreto, oculto, donde probablemente ya volcó toda esta historia, su historia. Necesita pedirle el deseo.
Y aunque su deseo estaba claro desde el principio, la duda/miedo la impiden enunciarlo ¿si sus historias desaparecen, quien recordará a Teresa?
Convive con su demonio, hablan, se emborrachan, se declara... pero nada cambia, hay que ponerle fin. Y el detonante no es otro que Matilde, esa niña apasionada de sus historias, quien las difunde, perdidamente enamorada de Teresa, hasta la noche de la borrachera, que escucha como esta, se declara a Laura, rompiéndola el corazón, estallando en sentimiento (y pota).
Esa noche Teresa se da cuenta que tiene que parar, ser olvidada junto con sus historias... pero puede que al menos Laura, no la olvide, no si se queda su historia, la número 38...