Una última nota a
Cabezas. Según comenta Mignola en los apéndices: "Es una de mis historias favoritas de Hellboy. También fue una de las más complicadas, porque no tenía ni idea sobre Japón y quería que hubiese una sensación muy nipona. Es una adaptación bastante fiel de un cuento japonés, aunque dejé de lado la parte donde salen cabezas comiendo gusanos".
Y ahora vamos con...
Baba YagaEn este breve aventura, de apenas 8 páginas, recuperamos un incidente nombrado en
Despierta al demonio: el enfrentamiento entre Hellboy y Baba Yaga que se saldó con la pérdida de un ojo por parte de esta última. Cito una vez más las palabras del propio Mignola sobre su creación:
"Había planeado, en un principio, hacer esta historia como uno de los cuatro complementos que aparecerían en
Monkeyman y O'Brien, la miniserie de Arthur Adams. Como Art se pasó más tiempo con esta serie de lo esperado, continué con otros proyectos. Al final introduje a Baba Yaga (la bruja más famosa del folklore ruso) en
Despierta al demonio, la segunda miniserie de Hellboy. Allí mencioné que Hellboy le había arrancado un ojo de un disparo, pero aún quería dibujar la escena. Es un momento muy importante en la vida de Hellboy. Y aquí está, creado especialmente para este recopilatorio. Me inventé toda la historia de contar dedos de muertos, pero (lo creáis o no) que Baba Yaga cuente cucharas es un cuento ruso de verdad".
Me ha parecido algo inquietante eso de que cada vez que Baba Yaga se presentaba en casa de aquel hombre a contar sus cucharas, éste se escondía en un armario y mordía un trapo para no gritar. Así, a través de una anécdota secundaria, Mignola consigue transmitir el miedo que inspira la bruja a todos los que padecían su visita. A mí me ha dejado dándole vueltas a la idea de qué pasaría si el número de cucharas no se correspondía con el que debía ser. ¿Qué clase de castigos inflige Baba Yaga en esos casos?
En cuanto a la escena de las manos de los muertos saliendo de la tierra (tal como solemos ver en cualquier película clásica de zombies) y Baba Yaga contándoles los dedos, también tiene un punto algo perturbador.
¿Qué hace la bruja con el cadáver del tal Katayev? Parece que, al soplarle cerca, le insufla vida de nuevo, después de pedirle "que la lleve al aquelarre". Sin embargo, cuando Hellboy sale de su escondite y la ataca la llama caníbal. Me he tenido que perder algo, porque creo que en ningún momento se la ve comiéndose a nadie...
El cónclave de animales parlanchines resulta bastante desconcertante. Se preguntan si la bruja ha muerto, porque han visto sangre y restos de sus pertenencias por ahí tirados, pero el oso concluye que ella "no puede morir mientras perdure Rusia".
Y la historia concluye con un comentario en off: "Ese año no hubo primavera para el pueblo de Bereznik, y todos los niños que nacieron allí fueron ciegos de un ojo. Y los viejos del lugar, que sabían mucho, decían... 'Es mucho su poder'".
Creo haberlo oído varias veces, pero no está de más repetirlo: esta historia pedía más desarrollo. El doble de páginas, aunque fuese, le habría venido bien. Al final el enfrentamiento se reduce a la anécdota del disparo. Algo más de tensión, algo más de diálogo, habría sido de agradecer.
Con todo, ya conocemos un poquito más del pasado de Hellboy.