He leído
Lucky Luke: Un jeque en el Far West.
Tenemos un nuevo tomo que recoge una serie de relatos cortos bastante irregular, a pesar de que se presenta como material realizado en exclusiva por Morris. La verdad es que en algunos muy concretos, me cuesta ver a Morris en ellos, no solo por el estilo, sino por la manera de emplear a los personajes, principalmente Rantanplán. Aunque todas son más o menos entretenidas, el nivel medio me parece bajo, además creo que se reutilizan fórmulas y conceptos que ya se han explorado en la serie en otras ocasiones. Sinceramente, más allá de un tomo complementario o la idea de completar todo el material realizado por el autor que creo al personaje, no me parece un producto muy atractivo.
Comenzamos con la historia que da título al tomo y la que posiblemente sea la más larga,
"Un jeque en el Far West". Creo que el título es suficientemente aclaratorio de su trama. Un jeque árabe viene a conocer el salvaje oeste, por lo que el gobernador le pide a Luke que lo guie y lo proteja durante su estancia en el país. Si habéis seguido el hilo hasta aquí, recordaréis que esta premisa ya se ha dado, pero cambiad un jeque por un emperador ruso y la fórmula es la misma. Aquí tenemos un choque de culturas obvio, donde el poder del dinero del jeque será una influencia incluso entre los indios. Además, las comodidades y el séquito con el que viaja el jeque serán toda una novedad para Luke. Por otro lado, los árabes también se verán influenciados, desde el harem hasta el propio jeque, que vestirá como un cowboy y disparará como un... jeque. Por otro lado, un par de forajidos harán lo posible por robar la caravana hasta que frotan la lámpara equivocada.
A continuación, tenemos
"La excursión", un relato con tintes de comedia de situación, pero con un concepto inicial que roza el absurdo más absoluto. Luke pasa por el penal cuando descubre que los presos andan fuera de la cárcel. Corre a hablar con el alcaide de la prisión para descubrir que éste está poniendo en práctica una excursión veraniega para los presos en la que podrán montar en canoa, hacer carreras de sacos y todo tipo de actividades lúdicas. Los hermanos Dalton harán lo imposible por escaparse en contadas ocasiones, pero Luke está ahí para impedirlo. Rantanplán también tendrá su momento de gloria, o lo más parecido a lo que puede aspirar nuestro entrañable y estúpido perro.
La tercera historia del tomo es desbarre puro. En
"Un oso malcriado", el gobernador le pide a Luke que acompañe al príncipe Charles a cazar un oso por la región, para evitar un conflicto con Inglaterra. Y sí, este Charles es el mismo en el que todos estáis pensando, lo que en cierta forma me parece que rompe la norma no escrita de la colección. Para colmo, a Luke le compaña Rantanplán, que como era de esperar pondrá en peligro la misión constantemente, aunque también será responsable de que todo se solucione sin el sufrimiento de ningún animal. Eso sí, cada vez se hace más patente el poder del dinero y la codicia de los indios, por culpa de la influencia del hombre blanco.
Después tenemos
"Ciudad fantasma", un relato en el que
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De nuevo contamos con el cánido justiciero, que curiosamente adquiere en este tomo más protagonismo que Jolly Jumper. También me ha parecido ver que Erwing es la caricatura de algún famoso, pero no caigo ahora de quién exactamente. Y el vigilante del cementerio me recuerda a otro cómic, o al estilo habitual de Archie Comics y similares.
La siguiente historia se titula
"Joe Presidente" y aquí no veo el estilo de Morris por ningún lado. El relato narra
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Sin comentarios...
Finalmente, tenemos dos historias de una sola página en las que el desbarre vuelve a campar a sus anchas. En la primera,
"Fiesta sorpresa" Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
En la segunda, titulada
"El cantante", Luke se topa con una pareja que viaja en carro hacia Nothing Gulch.
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Esto es lo que yo llamaría un desbarre musical...
I’m a poor lonesome cowboy, far away from home…