Hulk: Omnigold tomo 2: Este Monstruo Desatado (1968-1969) Este segundo tomo que recopila las aventuras del gigante esmeralda sigue la línea iniciada en la parte final del primero. Por lo menos en cuanto a la naturaleza de sus aventuras, centradas en la figura del Hulk temido y perseguido, y también a la parte gráfica, que sigue a las manos de Marie Severin.
La novedad, ya desde el primer número del volumen, está en la parte escrita. Gary Friedrich sustituye a Stan Lee en un puñado de números, si bien de algunos fragmentos de historia se encargan otros guionistas como Archie Goodwin o Roy Thomas.
La línea a seguir por parte de la colección es la histórica de esta etapa. Todo gira en torno al drama de Bruce Banner y el propio Hulk, y por extensión los de Betty Ross, Rick Jones y hasta Glenn Talbot. Y, como no, la persecución obsesiva de Thaddeus Ross, en un retrato del militar inflexible y autoritario, que no deja en muy buen lugar a los altos mandos del ejército.
Incluso buena parte de los villanos viven su drama personal, caso del Eslabón Perdido, Glob, el Parásito del Espacio o hasta el Rino.
Buena prueba del tono esencialmente dramático en el que se apoya la colección, es que apenas hay lugar para la comedia. Pero eso no impide que el terreno en el que discurre la serie esté más relacionado con la aventura que con otros géneros. Desde el punto de vista de Bruce Banner se podría decir que la colección consiste en un viaje iniciático aleatorio, en que la parte humana del protagonista aparece en el lugar de turno sin saber como ha llegado hasta allí.
Los lápices de los primeros números corren a cargo de Marie Severin, una buena artesana que cumple bien, pese a no estar entre los grandes de la época. Sus figuras tienen un curioso aire barroco, como más afectadas, y narra muy bien. Lástima del entintado de George Tuska en algunos números.
La historia del Eslabón Perdido creo que está muy bien, así como el primer anual del verdoso, en el que se enfrenta a los Inhumanos malignos liderados por Máximus. Incluso el número en que se enfrenta al Rino, villano de Spiderman que promete quedarse en la colección de Hulk, es un número lo suficientemente sólido.
Buenos números aunque quizás un poco por debajo de los arcos que cerraban el primer tomo que recopila la serie de Hulk, en especial la saga del Alto Evolucionador.
A estas alturas ya nos han dejado clara la soledad de Hulk. Un ser que busca incansablemente un amigo sin encontrarlo, cosa de la que no deja de lamentarse, más cuando se siente traicionado por Rick o Betty, que pasaban por ser sus únicos amigos. Siempre desde el ingenuo y volátil convencimiento de un monstruo con la mente de un niño.
Hulk tan sólo quiere que le dejen en paz, pero no causa otra cosa que temor. Paradójicamente cuando de forma repetida no hace más que salvar a la humanidad de su aniquilación, ya sea por misiles nucleares o por invasiones extraterrestres.
Llega la hora de Herb Trimpe… y de Stan Lee.Trimpe debuta como dibujante a lápiz al completo en el siguiente arco, con protagonismo del Mandarín como villano. Y a continuación hace lo propio Stan Lee, que regresa a la colección con fuerzas renovadas y con deseos de probar a su nuevo fichaje en la parte gráfica. Buena historia en que resulta un placer ver a Hulk destrozando tanques.
En esta línea argumental ocurre un hecho significativo. Creo que por primera vez una organización soviética no es retratada como un cuerpo de rojos despiadados a las órdenes de líder desalmado. Su comandante, Yuri Brevlov, se nos muestra como un colega de su homónimo americano, Nick Furia, con quien lucho contra los Nazis años atrás.
Pero lo mejor de esta etapa lo tenemos a partir de este momento, en los arcos de la Tierra Salvaje, el del Amo de la galaxia, la alianza entre el Hombre de Arena y el Mandarín, el regreso del Líder y la primera aparición de Glob.
Trimpe, a nivel técnico, podríamos decir que es un mal dibujante. Sus diseños anatómicos son bastante mejorables y sus acabados muy poco estéticos. Pero sus tebeos tienen una fuerza que ya querrían muchos otros dibujantes que técnicamente le superan.
Herb se vale de trucos tremendamente efectivos como efectos de explosiones y rayos, primeros planos de gran expresividad, composiciones de viñetas a toda página impactantes, pequeñas acciones detalladas en consecución de viñetas, etc, para crear unos tebeos en los que no parece sobrar ni faltar una sola imagen para contarnos la historia.
Sí, el bueno de Trimpe necesita un buen entintador para rubricar su trabajo, pero sus dibujos son tan dinámicos y en movimiento que se bastan. Se trata de un narrador gráfico de primera.
Stan Lee no le va a la zaga puesto que sus textos, aunque simples, tienen la fuerza que necesitan las imágenes.
La saga de la Tierra Salvaje, con Ka-Zar como protagonista, es el último arco en que John Severin se encarga de las tintas, en lo que seguramente son los números mejor acabados.
A continuación entra como entintador Dan Adkins, que tampoco lo hace mal, de hecho las mejores figuras creo que se muestran en algunos de los números que entinta. Y posteriormente es el propio Trimpe que entinta sus lápices, en los números menos estéticos, pero en conjunto igual de potentes a nivel visual.
Quizás la saga del Amo de la Galaxia es la más espectacular a nivel de narrativa gráfica y posiblemente mi preferida. La forma en que Hulk destruye al Amo de la Galaxia siempre me ha parecido genial. En la segunda película de Guardianes de la Galaxia, la escena en que destruyen a Ego inmediatamente me trajo a la memoria el tebeo de Hulk.
A continuación viene la alianza entre el Hombre de Arena y el Mandarín, bastante heterogenea y donde el villano asiático parece un poco desubicado como villano de Hulk. Pero para mí un par de números bastante potentes donde el Hombre de Arena luce espectacular.
Esta historia marca el regreso a casa. Hulk/Banner vuelve a encontrarse con Betty, Trueno Ross y Talbot.
La saga del Líder, a quien no veíamos desde la parte inicial de Tales to Astonish, es otra de las mejores de esta etapa.
Aquí surge un conflicto en el plantel de secundarios de lo más interesante. Por un lado el General Ross confiando en el Líder, por otro Betty desconfiando, y en medio Talbot, que debe contentar a ambas partes.
Memorable la escena en qué Hulk se libera de la jaula de goma, en una escena 100% Trimpe, dentro de un número final de lo más excitante.
No falta aquí el momento risible cuando Ross llama a la mansión de los Vengadores y se pone al teléfono ni más ni menos que la señora de la limpieza.
En su siguiente periplo, Hulk acaba en Atlantis batallando con Namor, La historia es simple, básicamente un choque de titanes, pero los efectos de lucha en el océano son puro movimiento, así como el trabajo narrativo en general.
El nuevo enfrentamiento contra Máximus y los malvados Inhumanos es seguramente la historia más pobre argumentalmente. Eran tiempos de transición entre guionistas y Lee no parecía estar muy concentrado en la serie. Visualmente es más llevadera, especialmente las primeras y últimas páginas del arco.
Por suerte la colección sufre una plena recuperación en el último número del tomo, ya con Roy Thomas a los guiones. Se trata de la historia inicial de Glob, un monstruo surgido de las ciénagas de los Everglades y un claro precedente del Hombre-Cosa y la Cosa del Pantano. Otro prodigio narrativo.
Para concluir, podrá gustar más o menos esta etapa, podrá gustar más o menos el estilo de Trimpe y la aparente simpleza de los diálogos, pero no se puede negar que la colección sabe muy bien donde quiere ir en todo momento.
Unos tebeos que son cualquier cosa menos aburridos. ¿Como pueden aburrir unos cómics en qué el protagonista viaja a lugares tan dispares como cautivadores, como son el espacio exterior, la Tierra Salvaje, Atlantis, los Alpes y los Everglades?
El primer tercio del volumen está bastante bien, pero es que el resto es magnífico y hacen de esta etapa una lectura altamente recomendable.