Leídos los
números 4 a 7 de
Imposible Patrulla-X, hasta este mismo mes.
Pues, solo puedo decir
Creo que no me equivoqué cuando dije que Rosenberg bien podía ser ese autor mutante que todos llevábamos años esperando. Leyendo todos estos números de seguido, me ha dado la sensación de regresar a La Patrulla-X que yo leía cuando era niño, la anterior a la etapa de Morrison. La Patrulla-X canónica, cuando la franquicia aún era la más poderosa del género de supers y sus aventuras no se habían retorcido tanto como para dejar de ser reconocibles. Aunque la última vez que Lobezno y Cíclope se unieran en este plan, y en parte también me recordaba a este inicio, fuera aquí:
Por suerte, el desarrollo ha sido muy distinto.
Me he encontrado una Patrulla-X fresca, entretenida, pero reconocible, con un evidente gusto por el pasado (trajes para los Nuevos Mutantes, el 90 de Cíclope, el marrón de Lobezno), y con ganas de recuperar esa esencia. Se nota que su guionista ha leído tantos tebeos como yo, y que además, los ha entendido de forma muy similar, lo que da una sensibilidad que yo no encontraba en la serie prácticamente desde Carey. Mucho mejor sin duda su arco de "Esto es para siempre", que flojea algo más en el segundo "Lo que siempre hemos sido", que me parece menos redondo por el momento. Me encanta que se hayan rescatado personajes como
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, aunque sea para cargárselo, y he sentido la emoción del resto de muertes, que no obstante, quizás son demasiadas
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. Tampoco me convence mucho la brutalidad de Hope, personaje que está siendo bastante desvirtuado en los últimos años, pero el global es bueno. Me gusta que recuperemos al viejo Slim, que la dinámica con Logan siga funcionando, y que tengamos elementos con tanto sabor y años como El rincón de Harry. Buenos diálogos, una trama interesante que se nota está acelerando en los últimos números para ir cerrando, y un dibujo correcto aunque muy mejorable.
Una lástima que por desgracia esta breve etapa vaya a quedar en los anales de la historia mutante como "lo que podría haber sido". Creo que con los años entenderemos la etapa de Rosenberg en la franquicia (sus minis, su Increíble, Uncanny), del mismo modo que atesoramos otra de las grandes pero desgraciadamente breves etapas que hayan tenido jamás los mutantes: la de Joe Kelly. Me recuerda a ella en muchas cosas, por la frescura, innovación y a pesar de ello esencia y respeto, de la serie de toda la vida. Por suerte, Kelly tuvo mucho mejor compañero en un Carlos Pacheco en estado de gracia. Pero en fin.
Gran etapa, a falta de un último número español para cerrar.
A Hickman le han puesto el listón muy alto justo antes de su llegada.