A mí me mola.
El comienzo es más o menos como el de Thor, pero un pelín mejor. Hay extraterrestres, comunistas y demás, pero gradualmente la cosa tira más hacia la aventura que hacia lo estrambótico. Iron Man viajando al antiguo Egipto o a la ciudad subterránea de Kala son conceptos mil veces más interesantes que el enfrentamiento de Thor con Sandu o aquellos alienígenas de carbón que copiaban a la gente. No se libra, no obstante, de historias raras raras, como la de Gargantus.
Pero poco a poco la serie va cogiendo tono y se van presentando los enemigos recurrentes del Vengador Dorado, en su mayoría relacionados con empresas, tecnología e innovaciones científicas, cosa que se ha acabado convirtiendo en santo y seña de su galería de villanos. Unicornio, Ventisca (aquí como Jack Frost), Dinamo Carmesí, Hombre de Titanio, Fundidor... Destacando sobre todos ellos el Mandarín, quizá el gran villano de la Era Marvel más infravalorado de todos, con un potencial enorme y que con el paso del tiempo nos iba a dar muchas alegrías y grandes batallas e historias. También debutan algunos personajes que pronto tuvieron que cambiar de aires, como el Espantapájaros, y se "heredan" otros como el Caballero Negro, que vive aquí sus últimas fechorías.
En relación a los debuts, también es importantísimo señalar que aquí se producen las apariciones de dos personajes míticos e importantísimos para el devenir de Marvel durante décadas, como son la Viuda Negra, aquí una femme fatale y primera villana digna de la editorial (codo con codo con la Encantadora), y Ojo de Halcón, personaje que adoptaba una vida criminal por varios errores y que como todos sabemos acabó convertido en pilar inamovible de todo aquello que representan los Vengadores (incluso cuando no forma parte de ellos, como su etapa de líder de los Thunderbolts). Ambos acaparan unos cuantos números en calidad de dúo malicioso, que aunque no ponen en apuros muy grandes al protagonista, dejan ver que estaban hecho para mucho más que eso.
Finalmente, centrándome en el apartado de personajes, tenemos, sin duda alguna, el triángulo amoroso más empalagoso de la Era Marvel. El drama de Don Blake con Jane Foster tenía su miga, y la ausencia de un tercer elemento en discordia daba un poco de aire fresco al tema. Lo de Matt, Foggy y Karen se acabó convirtiendo en una comedia, con uno haciéndose pasar por superhéroe y otro inventándose un hermano gemelo. Jean y Scott iban un poco a la suya, sin hacer mucho caso a Warren. Y lo de Peter con Betty no tenía futuro, Ned siempre iba a estar ahí para llegar a casa con pipa y periódico, que es lo que quería ella.
Pero es que aquí es continuamente lo mismo, las mismas situaciones números tras número. Que si Tony ve a Pepper abrazando a Happy y se pone en lo peor, que si al número siguiente ocurre al revés y es Happy el frustrado, que si de repente Tony empeora respecto a su salud, y decide no declararse jamás... Y así una y otra vez. Debo añadir, no obstante, que al final Lee recapacita y le da carpetazo al tema, uniendo finalmente a Pepper y Happy y otorgándoles un nuevo papel mucho mejor. Happy se vuelve cien veces más interesante, convirtiéndose en el proceso en el segundo personaje que viste la armadura (aunque de cara al final de la etapa a Lee se le ocurrió crear al Freak, concediendo a los guionistas un filón para veinte años, que se acabaría repitiendo también más que el ajoaceite).
En cuanto al apartado gráfico, tenemos básicamente dos etapas, la de Heck y la de Colan (con trabajos intercalados de Kirby y Ditko, que se dice pronto).
En la primera, como pasaba siempre con Heck en esta década, el dibujo es más que cumplidor. Acompañado de un buen entintador, la cosa incluso rayaba a gran nivel. No obstante, es una lástima que la mayoría de diseños de la época ya no perduren (Unicornio, Dinamo Carmesí, Fundidor, etcétera...).
La otra etapa, la de Colan, me parece una delicia. Lee está en su cumbre en lo que a este título se refiere, y el dibujo de Colan me hace babear a cada página. Esta segunda etapa, con la incoporación de Jasper Sitwell al reparto de la serie, una serie de enfrenamientos con villanos de la talla de Gárgola Gris, Maggia (con Whitney Frost dando inicio a un romance imposible con Jasper, antes de ser Madame Máscara), Látigazo ó el Hombre de Titanio, y un magnífico crossover con Namor, me llevan a decir sin ningún pudor que es una de mis etapas favoritas de la Era Marvel, a pesar de su corta extensión respecto a otras que se estaban desarrollando por aquel entonces.
En calidad, siendo justo con los inicios, y a pesar de que me parece excelente su tramo final, le voy a poner un 8'25. En importancia un poco más, porque no solo debutan Iron Man y la mayoría de elementos de su universo, sino personajes y situaciones que influenciarían el resto de Marvel, un 9.