Releído para la ocasión el primer tomo.
Desde el primer momento en que vemos la entrevista entre Groves y Oppenheimer, vemos que la serie va a ser diferente. No tanto por Oppenheimer (craso error) sino por el general, con su uniforme, decoración del despacho y su misma actitud.
No obstante, conforme pasan los números vamos conociendo poco a poco a los que serán los ¿protagonistas? de la serie: aparte de Groves y Oppenhemier, destacan en este primer tomo Einstein y Feyman.
Poco a poco nos vamos introduciendo en el desarrollo descarnado e intuitivo de los Proyectos Manhattan. Asistimos en un primer lugar a una guerra fría que no sabíamos que existía, y que no conoce prácticamente nadie fuera de los Proyectos.
Destacadísimo el uso del color: el rojo y el azul.
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Aunque en primer lugar se observa la necesidad de los Proyectos Manhattan como
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Y luego está
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Desconociendo la personalidad de los científicos en los que se basan estos personajes, uno no puede dejar de pensar si en realidad se parecieron en algo a estas gentes egoístas, narcisistas, desquiciadas y crueles hasta el infinito. Porque son personajes históricos todos ellos, y eso hace que la visión retorcida sea más estremecedora si cabe.
El conocimiento por encima de todo, sin importar las personas más allá de uno mismo. El desarrollo de las ideas como evolución de la imaginación. Pero sin control ninguno.
Ciencia. Malo.