Día 97: The X-Men #40. Enero de 1968
Banda sonora: Nos vamos al blanco ártico a ver a la patrulla vérselas con Frankenstein. Bueno, en realidad no ocurre así, pero es todo muy pálido. Está claro que toca escuchar "Nights in White Satin" de The Moody Blues:
https://www.youtube.com/watch?v=9muzyOd4Lh8
Créditos: Roy Thomas (guionista); Don Heck, Werner Roth (dibujo); George Tuska, John Verpoorten (tinta); ¿? (color); Artie Simek, Al Kuzrok (rotulación).
Volvemos a nuestra rutina habitual, tirando de clásicos. Es hora de recuperar The X-Men #40, por Roy Thomas, Don Heck y Werner Roth. . Portada de George Tuska y Sam Rosen. ¿El monstruo de Frankenstein?¿En serio? Esto promete. O no...
Tras el paréntesis de First Class, ya estamos de vuelta con los 60, que, a partir de ahora, lucen traje nuevo, diferente y colorido para nuestros queridos hijos del átomo. Recordemos que, en esta época, los tebeos de la Patrulla tenían dos historias: una principal y otra dedicada a los orígenes de los personajes.
Empezaremos con la primera, obviamente: "The Mark of the Monster". El Prof. Xavier ha interceptado un mensaje de radio en el que se informa del hallazgo de una gigantesca criatura congelada, por parte de unos exploradores pagados por el museo de NY. Y sí, se trata de Frankenstein.
A modo de crossover entre universos de ficción, Xavier explica a sus discípulos que, en la novela original de Mary Shelley, Victor von Frankenstein persiguió a su criatura hasta el ártico, donde pereció. El monstruo se lanzó a las gélidas aguas, y allí desapareció. El caso es que, como indica el Profesor, siempre pensó que lo que Mary Shelley escribió no era ficción. Aunque no cree que el monstruo sea mutante, sí cree que lo pudo ser su creador, el Dr. Frankenstein, ya que si era tan listo para crear algo así, pues tenía que ser mutante
... su criatura sería solo un androide, porque... reasons... Xavier lo sabe todo
Así que nada, con este pretexto, Xavier manda a sus pupilos al Museo de NY, a donde han trasladado al monstruo. Frankenstein ha sido descongelado por el impaciente Dr. Powell, quien pensaba que estaba muerto y daba igual. Se equivocaba. Un equipo formado por Bestia, Cíclope y Ángel carga contra Frankenstein, mientras el resto permanece en la retaguardia. El monstruo barre el suelo con los héroes, pero aparece un giro curioso aquí: Frankenstein habla de que "otra vez" están incordiándolo humanos en trajes de supers. Esto es algo que repetirá más de una vez, pero se desvelará luego que se esconde detrás de esta fobia a los leotardos, no os preocupéis.
Después de decir que odia a la gente con trajes (de spandex, se entiende), se larga dejando maltrechos a los héroes. Solo Bobby queda a salvo de los mamporros, porque se quedó para cubrir la retaguardia, congelando al curador del museo que quería detener a los hombres X.
Atención a la economía narrativa. Durante el transcurso de la pelea con Frankie, se muestra a Scott pensando en cómo ha tropezado con unos escombros, quedando a merced de la criatura. Ejem, es que no hay espacio para todo.
Frankenstein no resulta difícil de encontrar por el rastro de destrucción que deja a su paso. Además, Xavier le lee la mente también a los androides, así que averigua que se ha dirigido al puerto y luego se ha colado en un barco de polizón. Pero la tripulación les planta cara.
No es que la Patrulla tuviera el premio al grupo más popular, pero si encima llevan uniformes nuevos, los marinos no les reconocen ni como a candidatos a héroes siquiera. Tampoco es problema. En pocas viñetas despachan al staff y son enfrentados de nuevo por Frankenstein, que estaba emboscado en la bodega pese a su gran tamaño:
Con la batalla en tablas, Xavier le dice a Frankie que es él el que ha enviado a la Patrulla a atacarle. Ahora tiene toda la atención de Frankenstein, lo suficiente como para que Bobby llegue por detrás a congelarlo. El frío es fatal para un androide, y al intentar liberarse de él, ejerce tanta fuerza que acaba explotando.
Con el villano del mes fuera de juego, es tiempo para unas convenientes explicaciones: al principio de este número, Xavier pensaba que Frankenstein había sido creado por el Dr. Frankenstein, nuestro macguffin no-mutante. Pero en realidad lo fue por unos alienígenas. Estos alienígenas tenían la particularidad de que provenían de regiones tropicales, bueno, de un planeta entero que tiene clima tropical, de hecho, así que no podían soportar el frío. Frankenstein había sido creado a imagen y semejanza de ellos (aunque desde luego no se les parece mucho físicamente), de modo que no podía aguantar tampoco el frío.
Se trataba de una especie de embajador, para tantear a las gentes de la Tierra y si le trataban bien pues ya tal, pero quiso la mala suerte que no funcionara bien, de manera que empezó a actuar agresivamente. Los aliens lo acorralaron, persiguiéndolo hasta el ártico, donde sabían que sería vulnerable, y donde quedó finalmente congelado.
La indumentaria de estos aliens era parecida a la de los supers en leotardos, de ahí el misterio de por qué Frankenstein odiaba a los héroes en pijama ¡Le recordaban a sus traidores creadores! De alguna manera Mary Shelley se enteró de todo esto y contó la historia de otro modo. Fetén
.
¿Qué podemos decir? Una historia bastante floja, en mi opinión. En su mayor parte, se evitan las contradicciones, pero la explicación sigue siendo tan rocambolesca que nos hace arquear la ceja más de una vez. Se intenta incorporar un monstruo clásico al Universo Marvel, pero, para tener la importancia de Frankenstein, tuvo mucha menos fortuna su tratamiento que el que luego tendrían, en los 70 y con las ideas ya más maduras, otros personajes de terror clásico.
Vamos con el apartado de curiosidades:
1º Algún detalle de trama está bien manejado, como el de la vulnerabilidad de Frankenstein al frío. El frío lo hace inofensivo pero no le destruye. El hecho de que explote cuando Bobby le congela obedece a la tensión que el androide ejerce para resistirse al hielo. De lo contrario, ya habría sido destruido la primera vez que se congela, por lo que Thomas sale bien librado de caer en sus propias contradicciones. Por cierto, respecto a esto, inevitable acordarse del pasado del Capitán América, rescatado también del interior de un bloque de hielo. Por otro lado, la actitud de Frankenstein y algunos rasgos y caracterizaciones que presenta me recuerdan mucho a Hulk. Un ser atosigado por héroes que no le comprenden, etc.
2º Hay más cosas curiosas que recibe la debida atención y cuidado en pos de la continuidad: por ejemplo, el X-Cóptero fue destruido hace bastantes números ya por Magneto. Aquí utilizan uno que piden prestado a la Pan-Am previa manipulación mental, para luego devolverlo. Thomas tenía bien atados aquí los guiones de historias anteriores.
3º En varios lugares del tebeo, Xavier hace gala de sus poderes premonitorios, haciéndolo más parecido a veces a un vidente que a un telépata, como cuando tiene la intuición de reservar a Bobby, impidiéndole entrar en acción hasta que realmente hace falta.
4º Hay una viñeta, al comienzo del tebeo, en la que se muestra que Jean está trabajando en un proyecto secreto con Xavier. Y no, no es lo de Frankenstein. Habrá que estar atentos
.
5º Uniendo la línea de puntos, podemos deducir a dónde quería ir Frankenstein. No se llega a decir, pero el hecho de que el barco en el que se cuela tenga mercancías destinadas a países tropicales ya deja entrever que el buen Frankie quería ir a un sitio donde estuviera cómodo, ya que se sentía bien en las zonas tropicales. Pero tanto Roy Thomas como Hank suspenden en geografía, o al menos lo hace el que cargó las mercancías: aparece una caja destinada a Buenos Aires, que no está en la zona tropical:
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Y ahora vamos con la 2ª Historia. ¿Recordáis dónde dejamos los orígenes de Cíclope? Pues sí, fue con el joven Scott viéndose mentalmente atraído a una cabaña regentada por un mutante que se las prometía como el primer mutante. Nada menos. Vamos allá. El tal mutante es un tal Jack Winters, que hasta tiene nombre de villano: ¡La sota de diamante! En esta historia pasan tres cosas fundamentales embutidas en cinco páginas. Vamos una por una.
1º Se cuenta el origen de Winters. Es mutante no por nacimiento, sino por un accidente con unos productos químicos de la empresa donde trabajaba, cuando intentaba robarlos. Toma. Por malo. Es increíble lo que pueden hacer unos productos químicos, pero que se lo digan a Flash. En este caso, los "isótopos" le dieron poderes mentales y unas manos de diamante.
2º Al joven Summers le venía buscando la policía del número anterior, ya que había escapado del orfanato y era un mutante considerado peligroso por el incidente de sus rayos que salieron de control, rompiendo el cable que sujetaba una carga, que por poco estuvo a punto de causar alguna desgracia si el propio Scott no hubiese intervenido.
La sota de diamantes tiene el poder de disolver sus átomos y volver a juntarlos en otro lugar, es decir, lo que viene a ser el poder de la teleportación, que se uniría a los que ya tenía (aunque con poco alcance, eso sí), y que ayudan a Scott a escapar de la pasma. Pero ¿a dónde han ido?
3º Pues a la planta nuclear donde trabajaba. ¿Para qué? para meterse otro chute de lo que le hizo las manos diamantinas, de forma que sus poderes sean ya extensibles a todo el cuerpo y con ello, pues bueno, no muy imaginativamente, volverse ultrapoderoso, porque sus poderes mentales también aumentarían en consecuencia.
Cíclope ya sospecha que el hombre no está muy bien de la azotea, cuando aparece ¡El Profesor Xavier! Ha rastreado a los mutantes mediante un precursor de Cerebro, "Cyberno", y ahora quiere llevarse a Scott para que no caiga en las manos del mal, por muy de diamante que sean. La sota de diamante le dice a Cíclope que se ocupe del calvo, pero este no es un asesino, así que se niega. El episodio acaba muy emocionante, con Xavier enfrentado a Winters ¿Quién ganará? Habrá que verlo mañana
.