He leído
Vengadores Nº 70-71.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Mark Waid interrumpe su etapa para sumergirse en "Punto Muerto", el minievento que conmemora el 75 aniversario del Capitán América, en lo que además supone un
crossover con
Imposibles Vengadores y una colaboración con Gerry Duggan.
Tal y como comentaba en el hilo de Imposibles Vengadores, ambos guionistas siguen un esquema muy similar, aunque la gran diferencia es que Waid se maneja mucho mejor en los argumentos corales. Primero se detiene en algunas subtramas que está tejiendo como la relación entre Sam y la Diosa del Trueno en su identidad civil, algo que me está pareciendo especialmente interesante; o la evolución de una de las novatas del grupo, Ms. Marvel, que gracias a la Visión puede experimentar que es ser vengadora desde la experiencia de sus compañeros. Sin lugar a dudas, el tratamiento de los personajes y su interactuación es el punto fuerte de esta etapa, donde Waid regresa a la esencia de los Héroes más Poderosos de la Tierra, que han vivido sus mejores etapas en base a esta forma de construir historias. De ahí que me repita un poco en esa labor de guionista de oficio que realiza Waid, para que todos entendamos que clase de tebeos realiza aquí. Quizá no está tan inspirado como en otros de su trabajos, pero sigo viendo su sello indeleble en estos cómics, que utilizan muy bien la narrativa actual, pero manteniendo las tramas con un regusto clásico. Es prácticamente un revival similar a la etapa de Busiek, pero más en un estilo modernista que clasicista, por así decirlo.
Waid repite, eso sí, el esquema de Duggan, y es el encargado de rematar el
crossover que nos conduce a su vez al desenlace en la cabecera de Sam. Realmente es una forma de hacer interactuar a los dos grupos y dar cierta explicación a su estancia en Pleasant Hill, cuando fueron requeridos por Steve Rogers. El segundo capítulo es donde podemos ver esa diferencia palpable de Waid y Duggan en cuanto a la coralidad del argumento se refiere, además de ese rescate del baúl de los recuerdos a villanos de segunda, siguiendo también la pauta de Spencer en la historia central. Me sigue llamando la atención el destacado papel de masacre en todo esto, aunque también hay que recordar que el guionista ya escribió a Wade en una de sus primeras miniseries en los noventa, por lo que no se puede decir que sea ajeno a él.
En el tablero de dibujo tenemos a Adam Kubert, que a mí particularmente me gusta mucho, pero reconozco que no está en el nivel de otros tiempos. Se le notan muchas irregularidades en el trazo. Sin embargo, salvo casos muy puntuales, es un artista solvente y encaja muy bien en el tono que imprime Waid, con ese pequeño regusto clásico. Una vez pasado este alto en el camino, a ver si Waid sigue en esta misma línea, porque su etapa en la serie me está gustando un poco más de lo que esperaba.