He leído
Batman nº 64/9-66/10.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Avanzo un poco más en la etapa de Tom King con el arco argumental "Yo soy Gotham", formando equipo creativo con David Finch. Mi sensación generalizada es la del desencanto. Parecía que en la anterior historia el guionista repuntaba un poco, pero parece que no ha sido más que un simple espejismo. Yo, soy Bane; Yo, soy Gotham; ¡Yo, soy Batman! Esto alcanza unos límites en los que parece que Hulk esté escribiendo los diálogos. Mira que tengo que reconocer que el autor tiene talento, y que escribe muy buenos texto de apoyo, con cierta lírica e intención, pero el resultado final de todo el conjunto es bastante mediocre, siendo benévolo y, sobre todo, muy aburrido. La saga transcurren cinco números americanos y en el tercero ya estaba deseando que acabara. Es curioso ver un ejercicio de noventerismo en este siglo, pero a diferencia de los tebeos de aquella época, este parece que no aguanta ni la primera lectura.
Bajo mi punto de vista, prácticamente todo el planteamiento de King se desmorona. Por no mencionar que el desarrollo es prácticamente nulo y el tratamiento de los personajes es cuanto menos cuestionable, algo que ya ha demostrado que no es su punto fuerte. Presentar a Batman en un papel de puto amo para dar ese giro radical en alguien con cierto miedo ante Bane no termina de cuadra del todo. Obviamente, sí lo hace si queremos que Bane quede retratado como un gran villano, pero es que realmente no es así, y nunca fue otra cosa que puro músculo. Que ne la famosa saga de "La caída del murciélago" pasara lo que pasó es en parte al factor sorpresa. Ahora, eso está fuera de la ecuación, por lo que una mente analítica como Batman no se puede representar como alguien que se preocupa más de alejar a todos los que le rodean que trazar una estrategia para vencer a su enemigo. King muestra dos elementos esenciales del personaje tergiversados ante la necesidad de aquello que quiere contar, aunque no encaje demasiado con el personaje. Y eso es quizá uno de los principales motivos por los que su propuesta falla desde el minuto cero.
Otro de los aspectos en los que sigue profundizando King e en mostrar una similitud entre el origen de Batman tras la muerte de sus padres y como se forja el monstruo que es hoy Bane, a base de determinación, bajo los mismos impulsos de Bruce y con dos metas similares, pero que al final están enfrentadas. Ya en números anteriores quiso King bucear en la psicología de Batman y no lo hizo demasiado bien, repitiendo aquí todos sus errores, demostrando que en el fondo no termina de entender a Batman, además de que tampoco creo que esas similitudes existan realmente, salvo en aspectos muy puntuales. Para mí esto es un sin sentido constante, que disfraza el típico enfrentamiento de Batman y Bane con un nivel de sofisticación que no tiene. Casi es como poner un texto de Shakespeare a una pelea entre La Cosa y Hulk. No pega ni con cola. Pues es exactamente igual. King escribe bien, pero es demasiado pretencioso en un tebeo que tiene nula profundidad, una mala caracterización de los personajes y una historia alargada que se podía contar en la mitad de las páginas. Desde luego, cualquier esperanza que tuviese con esta etapa se ha diluido totalmente, esperemos que no sea King el escritor que tenga el dudoso honor de echarme de la serie de murciélago.
En el apartado gráfico tenemos a David Finch, un artista que ha sufrido una evolución positiva en los últimos tiempos, puliendo bastante su habitual estilo noventero. Sigue teniendo algunas deficiencias, como esos rostros que son todos iguales, emulando en cierta forma el estilo de Jim Lee. Yo creo que no se puede negar cierta influencia, incluso en otros aspectos como el trazo fino, o la narrativa a lo pin-up, por ejemplo. No obstante, creo que ha mejorado bastante de su etapa en los Vengadores de Bendis o en el Caballero Luna. De todas formas, su particular estilo propio de la década de los noventa no hace si no empeorar la sensación de vacío que transmite el guion de King. El dibujante hace lo que puede dentro de sus limitaciones, creo que tampoco se le puede pedir mucho más, y no deja de ser un trabajo con cierta estética más o menos digerible. Pero, claro, necesita el apoyo de una historia con algo de solidez, o al menos que aporte algo mínimamente interesante o entretenido a las viñetas. En fin, pongo mis cada vez más escasas esperanzas en la próxima saga y cruzo los dedos para que no tenga que decir aquello de: "Yo, soy aquel..."