Confieso que aunque me he pasado varias veces Silent Hill 2, nunca había completado el episodio extra de su edición especial (la cual poseo desde hace unos 10 años), algo a lo que he puesto por fin remedio.
Así pues, he jugado a Silent Hill 2: Born from a wish.
Partiendo de la base de que no esperaba la gran cosa de este añadido, lo cierto es que ha cumplido con mis expectativas: no sorprende, no presenta ninguna mecánica nueva, no arriesga y desde luego no iguala al original. Nada inesperado hasta aquí. No es un DLC.
El fuerte del episodio es controlar a Maria, disfrutar de la expansión de la trama y explorar un escenario nuevo. Nada más. Los enemigos son los mismos y combatirlos se siente como un trámite (mucho más incluso que en el original), salvo por un puzle el resto apenas llegan a suponer una mínima distracción, e incluso el escenario nuevo roza el insuficiente. Demonios, si es que hasta a la trama le puedo sacar peros, que solo comprenderá el que se haya pasado Silent Hill 2.
¿Y vale la pena? Para mí sí. Como fan fatale de Silent Hill y más concretamente de su segunda entrega considero que la posibilidad de pasar una hora más en su historia siempre es de agradecer, y por supuesto la atmósfera es sublime, con la capacidad de inmersión y el mimo escenográfico propios del producto. Con esta duración, y considerando que logra sendos objetivos de entretener y atrapar (aunque sea en cotas muy inferiores a los de la campaña principal), no puedo menos que recomendarlo a los que sientan curiosidad por él.