Para mí, uno de los años más flojos de la historia del cine, así en general. No hay ninguna obra maestra.
Mi favorita es la que ha señalado rockomic, La Vida Privada de Sherlock Holmes. Un Billy Wilder atípico, que propone una visión totalmente desmitificada y corrosiva del famoso detective.
Que no se hayan mencionado aún: notables son también Tristana (Buñuel), Valerie y su Semana de las Maravillas (Jires), El conformista (Bertolucci) y El carnicero (Chabrol). Pero ninguna me vuelve loco.
Mención especial para una de las películas que representan los últimos coletazos de la antaño esplendorosa Hammer, Las amantes del vampiro, de Roy Ward Baker, con un espléndido Peter Cushing, que me parece muy entrañable.
¡Ah! Y Lynch ya apuntaba maneras con su mediometraje La abuela, importante precedente de su Cabeza Borradora.
Pero ya digo: para mí, ninguna obra maestra.