¿barbudo? ¿Y encima Le llamas "barbudo" sin utilizar una "B" mayúscula?
No, fuera de coñas. La historia de Allan y el velo rasgado funciona respecto a Quatermain como una especie de prólogo a su intervención en la liga. Tal y como está contado el principio, cuando Mina encuentra a un Quatermain completamente enganchado en el fumadero de opio, se sobreentiende que Quatermain se ha enganchado al opio como un sustitutivo del taduki, una droga fortísima y difícil de encontrar a la que se ha venido a enganchar después de sus experiencias con Lady Ragnall y sobre todo tras lo sucedido con Allan y el Velo Rasgado, que parece ser que supuso para Quatermain la colgadura definitiva. Vamos, que la adicción de Quatermain a las amapolas no es gratuita por parte de
, sino que parece entenderse que se debe a que no tiene más taduki para fumar, o para inhalar, y de ahí que le dé a ciertas amapolas que estaban muy de moda en la época.
A eso es a lo que que quería referirme cuando decía lo de que ciertas cosas me parecían difíciles de pillar para los que no se hubieran leído las novelas originales. Y no sólo las de Haggard, ya que los que hayan tenido la fortuna de leer las novelas de Marte de Burroughs (espero que en inglés, porque las últimas ediciones que he visto en castellano...) reconocerán en Allan y el velo rasgado a John Carter, el Señor de la Guerra de Marte (y creo recordar que incluso también a su "sobrino"), por no hablar del primigenio maluto de la historia, también reconocible para los lectores de los Mitos.
Por otra parte, tienes toda la razón en que
se aprovecha del desconocimiento de los lectores de las novelas clásicas que utiliza para desarrollar su historia. Y también tiene razón Peúbe cuando habla de que
resucita personajes que mueren en sus novelas (el caso de Hyde, por ejemplo), pero también es cierto que
ya explicó esto en su día. Cuando se publicó la primera serie de la Liga, el propio
declaró que Él había escrito la Liga suponiendo que las novelas originales podían no haber contado los verdaderos hechos, y que además, en el caso de Hyde, éste había simulado su propia muerte.
Es cierto que, en parte, lo que ha hecho
con su Liga de los Hombres Extraordinarios supone enmendar la plana a unos autores ya fallecidos y que no pueden defenderse de lo que otros hacen ahora con sus creaciones, pero esta afirmación no deja de ser un tanto injusta para una obra que, desde mi punto de vista, nunca llega a plagiar a los personajes que utiliza, sino que más bien los homenajea y reconoce como grandes creaciones literarias, adaptándolos y haciéndolos reconocibles para los lectores del siglo XXI (de hecho, a nadie de este foro se le ha escapado la similitud entre Hulk/Banner y Jeckyll/Hyde, similitud que como el propio Stan Lee ha reconocido fue la que le sirvió a él para plantearse la creación de su personaje).
De todas formas, aparte del cómic y los textos en prosa, me llama la atención que nadie se fije en otro aspecto de la Liga que contribuye a hacerle un tebeo estupendo: los anuncios.
Es cierto que muchos son anuncios verdaderos de la época (o eso dicen, que yo no estaba allí para comprobarlo), pero los que son "autóctonos" del propio
son geniales. Desgraciadamente el que más me llamaba la atención fue el que al final tuvo que retirar DC para evitarse pleitos en los tribunales con la Marvel (no puedo confirmarlo, pero creo que incluso toda la edición del #5 USA tuvo que ser destruida por DC una vez impresa y hacer una nueva tirada sin el anuncio en cuestión). En su día lo vi en diversas páginas web y era verdaderamente cojonudo: se trataba del anuncio de un aparato de limpieza vaginal para mujeres fabricado por una empresa de la época que se llamaba Marvel. Lo dicho, genial.
Siento el ladrillazo que acabo de postear, pero es que no puedo evitar la sensación de que fuera de este foro la Liga es un cómic un poco infravalorado por culpa de la espantosa película que lo adaptó.
¿"barbudo"? No me jodas...
Nota: He tenido que editarme porque me he dado cuenta que había osado escribir una vez su nombre en vano y no me ha quedado más remedio que corregirlo. Rectificado el error, procedo a flagelarme y suplicar perdón.