ETAPA 78º Avengers Avengers Deathtrap - The Vault
Vengadores:
Capitán América
Hulka
Visión
Vengadores Costa Oeste
Iron Man
Hank Pym
Avispa
Wonder Man
Ojo de Halcón
Fuerza de la Libertad:
Mística
Mole
Pyros
Avalancha
Comando Escarlata
Super Sabre
Enemigos/Oponentes
Truman Marsh
Rhino
Armadillo
Espantapájaros
Hombre Radiactivo
Venom
Controlador
Hydro Man
Controlador
Mentallo
Piedra Lunar
Demonio Veloz
Hombre Gorila (Arthur Nagan)
Electro
Frenesí
Bola de Trueno
Vapor
Bullet
El Grifo
Orka
Goliath
Acorazado
Titania
Alimaña
Klaw
Martinete
Gárgola Gris
Destructor
Rayo-X
Nekra
Mr. Hyde
Polvorín
Ruby Thursday
Jerold Morgan
Secundarios:
Mrs Webster
Buenas, de nuevo. Me permito convocarles, por segundo día consecutivo a una reunión vengadora. Por razones de claridad reseñil, opté por resumir, en pieza separada, esta primera novela gráfica de Los Vengadores, conocida en España como "La Bóveda" (que no la Cúpula

).
Corregidme si me equivoco, pero juraría que esta es la primera novela gráfica de Los Vengadores que tenemos la oportunidad de leer. La Patrulla-X tuvo su Dios Ama, el Hombre Mata, en la primera mitad de los 80, pero nuestros héroes hubieron de esperar hasta los años 90 para tener su propia novela gráfica, dentro de la colección con el obvio nombre de "Marvel Graphic Novels". Se presentaba, de esta forma, un evento autocontenido, ideal para cualquier lector que quisiera acercarse a Los Vengadores sin tener mucho bagaje previo.
La obra, a cargo de Danny Fingeroth (guion) y Ron Lim (dibujo) tiene la particularidad de que sigue la regla clásica de las tres unidades: unidad de acción (una sola trama), unidad de tiempo (todo tiene que ocurrir en el mismo día) y unidad de lugar (todo ocurre en un mismo lugar, en este caso la prisión de La Bóveda, para supervillanos). Creo que el objetivo no era otro que ofrecer una lectura trepidante y palomitera, repleta de acción, que tuviera enganchado al lector.
Para ello, FIngeroth mezcla claves de trama no demasiado originales pero sí resultonas: La Bóveda es una prisión de máxima seguridad para supervillanos, pero ¿qué ocurriría si todos los supervillanos se amotinaran? Evidentemente, que sería muy peligroso. Si a eso le añades que tanto héroes como villanos quedan atrapados dentro de los muros de la Bóveda, y que se ha activado una bomba que explotará en un breve periodo de tiempo, queda claro que lo que se pretende es darle al lector un thriller superheroico que nos tenga expectantes incluso sabiendo que esto es pijameo y que los buenos siempre ganan.
Otra cosa es que se consiga o no el objetivo. Pero, como mínimo, creo que a FIngeroth hay que reconocerle algunas ideas interesantes: primero, están los malos. Los malos son los que están en la prisión y está claro que lo son. Así que no hay matices. Como tampoco los hay en el lado de los buenos (incluso en un grupo como Los Vengadores, tan dado a admitir en sus filas a gente con pasado turbio, y si no que se lo digan al Hombre de Arena). Y en medio, están los grises.
Los grises vienen dados por dos elementos: en primer lugar, por la adición a la mezcla de la Fuerza de la Libertad. Ante un motín en una prisión de máxima seguridad, el Gobierno manda a limpiar la zona a su fuerza de choque, en este caso, la Fuerza de la Libertad, en la que milita gente más sospechosa que algunos de los que ya estaban dentro de la Bóveda: Mística, Pyros, Avalancha, Mole... y a ellos se unen el Comando Carmesí y Super Sabre, dos viejos justicieros que lucharon en la Gran Guerra y que debutaron en las páginas de La Patrulla-X (Uncanny X-Men #215) en el año 86, y que pasaban el rato raptando a traficantes y gente de mala calaña para cazarlos y darles muerte en su coto particular de caza humana. Vamos, que no son muy trigo limpio. Durante la respuesta al motín, la Fuerza de la Libertad colaborará con Los Vengadores, pero queda pronto claro que no hay química entre ambos grupos y, sobre todo, no hay confianza entre Los Vengadores de que la Fuerza de la Libertad no se vaya a pasar al lado oscuro, aprovechando que el número de malos supera por mucho al número de buenos.
Hulka se plantea si no sería mejor, ya que estamos, dejar a la FDL en la Bóveda.
En segundo lugar, tenemos al alcaide de la prisión, un tal Truman Marsh, que pronto se revela que es todo un zelote. Sus padres fueron asesinados por supervillanos. Es, como Batman, un hombre con un objetivo fijo: responder al trauma de su infancia con una respuesta de extrema severidad a la comunidad supervillana, lo que, en alguna medida, se extiende también a los héroes. Vamos, que a Marsh no parecen gustarle, en general, las personas que tienen superpoderes. Se dedica a hacer experimentos y con presos y claro, un día le toca a Mentallo. Y, pese a los aparatos que llevan al pescuezo los internos para neutralizar sus superpoderes, una serie de experimentos con descargas eléctricas acaban por potenciar los poderes mentales de Mentallo y, con ello, empieza por liberar a Venom, que se arrogará desde bien temprano el papel de cabecilla en el motín. El problema con el que se encuentra está en que Marsh ha decidido bloquear todas las salidas de la superprisión y los amotinados quedan atrapados dentro, mientras llega la caballería en pijama.
Una vez que Venom y Mentallo logran liberar de sus jaulas a los malvados, montan un buen follón, haciéndose con rehenes que pertenecen, básicamente, a los servicios de seguridad de la prisión (los carceleros, vamos). Venom le comunica a Marsh que, si no les deja salir, matarán cada cinco minutos a un guardia de la prisión. Y claro, Marsh con esta amenaza ni se inmuta. El propio Marsh caerá en las simbiontes zarpas de Venom, pero no sin que antes activara una bomba y luego intentase escapar, pensando que, con tal de que los supervillanos no escapasen, valía la pena detonar la Bóveda entera, incluso con Los Vengadores y la Fuerza de la Libertad dentro, que ya estaban metidos en faena.
Marsh, decidiendo si bomba sí o bomba no como quien deshoja margaritas. Además, impagables escenas de El Grifo siendo vapuleado.
Al ser capturado por Venom, Marsh queda también atrapado en la Bóveda, con la cuenta atrás de la bomba, al bloquearse los sistemas de escape del edificio. Pero, incluso en estas circunstancias, Marsh da por buena su inmolación. Así que se plantea el dilema: los malos, los buenos y los que están en medio, todos por igual, van a palmar pronto. Así que no queda otra que colaborar. Por supuesto, que a esta colaboración precede una buena lluvia de guantazos que se suceden por páginas y páginas del cómic. Pero ya sabemos que esto es norma sagrada de las historias en cuatricomía: primero las hostias y luego ya se habla.
Paf! Kpow! Slam! Etcétera
Al principio, Venom piensa que Marsh se ha tirado un farol y que todo es un ardid, así que en realidad no hay tal bomba. Iron Man y Hank Pym intentan convencerles de los contrario, pero los héroes tampoco le ofrecen garantías ni confianza. Entonces, dará el paso adelante Bola de Trueno, que no solo es un mulo con una bola de pinchacos, sino que el tío tiene su genio científico. Examinados los correspondientes cacharros, Bola de Trueno declara ser cierto lo que dicen Marsh, Stark y Pym, y entonces todos se ponen a trabajar en el asunto de desactivar el detonador.
Los tres genios científicos desarrollan su correspondiente jerigonza pseudocientífica, ponen un chip aquí, sueldan otra cosa allá y andando: todo desactivado: vítores, etcétera. Pero ¿cuál es el problema? Que Marsh, decidido a pagar cualquier precio para que los villanos no escapen, daña los reactores nucleares que mantienen la prisión en funcionamiento, amenazando con borrar La Bóveda de la faz de la Tierra. Venom se ve perdido y se desahoga matando a Marsh antes de la catástrofe nuclear. Pero la amenaza resulta conjurada a última hora, gracias de nuevo a la combinación del esfuerzo cooperativo entre héroes y villanos, especialmente de Iron Man y el Hombre Radioactivo, quienes absorben la mayor parte de la radiación emanada por el reactor... Finalmente, Iron Man logrará elevarse, junto al Hombre Radiactivo, hasta el tejado de la Bóveda, desde donde la energía nuclear que ambos han absorbido es despedida hacia la atmósfera y explota evitando pérdidas humanas.
El cómic acaba abruptamente, con la vuelta a la normalidad: los villanos son contenidos gracias a una idea de Pym, quien utiliza los discos de control mental de Controlador para amplificar la señal de control mental, a través de Mentallo, a todos los supervillanos. Guardamos a los juguetes en la caja y ahí queda todo.
Siendo esta, en general la sinopsis, hay alguna que otra cosa más que me gustaría comentar. En particular que entre los villanos no están demasiado cohesionados. Venom es el aparente líder, pero luego el juego de alianzas intravillanescas cambian a menudo. Por ejemplo, así ocurre cuando Bola de Trueno demuestra tener más seso que Venom y logra evitar que la bomba explote. Pero también se producen otras disensiones internas. Rhino y Armadillo, por ejemplo, intentan sabotear el motín pues ambos están interesados en cumplir sus condenas y no complicarse las vidas.
Y luego, hay otro aspecto que a mí al menos me interesa mucho contar, y tiene que ver con el color. Llevamos desde que empezó esta fiesta, en los 60, leyendo cómics de Los Vengadores. Y en esta misma reseña, un poco más arriba, se hablaba de cuatricomía... pero lo cierto es que este es el primer cómic de Vengadores, desde que empezamos la aventura, que tiene un coloreado claramente digital, pese a estar atribuido a Joe Rosas. Estos detalles me parecen muy entrañables y encienden la comprensible morriña. Los 90 se van deslizando ya sin disimulo en nuestras lecturas por la historia del supergrupo de Marvel. Vamos viendo matices insidiosos pero este es uno particularmente relevante. Si os fijáis en algunas de las capturas, ya podréis ver esos horrorosos fondos con degradados digitales de colores. O los "estampados" de los uniformes de algunos presos, para darles cierta textura. Era una época de innovación y experimentación con el color y me pregunto cuándo veremos estos efectos en las páginas de las colecciones principales, dado que ya hemos llegado a 1991.
Fondacooooo Es el Paint antes del Paint. El Windows 95 antes de Windows 95.En fin, una de esas novelas gráficas que tiene un punto de inclasificables. Atendiendo a la época, pareció haber sido concebida como algo cinemático, como una especie de boceto de lo que sería el guion de una peli de acción. Tengo sensaciones mixtas con el cómic. Pero desde luego puedo decir que no me ha desagradado. Ha sido bastante entretenido pese a los elementos morralleros. Además, me mola que se dé algún espacio a villanos malogrados de los que nadie se acuerda, como El Grifo, Armadillo o Hydroman