Electro es un villanazo como la copa de un pino.
Octopus, Duende Verde, Doctor Muerte, Cráneo Rojo, el Mandarín... Todos grandes antagonistas obligados a las mayores perversidades, los planes más cuidados y el máximo carisma en cada aparición.
Electro no. Electro lo mismo aparece para que le humillen que le pega una paliza a Spiderman porque sí, porque puede. No necesita trasfondo, no necesita profundidad, no necesita más que su siempre increíble disfraz y un oponente delante para hacer lo que mejor se le da: regalar espectáculo al lector.
Por mí que no cambie nunca.