Aquí lo que ha pasado está clarísimo, que esto no es nada nuevo, vaya
Mipey estaba sentado en su sofá de terciopelo escarlata cuando empezó a leer comentarios muy positivos sobre esta etapa, algunos de vacas sagradas del foro. Es entonces cuando Mipey pega el respingo:
En su cerebro, ya están dándole vueltas al tema:
"Pues voy a leer la etapa para bajarle los humos a esta gente, vaya, qué se creen, seguro que no es tan buena, ja, me río yo de su criterio, mira, mira esto, si es que no, que no, que no".Dicho de otro modo: A Mipey le gusta llevar la contraria.
Es un
reversal-man de libro, un salmón de la cultura, lo suyo es nadar contracorriente. Una etapa con muy buenas críticas, mucha gente hablando bien de ella y nada negativo es carnaza para él. Sangre en el agua. Aquí Mipey, ansiando comerse el cómic y destrozar tanta crítica unánime:
Si los buenos cómics modernos fueran navidad, Mipey sería el Grinch.
En sus más húmedos sueños, fantasea con quedarse el sillón de Risto Mejide y tener el dedo sobre el botón.
Decapitar cómics y autores con un solo gesto despectivo. Un bah.
Si hubiera vivido en otro siglo, Mipey se habría reído de Mozart. Se hubiera burlado de Picasso. Habría ridiculizado a Joyce.
¿Os acordáis de los dos viejetes gruñones que lo ponían todo a caldo en los teleñecos?
Es nuestro y hay que quererlo, pero también hacerle caso en su justa medida, porque es impulso de contrariar es superior a él.