Y sin embargo, a la hora de evocar toda la metralla noventera, siempre tiene que aparecer el nombre de Liefeld, un autor que en Marvel estuvo solo los dos primeros años de la década mas el Reborn, que encima no llegó al año, pero a la hora de leer sobre esto, da la impresion de que Rob fue omnipresente durante gran parte de la década por lo menos. Esto es como esos fotomontajes que se marcaba Stalin haciendo creer a la peña que estaba junto a Lenin cuando la Revolución Rusa y demás.
Pues no te falta razón. La verdad es que a la hora de buscar culpables y de poner un rostro a toda la década, hay que reconocer que Liefeld es el candidato ideal. Artísticamente hablando, es barato y fácil de sacudir.
Y además no hace falta ni saber del tema. Basta con poner uno de sus dibujillos y toda la gente automáticamente empieza a hacer aspavientos y a pedir daños y perjuicios.
Por lo que tenía entendido, lo de la Marvelution fue un poco fruto de las malas ventas, es decir, en Marvel se habian acostumbrado en su dia a vender fácil 200000 numeros de un Uncanny cualquiera de Lee o un Amazing de McFarlane, y tras lo de la fuga "Imaginera", la cosa fue un poco cuesta abajo, y mientras, eso sí, a ignorar en parte lo que Harras estaba haciendo con los Vengatas o DeFalco en los 4F. La pauta estaba totalmente marcada por el universo mutante dada la herencia recogida y mal aprovechada (mal aprovechada en mi opinion).
En general, en el momento en que se echó a DeFalco y se produjo la Marvelution, Marvel no tenía malas ventas. Más bien fue la necesidad de vender más de lo que se estaba vendiendo, que es otra cosa muy distinta.
Es decir, la Marvelution no fue consecuencia de que los tebeos de Marvel se vendieran poco, sino de que Perelman exigía vender más de lo que se vendía para poder salir adelante de todos los pufos en que había metido a Marvel y de la ingente deuda que con sus extraños negocios estaba acumulando sobre las espaldas de la editorial.
Lo que ocurre es que, sin ni siquiera entrar ya en la calidad de los tebeos, la Marvelution era un invento condenado al fracaso desde el principio. Y no tanto por la competencia que le hacía Image (en realidad había más autores emancipados/sellos/editoriales robándole cuota de mercado a Marvel), sino sobre todo por el penoso negocio (uno más) que le había supuesto a Marvel la compra que Perelman había llevado a cabo de la distribuidora Heroes World con la idea de que distribuyera los cómics de Marvel en exclusiva.
Heroes World era la tercera distribuidora en los USA, junto con Diamond y Capital City. Chuck Rozanski, fundador y propietario de Mile High Comics, y que creo que de esto sabe un poco, es el que lo explica de puta madre. También está muy bien el libro de las Comic Wars que publicó Random House hace unos años.
El caso es que según interpreta Rozanski, sin tebeos de Marvel para distribuir, los demás distribuidores vieron reducido su volumen de negocio entre un 30% y un 40%, mientras que sus costes seguían siendo los mismos. Al mismo tiempo, Heroes World no tenía la infraestructura suficiente para que todos los tebeos que publicaba Marvel a la semana llegasen a todas las librerías a las que antes sí llegaban, con lo que Marvel dejó de vender un montón de tebeos que antes sí vendía (y de paso algunas librerías pequeñas se fueron a tomar por el culo). Y ello sin contar con un montón de facturaciones erróneas o envíos el doble de costosos que antes de que Perelman se montase su propia distribuidora.
Steve Geppi, el dueño de Diamond (y que por cierto, lleva más años que Supermán vendiendo tebeos) que conocía su negocio 800.000 veces mejor que Perelman, sería el gran vencedor de aquella guerra que no había iniciado él, pero que le vino de puta madre. Al ver peligrar su negocio por la maniobra de Perelman, Geppi empezó a negociar con DC, Image, Dark Horse y el resto de editoriales para convertirse en su único distribuidor en exclusiva, consiguiéndolo y llevándose además por delante a Capital, que se quedó sin nada.
Dos años más tarde, con la bancarrota de Marvel, Heroes World tuvo que cerrar. Marvel se comió todas sus deudas y tuvo además que regresar con Diamond para que se pudieran distribuir sus tebeos. En resumen, el resultado de aquella genialidad de Perelman fue que desde entonces Diamond Comics es el único distribuidor que existe en los USA.
Por cierto, que hablando de Rozanski, es obligado mencionar que la historia detrás de él y de Mile High Comics es una de las historias de tesoros más alucinantes que existen el mundo de los tebeos. Me imagino que los que lleváis años en esto ya la conocéis. Y los que aún no la conozcáis, de verdad, buscad la historia por la red, que os aseguro que no vais a salir decepcionados. Os va a encantar.
Y volviendo al tema, únele además a los problemas de distribución, la pueril imitación de Image que suponía la Marvelution. Es decir, imitando lo que hacían McFarlane (la verdadera obsesión de Perelman), Lee, Liefeld y Silvestri dentro de Image, Perelman decidió cortar la cabeza de DeFalco para sustituirle por seis cabezas diferentes: Harras con los mutantes, Gruenwald con los Héroes Marvel, Bobbie Chase (la pobre no sabía ni quiénes eran los autores que trabajaban en los tebeos que editaba) en aquella cosa llamada Marvel Edge, Budiansky en los títulos de Spiderman (montando mes a mes un cacao con lo de los clones que cada día era más imposible de solucionar sin tener un hacha a mano o una escopeta cargada), Joey Cavalieri con los títulos de la Marvel 2009 y Carl Potts para las licencias. Creo que más o menos era así.
Lo importante es que sin un tío manejando la totalidad del cotarro editorial (que era como se había trabajado desde siempre en Marvel) y con seis tíos diferentes, colocados en aquel puesto de la noche a la mañana y yendo cada uno a la suya, aquello acabó como acabó. Un despropósito que no duró ni el año, con Perelman intentando que DeFalco volviera otra vez a aceptar el puesto para tratar de volver a poner todo como estaba antes de su “invento” y con DeFalco mandándole a tomar por el culo; con Harras aceptándolo finalmente para intentar sacar a Marvel de la nave a la deriva en que se había convertido (más que a la deriva, en realidad habría que decir a pique, gracias a la deuda generada por Perelman con sus ruinosas adquisiciones de Fleer/Sky, Toy Biz, Malibu, Heroes World, Panini, Marvel Software, Bongo Cómics, etc.).
Con Lee y Liefeld dentro, con DeFalco fuera, con Gruenwald muriéndose de un infarto en plenos ataques de Icahn a Perelman para hacerse con la compañía, (con lo que además significaba Mark Gruenwald en el organigrama de Marvel) el marrón que le tocó comerse a Harras, recibiendo ostias por todas partes y por turnos, fue de cine.
De hecho, a ver si hay cojones para llevar esto a la gran pantalla y no las polladas que últimamente nos comemos.
Con todo, lo que seguramente más te interesaría para comprender cómo es hoy la Marvel actual sería lo de Toy Biz. Y para comprender lo que sucedió entre Forum y Panini en el 2004, lo interesante sería hablar del ruinoso negocio que Perelman se montó con Panini. Pero como ya le comenté a David, aquí habría que hablar de muchas cosas que en realidad poco tienen que ver con los tebeos que salvaríamos de aquella década.
No se si es cierto, pero lo que oí en alguna parte sobre este mismo tema es que tras el bajón de ventas que supuso la "fuga de cerebros" hacia Image, el departamento de Marketing paso a tener mucho poder sobre la editorial.
Cualquier decisión sobre el argumento en una de las colecciones importantes pasaba por ellos, decidían los equipos creativos de las colecciones, cambiaban formatos y cerraban o abrían colecciones... Todo porque querían recuperar las ventas de cientos de miles de ejemplares que les robó Image.
Bueno, yo creo que habría que precisar un poco lo que debe entenderse por el departamento de marketing de Marvel en aquellos años anteriores a la Marvelution. Vamos, que si te refieres a Ron Perelman (Presidente) y Bill Jemas (Vicepresidente ejecutivo), entonces posiblemente sí que estemos hablando el mismo idioma.
De hecho, siempre me ha resultado especialmente chocante, lo mucho que los aficionados hemos hablado de Jemas a partir de que Avi Arad lo puso de presidente de Marvel en 2000 y lo poco que lo hemos hecho en relación a su primera etapa en Marvel, precisamente durante los años de la Marvelution y la bancarrota de Marvel. Y eso que Jemas siempre ha sido el mismo, es decir, sin cortarse un pelo a la hora de meter mano a cualquier tema que se le pusiera por delante.
Para entender la posición que Jemas tenía en la Marvel, hay que tener en cuenta que la primera compañía que hacia finales del 92, principios del 93, adquirió Perelman con el fin de anexionarla a Marvel, fue Fleer, la de las trading cards, cuyo propietario era precisamente Bill Jemas, un tío que en aquel entonces venía de la NBA y que había hecho un pastizal con las trading cards del basket. Con aquella venta, Jemas se embolsó más de 250 millones de dólares (por poner una cifra, aunque en realidad he leído que fue más elevada) y encima de forrarse se convirtió a partir de ese momento en el Vicepresidente Ejecutivo de Marvel, situándose a la sombra de todo lo que sucedió hasta el año 97 en que se marchó, o le botaron, como prefieras.
De hecho, me imagino que los que no lo supieran, ahora entenderán mejor de donde salían todas aquellas portadas bañadas en oro, plata, con hologramas, etc, que más parecían trading cards que portadas de tebeos.
Y ya por contar la historia completa, lo cierto es que Jemas se embolsó en aquella operación un pastón por algo que tres años después (una vez desaparecida la moda de las trading cards) ya no valía nada, consiguiendo encima un puesto de puta madre en la editorial. Y ello, sin contar tampoco con todas las deudas que luego le encasquetaría a Marvel y de las que tenía que responder la propia editorial como propietaria de Fleer/Sky.
Vamos, que lo de que Marvel estuvo a punto de desaparecer en aquellos años, nunca fue ninguna broma.
Y por otra parte, en relación a lo otro que comentabas sobre lo que influían Perelman y Jemas en los personajes y los tebeos que se acababan publicando, para que te des cuenta de cómo los negocios de Perelman se metían dentro de lo que sucedía en los propios tebeos de Marvel, te voy a poner un solo ejemplo de los más de diez que se podrían comentar: el tema de los Vengadores y la Encrucijada, al que he visto que Pato ha hecho mención. A causa de la compra de Malibu, los planes que Harras tenía para el regreso de Sersi y el Caballero Negro a los Vengadores a través de una saga que se iba a llamar la Encrucijada (sí, esa Encrucijada) pasaron a mejor vida al tener que meterse a Sersi y al Caballero Negro en el Ultraverso de manera improvisada y a toda velocidad, montándose a la carrera un crossover entre los Vengadores y los Ultraforce, mientras que la Encrucijada acababa transformándose en lo que se transformó, con Tony Stark (de la mano de Terry Kavanagh) convirtiéndose en el villano de la historia (un papel que siempre he sospechado que originalmente estaba pensado para Sersi) y dentro de otro tipo de historia bastante distinta a la que finalmente se acabaría publicando de la mano de Kavanagh sobre la premisa inicial de Harras.
CReo recordar que por esa época Marvel compró Malibú Comics y que por ese motivo se incluyeron a varios de sus autores en Marvel. ¿A alguien le suena Terry Kavanagh?
Bueno, en realidad Kavanagh era un tío de Marvel (y en concreto de los mutantes) en concreto, que ahora recuerde, desde la época de Ann Nocenti como editora de Claremont a mediados de los ochenta.
Por ponerte un ejemplo, así de memoria, lo primero que se me viene a la cabeza es que era editor asistente de Nocenti en Classic X-Men y juraría que también en los Nuevos Mutantes.
De hecho, su gran salto dentro de la editorial lo dio a principios de los 90 como editor del Arma X de Barry W. Smith dentro del Marvel Comics Presents, otro de esos tebeos antológicos de la Marvel de los 90 que nunca se suelen mencionar cuando se habla de esa década.
El caso es que Perelman se gastó otro pastizal en Malibu porque le interesaban sus coloristas para tratar de imitar a Image en el color de sus tebeos; de hecho, Malibu era la compañía independiente que había utilizado inicialmente Image como canal de distribución al principio de su andadura; luego los McFarlane, Lee y demás se fueron de Malibu y estos crearon el Ultraverso para rellenar el hueco que se les había creado, pero esa ya es otra historia.
Y la verdad es que se me ha ido la olla porque ahora no sé muy bien a cuento de qué venía esto...
A lo que iba es que la relación de Kavanagh con Malibu (New Exiles y alguna otra cosa más, me parece que era lo que hacía) es posterior a la compra de Perelman de Malibu. Kavanagh no venía con el paquete que compró Perelman.
P.D: Pato, no te confundas, la Era de Apocalipsis es el evento MUTANTE por excelencia. Onslaught es el macroevento GENERAL de entonces, mas aun que el Guantelete del Infinito (pero solo por fama eeh?)
Para mi el evento fue Onslaugth. Asi se vendió en Marvel y éste afecto a la totalidad de colecciones del Universo Marvel. Este es el macroevento de los 90, lo otro es un what if exclusivo mutante.
Chicos, entiendo vuestras puntualizaciones sobre la diferencia entre afectar sólo a una línea o a todas las líneas editoriales, pero yo estoy con Pato y con Essex. Para mí, el gran evento Marvel de los 90, por enfoque, autores, trascendencia editorial, entidad, repercusión y éxito de ventas, fue la Era de Apocalipsis, por mucho que únicamente afectase a los mutantes, que es que además lo eran todo en la Marvel de aquellos años.
De entrada, Onslaught iba a ser solamente otro crossover más de mutantes. Del mismo modo que antes lo habían sido el Proyecto Exterminio (90) la saga de la isla Muir (91) la Canción del Verdugo (92) Atracciones Fatales (93), la Alianza Falange (94) y la Era de Apocalipsis (95), Onslaught iba a ser única y exclusivamente el crossover de mutantes del año 96. Y al principio sólo iba a tener como protagonistas a los mutantes, con el lío de Bishop, Gámbito, el traidor de la Patrulla, etc.
Lo que ocurrió fue el famoso contrato de Perelman con Lee y Liefeld. Sí o sí, los héroes más clásicos de Marvel iban a salir por piernas del Universo Marvel, y aquello había que vestirlo y darle una explicación. Y además, sin tiempo material para llevarlo a cabo, es decir, plantear tramas, buscar autores, planificar lo que iba a ocurrir en el evento, con Gruenwald que se acababa de morir, y con Fabian Nicieza que se acababa de pirar de los mutantes.
La única línea editorial en la que Harras (recién nombrado Editor en Jefe) tenía suficiente control creativo y gente capaz para poder llevar a cabo todo aquello en el escaso tiempo (menos de seis meses para que los tebeos salieran a la calle) de que disponía antes de que llegasen Lee y Liefeld y se llevasen con ellos a Vengadores, 4F y demás, era precisamente en la línea de los mutantes, la suya, que además ya tenía el crossover en marcha y un número suficiente de lectores para dar una amplia cancha al improvisado evento que por cojones no había más remedio que llevar a cabo.
Vamos, que Onslaught ni era un evento pensado para la circunstancia que al final se produjo en él (la salida de los héroes clásicos del universo Marvel), ni puede ser considerado el gran evento de la década porque no estaba planteado así. Fue sólo una improvisación que se llevó a cabo en el escaso tiempo de que se disponía, una salida de urgencia (o de emergencia, como queráis) para justificar la salida de esos héroes del Universo Marvel y su traspaso urgente a Lee y Liefeld.
Vamos, que fue sólo el crossover de mutantes del 96, pero agigantado artificialmente por las circunstancias que se dieron. Y eso no es lo que yo entiendo por el evento de una década. Para mí, para que algo se considere un evento, creo que debe nacer y planificarse como tal, como la Era de Apocalipsis, no improvisarse, como Onslaught.