He leído
One Piece nº 71.
En este tomo, tenemos el arranque de una nueva saga, en la que los componentes de la banda se separan en diferentes grupos y Oda vuelve a demostrar su capacidad para narrar multitud de tramas en paralelo. No sé vosotros, pero yo sigo enganchadísimo a esta serie y al final de cada tomo ya estoy deseando leer el siguiente. Esa manera de enlazar historias llenas de dinamismo y tremendamente divertidas, tras más de 700 capítulos, me parece algo realmente increíble. Aún así, sigo echando de menos que los protagonistas muestren sus habilidades en combate, algo que parece estar demorándose demasiado. Hace tiempo que no veo buenas peleas de la banda de Luffy. Creo que es un elemento que no debe faltar en ninguna saga. Por otro lado, ¿es cosa mía, o el autor dota a las mujeres de unos pechos más pronunciados que antes? Diría que tanto Nami como Robin han ganado en sensualidad últimamente, mientras que tenemos unos personajes de nuevo cuño que dan muestras de un atractivo inusitado. Nunca me ha parecido que Oda quiera ir en esa línea con los personajes femeninos, al contrario que en muchos otros mangas, sin embargo, me ha parecido ver un ligero cambio en ello. Quizá son cosas de mi perversa mente, quién sabe.
Por fin llegamos a Dressrosa, donde la banda de Luffy, y los allegados, se divide en diferentes grupos con finalidades distintas. El equipo de protección del Thousand Sunny estará formado por Nami, Chopper, Brook y Momonosuke. Estos son los que van a estar más tranquilos, ya que se pasan el rato intentando entretener a Momonosuke para que se abra con ellos. Una especie de estrategia psicológica en la que goza de los arrumacos de Nami. Más de uno se muere de envidia.
Quizá lo más destacable sea que tras un periodo de tiempo, escuchan una voz en la habitación de los chicos, por lo que parece que hay alguien más a bordo…
El equipo de intercambio de Caesar está formado, obviamente, por el propio Caesar, Robin, Usuff y Law. Su misión consiste en llegar a Green Bit, una isla al norte de Dressrosa a la que deben acceder cruzando un peligroso puente, al que acechan unos peces de lidia muy peligrosos. Nadie parece haber sobrevivido a este desafío, aunque ya sabemos como se las gastan nuestros protagonistas. Además, contarán con la inestimable ayuda de Caesar, aunque sea a regañadientes.
Nunca deja de sorprenderme la imaginación de Oda a la hora de crear bestias o monstruos de todo tipo. Entre los peces-toro y las mujeres bailando flamenco, diríamos que estamos ante una versión muy sesgada de nuestro país.
Cabe destacar que Law es el líder de este grupo, que pretende llegar a la hora acordada para hacer el trueque pero, como era de esperar, la cosa se complica, no solo por el cruce del puente, sino que cuando llegan a Green Bit observan un barco de la Marina encallado. Poco después,
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Por otro lado, tenemos el equipo de destrucción de la fábrica de SMILE y el rescate del samurai que conocemos como Kanjurô. Sus componentes son Zoro, Franky, Kinnemon, Sanji y Luffy. La parte más importante del plan, pero creo que solo el samurai del país de Wano muestra interés en seguir el plan, el resto van a su bola.
Bueno, siendo totalmente sinceros, Franky también sigue al pie del cañón. Pero los otros tres se distraen con sus cosas. Y es que en una isla tan interesante como Dressrosa es fácil sucumbir a su encanto. Un país en el que los humanos y los juguetes dotados de vida conviven juntos es de lo más interesante. Oda parece mostrarnos una especie de combinación entre España y el mundo de Oz, con bellas mujeres que nos embrujan con sus bailes, pero que te apuñalan si no eres fiel. El país del amor, la pasión y los juguetes. Sin duda alguna, el título del episodio lo dice todo.
Este grupo será el que soporte el grueso de las aventuras, y el que más se divida. De hecho, diría que es el único equipo en que todos sus componentes acaban solos. Tampoco me gustaría olvidar que la fama de Luffy y sus hombres provoca que cuando entran en Dressrosa deban hacerlo de incógnito. A estas alturas ya sabemos lo capaz que es Luffy de mantener un secreto, pero más divertido resulta ver los disfraces de todos. Trajes negros con cuellos abiertos al más puro estilo de fiebre del sábado noche, mostachones a la moda de los ochenta y barbas blancas de lo más ridículas que, pese a las risas que nos pueda proporcionar, parecen surtir efecto en la mayoría de la gente. Aunque no todos están tan ciegos o son tan idiotas.
Otro asunto a destacar, es que
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La primera parada de Luffy, como era de esperar, es para comer. En el local, observa como un pobre ciego es timado en la ruleta por hombres de DoFlamingo, por lo que decide intervenir. A pesar de su ceguera, el misterioso hombre demuestra tener una fortaleza sobre humana. Luffy intenta conocer su nombre, pero se niega a darlo. Posteriormente,
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Además de la Marina, hace acto de presencia el CP-0, miembros de la agencia secreta más poderosa del mundo. Por lo que todo parece indicar que aquí se cuece algo gordo.
La trifulca del bar es aprovechada por los duendes para robar a todos los presentes. Zoro tiene la mala suerte de quedarse sin una de sus espadas, precisamente sin la del país de Wano. Esto provoca que salga tras el ladrón y Sanji le acompañe para que no se pierda. El problema es que Sanji se topa con Violet, una ardiente bailarina que le guiña el ojo durante una actuación. El pobre Sanji es ignorado por las mujeres de la tripulación, por lo que es presa fácil del amor y la verdad es que Violet es una mujer de infarto, por lo que nadie le culpa. Poco después,
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Por otro lado, Zoro corre como alma que lleva el diablo para descubrir que el duende ladrón de su espada es
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Kinnemon también sale en ayuda de Zoro, pero
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Esto se complica cada vez más.
Luffy se mantiene con Franky, aunque no será por mucho tiempo.
Tras intentar conseguir información de uno de los hombre de DoFlamingo que engañaba al ciego, descubren que está a punto de celebrarse un torneo en el Coliseo de la Pasión. Curioso nombre para un lugar en el que los combates serán a muerte. El premio del torneo es nada más y nada menos que la fruta fuego fuego, la cual dotaba a Ash de sus fabulosos poderes. Ahora es un objeto codiciado y el reclamo perfecto para que Luffy lo deje todo y de inscriba en el torneo. Tengo que reconocer que no tenía muy claro que a Luffy le fuera a interesar la fruta, pero estaba equivocado. No quiere que el poder de su hermano caiga en manos de cualquiera. Por cierto, se explica como el poder de las frutas vuelve al morir un portador y lo de que no hay dos frutas con los mismos poderes. Yo ya lo sabía, creo que me lo explicó
Dog, pero no recuerdo que se comentara antes en la serie. Al menos no de una forma tan clara. Tras la muerte de Ash se vio un imagen, pero no se explicó. O al menos yo no lo recuerdo.
Ante esta situación, Franky le insta para que se inscriba en el torneo y ambos se separan. El paradero de la fábrica de SMILE sigue siendo un misterio, pero Franky continúa la investigación junto a un soldado de juguete cojo perseguido por la ley. Parece que tienen objetivos comunes...
Aunque parezca mentira, la parte mayoritaria del tomo se ocupa del torneo en el coliseo. Desde el momento en que Lucy, nombre con el que se inscribe Luffy para mantener en secreto la identidad, hasta el momento previo en el que tendrá que pelear por primera vez en el torneo, aunque antes lo hace en la sala de espera con riesgo de ser descalificado.
Tengo que reconocer que el recurso del torneo siempre me ha gustado. Los de DragonBall siempre han sido de mis sagas favoritas. Creo que pese a su sencillez puede dar lugar a momentos interesantes. Aquí, de momento, también me está gustando, pero la cantidad de personajes que se presentan es abrumadora. La estructura inicial del torneo, un todos contra todos en cuatro bloques, no da para mucho. Tanto es así, que en el bloque A gana
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Sin embargo, sí asistimos a la batalla campal del bloque B, en la que gana
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Es imposible hablar de todos los personajes que van surgiendo en esta parte, pero destacaría algunos como Rebecca, la gladiadora, que hace buenas miga con Luffy, perdón con Lucy; Cavendish, un pirata experto en esgrima que odia a Luffy y los suyos por arrebatarle su momento de gloria; Bellamy, familia de DoFlamingo, que ya se enfrentó con Luffy y salió escaldado, ahora parece que lo respeta mucho más, incluso diría que tiene buenas intenciones (como me gusta esas evoluciones en los personajes de Oda); Kyros, que no es exactamente un personaje, sino una estatua de un gladiador legendario, el cual esconde una misteriosa leyenda; y Don Chinjao, de la banda del país de Kano, viejo conocido de Garp, cuyo odio ha trasladado a toda la descendencia del abuelo de Luffy y lo hace a cabezazo limpio. También hay diferentes clanes, o familias, que se asocian para intentan llevarse la fruta demoniaca a su país de origen, de forma que aumente su poder con un arma tan poderosa como esa. Hay muchos interese en juego con esta fruta demoniaca y es muy posible que este torneo sea el motivo de la tremenda actividad de Dressrosa. Sea como sea, lo veremos en el próximo tomo, que espero que sea tan interesante como este. Desde luego, apunta buenas maneras.