Acerca de BM Asombroso Spiderman 8 (Amazing 39)
Hoy en día, en nuestra sociedad, no se lleva mucho lo de leer.
Cada vez es más complicado encontrar gente que tenga un hábito de lectura habitual.
Puntual, puede ser, pero de manera regular, cuesta bastante.
Si eso ya es difícil, mucho más complicado es entender que un adulto lea tebeos, y si ya los coleccionas desde hace años, eres, en el mejor de los casos, un friki simpático.
Lo que la gente no sabe es que muchas lecturas nos retrotraen a otros momentos, a otras experiencias vividas, y a instantes que te sacan de catarsis.
La Biblioteca Marvel 8 de Spiderman incluye el Amazing Spiderman #39, como todos sabréis.
Ese tebeo lo tengo en mil ediciones: Vértice, Bruguera, Forum, Panini...
Lo compré en 1983 (en su edición de Bruguera), en un garaje del pueblo donde veraneaba, Gaibiel, mientras paseaba haciendo tiempo para que abrieran el horno y conseguir un pedazo de torta de tomate (que no compré por gastarme el dinero en el tebeo). Me hice con una nueva edición en 1999, el nº 1 de Spiderman de John Romita, que releí en el Hospital de Can Ruti a la par que visitaba al recién nacido de mi sobrino, que estuvo mucho tiempo en una incubadora por
sietemesino. O compré el tochal de Panini en el Salón del Cómic de 2012, asustado porque la empresa donde trabajaba se había declarado en quiebra.
Ayer, mis hijos me regalaron la nueva edición de Biblioteca Marvel,, y lo releí sumamente feliz antes de dormir.
Pero en esta edición venía algo que no traían las anteriores ediciones, y es el correo de lectores de la época.
Me ha encantado encontrarme con una carta de una lectora, ama de casa y madre, en 1966, que explicaba la dificultad de conseguir los cómics de Spiderman, y que había decidido suscribirse.
La mujer, Melanie Skinner, vivía en Alaska, en un pueblecito de 1000 habitantes, Delta Junction.
Hasta ahora desconocía que existía ese lugar, frio como no podía ser de otra manera, y he pensado en esa chica de 1966, viviendo esa vida, en Alaska, esposa, madre y fan del trepamuros. Me he preguntado qué sentiría al leer el Amazing #39, que le regalaron por la suscripción. Me he preguntado también si habrá cumplidos sus sueños, si habrá sido feliz. Estoy seguro de que, de seguir viva, se sentirá contenta de que la recordemos.
Me he metido en Internet y he averiguado cosas de Delta Junction, y no sé por qué, me han dado ganas de escribir, cosa por la que había perdido la ilusión. Y eso importante. Y bonito.
Y todo por un tebeo