A servidor le encanta esta etapa.
El dibujo de Ditko le viene como anillo al dedo al tono de la serie, cosa lógica teniendo en cuenta que no era únicamente el ilustrador, sino también cabeza pensante. Romita implantó la imagen definitiva de Spiderman, pero jamás se movió tan bien como lo hacía aquí, y J. Jonah Jameson nunca ha estado tan bien dibujado como aquí, la cara de la ilustración que abre el Amazing Spider-man #18 no tiene parangón.
También cabe destacar que esta serie se aleja como ninguna otra de todo el asunto de extraterrestres, monstruos y comunistas. Hay alguna cosilla, como esa historia del debut del Chapucero que demostraba que a Spidey no le pegaba nada todo eso, o el Camaleón, que nació como el típico espía que busca boicotear el país en favor del otro lado del telón de acero. Se aleja de todo eso, y además ofreciendo algo que no tenían Thor o los Cuatro Fantásticos. Esa cotidianidad, esa capacidad para sentirse identificado que ha enamorado a tantos lectores. El instituto, la familia, el primer amor...
Contando además, bajo mi punto de vista, con poquísimos episodios de "relleno", esos números simplemente cumplidores que poblaban las series en esos años. Se notaba algo más.
Y ambas galerías, la de villanos y secundarios, me parece de lo más logrado de la década, siendo Spidey el único que logró tener tantos personajes que han sido representativos durante décadas en tan solo treinta números (los 4F sí pueden decir algo parecido a nivel de villanos, pero su galería de secundarios no es tan amplia... aunque tampoco les ha hecho falta nunca).
Aquí está mi Duende Verde favorito, aunque pueda resultar inusual. Ese tipo desconocido, misterioso, que intenta hacerse con el hampa y pone en jaque a Spiderman en sus más que recurrentes apariciones. Sencillamente genial. Y qué decir del grandísimo Octopus que nos ofrecen Lee & Ditko, la auténtica némesis de estos años. O el ya mencionado Jameson, personaje único en Marvel y de los mejores de la editorial. Toda la psicodelia que rodeaba a Misterio, donde Ditko adaba rienda suelta al lápiz. O el chulo y engorroso Flash Thompson, que en el fondo era un amor. O ese imbatible Escorpión que jamás se ha visto en mejores manos. O esos ingenuos pero al mismo tiempo fascinantes jefes del crimen... el Gran Hombre, Lucky Lobo, el Señor del Crimen, todos ellos dotando a la serie de ese aire tan de cine negro que nuevamente no ofrecía otra serie (Daredevil tardaría un poco en dedicarse casi enteramente a estas lides), todos ellos intentos de hacer algo grande con los bajos fondos marvelianos, cosa que se conseguiría tras la marcha de Ditko con la figura de Kingpin.
El súmmum de la etapa es muy posiblemente la saga del Planeador Maestro, con esa imagen tan tan emblemática de Peter zafándose de la maquinaria que le impide conseguir el suero que necesita su tía, y que se encuentra a escasos metros de él. Sin duda, una de las sagas definitorias del personaje.
A partir de ahí, en la recta final, quizá se nota un poco la tensión que empezaba a existir en el equipo creativo. El torrente creativo desciende, no aparecen más personajes emblemáticos (aunque, aclaro, me ENCANTA el Hombre Meteoro) y el piloto automático empieza a mostrarse cada vez más. No obstante, la serie sigue a gran nivel, insuflando además nuevos aires con el paso del instituto a la universidad, pero conservando lo mejor de la etapa anterior.
Lo dicho, me encanta esta serie en sus inicios, y creo que se me ha notado demasiado
.
Copio a
Ibaita y le pongo un 9'25 en calidad, y un más que merecido
10 en importancia, tanto para el personaje como para Marvel.