Buenas
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Batman de Norm Breyfogle 01.Ésta es una de esas lecturas que ya sabes que te van a gustar antes de abrir la primera página, que ansías devorar y colocar en la estantería de favoritos incluso antes de comprar un solo número. Efectivamente, así ha sido. Ya comenté que mi idea perfecta del personaje era un cruce entre los cómics comprendidos entre Año Uno y Knightfall, muchos de ellos incluídos en esta colección, y la serie animada de los 90'. Por lo tanto, éste es mi Batman comiquero definitivo, por encima de otras etapas del personaje que también aprecio. Vamos a ver que nos trae este tomo:
El primer episodio, reproducido en blanco y negro por falta de materiales, enfrenta a Batman con el Doctor Muerte. Sin embargo, el auténtico protagonista de la historia es un malhechor de poca monta, más torpe que malvado. Se incide sobre la temática del "buen ladrón" que ha caído en malas compañías y que deberá sacrificarse para salvar su alma, en este caso su família. La verdad es que no es un inicio demasiado contundente pero para calentar motores no está mal. Incluye algunos buenos detalles, como esa enfermera gigantesta y agresiva, que recuerda a la sicaria de Kingpin en "Born Again".
Luego se incluye un episodio dedicado a "Millenium", el repelente crossover que ya me tocó las narices en las colecciones de Superman de la época. Lo cierto es que es difícil entender la historia si no se tienen antecedentes del argumento pero tampoco importa demasiado. Pronto empieza lo bueno...
Destaca la brillante presentación de Scarface, obvia referencia al gángster Al Capone, en un entorno de cine noir de serie b. No faltan sus broncas y amenazas a sus empleados, su sempiterno puro en la boca, sus delirios de grandeza, sus comilonas a base de spagettis en el "club" o sus enfrentamientos con los clientes del restaurante, al más puro estilo "Goodfellas". Sus diálogos son divertídisimos y la relación con su alter ego, El Ventrílocuo, deja momentos memorables y abunda en la psicopatía propia de los antagonistas del murciélago. Sin duda es un personaje apasionante, con una caracterización brillante y suyos son mis números favoritos de este primer tomo.
Sorprenden por su turbiedad los episodios de El ratonero, personaje de extrema crueldad y villanía, que atormenta y humilla a sus víctimas de forma atroz. Aterra lo que leemos y también lo que intuímos e imaginamos por lo que la implicación con el terrorífico relato es inmediata. Breyfogle deja, además, varias viñetas para el recuerdo.
La oscuridad del relato anterior continúa envolviendo el arco argumental dedicado a Kadáver, insólito villano que parece un especialista de efectos especiales de la Hammer. Estos cómics presentan miserables asesinatos, cobardes secuaces que ejecutan sin piedad a sus víctimas, avariciosos herederos sin escrúpulos, vagabundos alcohólicos que viven entre periódicos soñando con una vida mejor... Desde luego no se puede decir que el sol salga muy a menudo en Gotham City y estas historias de Batman se pasean sin rubor por el lado más oscuro de la ciudad.
En mi opinión este arco se ve lastrado por la contínua narración del locutor de radio y no acaba de hilar del todo su propuesta debido a, quizás, un exceso de personajes. Hablando sobre la edición de Planeta, no creo que fuera buena idea traducir la letra de las canciones. De todas formas es una historia más que correcta, asfixiante y pesimista. En tal infierno urbano, Batman se configura como un ángel vengador que da esperanza a los gothamitas de bien. Esta idea ya aparece en las historias anteriores del presente tomo. El héroe llega adonde la policía y la ley no pueden o no quieren llegar. Hay ciertos trabajos que sólo Batman puede realizar y para el que las fuerzas de seguridad no están preparados, ya no solo por estricta fuerza física, si no por sacrificio, dedicación e inteligencia.
El concepto de ángel vengador se vería reforzado por la ausencia absoluta de Bruce Wayne en estas historias. No aparecen ni la Mansión Wayne, ni Alfred ni la Batcueva, ni nadie. Gotham City y Batman. Y funciona, vaya que sí funciona. Y no funcionaría en el caso de Superman o Spider-Man. Clark Kent y Peter Parker son mucho más importantes que Bruce Wayne para el desarrollo de sus historias.
-En esta ciudad nadie imparte justicia sin que yo me involucre. (Batman)
Tras estas historias se sitúan dos episodios autoconclusivos en los que se apuntan ciertas críticas a la política exterior estadounidense y al expolio de obras de arte del Tercer Mundo por parte de los países desarrollados.
Para vengar el sangriento atentado perpetrado en Gotham City por un comando terrorista, Batman se embarcará en su "Operación Gerónimo" particular. Esto le llevará a Londres tras la pista del terrorista islamista comunista Hassan. Batman no tiene jurisdicción en Gotham City, no es un funcionario público en sentido estricto. Es, a todas luces, un fuera de la ley. Aparentemente cuenta con la aprobación de la policía y el entusiasmo de los ciudadanos, si bien tampoco colaboran con él de ninguna forma. En el contexto de estas historias esto tendría una cierta justificación. Es complicado llevar la cuenta de la cantidad de gente que muere en estos cómics. Gotham es un auténtico polvorín bañada en sangre y drogas que recuerda a la ciudad sin ley de la película "Robocop". Es una figura indispensable para mantener el orden.
Sin embargo, Batman traspasa este pacto tácito con las fuerzas del orden y la ciudadanía de Gotham al trasladar sus métodos a otro lugar. En lugar de ejercer su influencia como empresario millonario y presionar a su gobierno para que curse la debida solicitud de extradición, Batman no se deja amedrentar por la burocracia y las normas internacionales y entra en un país extranjero a imponer su propia ley.
Batman o el narrador no revelan en ningún momento qué está haciendo el justiciero exactamente en Londres. ¿Qué va a hacer con Hassan? ¿Enviarlo a Washington por valija diplomática? ¿Entregarlo a la Interpol? ¿Presentarse en el aeropuerto como Batman y con el terrorista bajo el brazo? ¿Meterlo en la maleta de Bruce Wayne y pasar con él la aduana? En ningún momento parece que Batman tenga pensado regresar a Gotham con Hassan y entregarlo a las autoridades. Estas preguntas quedan sin respuesta debido a los convenientes giros argumentales. Algo similar vimos en la película de Christopher Nolan "The dark knight" con el personaje de ascendencia china, con distinto final.
El tono de pesadilla y obsesivo que tan bien casa con el estilo de Breyfogle se acentúa con la historia del asesino Cornelius Stirk, un vampiro del miedo que deja un reguero de cadáveres a su paso y que profundiza en los mayores temores de Batman. En el siguiente episodio se presenta al investigador Joe Potato, que formará equipo involuntario con el murciélago para detener a un broker que ha perdido la cabeza a causa de las drogas. Finalmente, se incluye una historia dibujada por Eduardo Barreto, centrada en las snuff movies.
Las historias recogidas en este primer tomo son muy oscuras. La muerte acecha en cualquier esquina y se palpa el peligro en cada palmo de Gotham City. Las drogas parecen ahogar la ciudad entera y la escalada de asesinatos es constante. Son unos cómics llenos de violencia explícita pero nada gratuita, siempre justificada por las sórdidas historias y los crueles personajes que el equipo creativo va presentando. En este sentido, es fácil sentir odio por personajes como El Ratonero o Cornelius Stirk, auténticos psicópatas asesinos que se recrean en el sufrimiento de sus víctimas.
Bruce Wayne aparece quizás en tres páginas de las más de 300 que conforman este primer volumen, por lo que prima de forma rotunda la acción y la aventura, el tono policíaco e interesantes descensos al terror puro. Se acabaron las interminables cenas benéficas que no llevan a ningún sitio, los romances de Wayne que no le interesan a nadie y las largas conversaciones con el Robin de turno. En este sentido, se presenta un Batman impecable por parte de Norm Breyfogle. Su dibujo es espectacular e impactante y adecuado a las historias que se van desgranando. Se intuyen influencias de maestros como Neal Adams, en algunas rompedoras composiciones de página, o de Gil Kane, por la perspectiva cinematográfica y los contrapicados. Es un Batman misterioso que parece acechar siempre entre las sombras. Inspira un irracional temor en sus enemigos a la vez que supone una luz de esperanza como protector de los inocentes de Gotham City, una ciudad podrida desde sus más recónditos cimientos hasta la cima del más alto de sus rascacielos.
Próxima estación: Batman de Norm Breyfogle #2
saludos