Y leído el Annual #2 y la grapa 19, me reafirmo; a veces King lo hace de putísima madre
El Annual quizás sea uno de los mejores números de Batman de los últimos años. Una historia en bucle, con gancho, bien construida, estupendísimamente dibujada (Lee Weeks), con una visión a lo que Batman podría ser realmente conseguida. Emociona, transmite, es creíble. Pulsa las teclas correctas, algo nada sencillo cuando hablamos de Batman y amor. Y Weeks llena la capa. La figura de Batman parece real, física, presente. El final me ha encantado, y con aquella deliciosa historia de Gaiman, la pongo entre mis finales favoritos del murciélago.
En cuanto a la grapa 19, igualmente, papeleta solventada. No hay nada más difícil que escribir un Batman enamorado. Y ya, al convertirlo en una noche de parejitas, más todavía. Solo hay que pensar en lo difícil que era que Peter y MJ tuvieran una página interesante en años. Algo que se les atragantaba a la mayoría de guionistas. Pero no a King. Que avanza sin miedo, sin importarle que se dé algún trompazo llevando al personaje a lugares poco comunes, saliéndose de lo establecido. A mí nunca se me hubiera ocurrido llevar la historia por estos derroteros, porque sé lo que es Batman, lo que es Bruce, y los límites que te pone el propio personaje. Pero King se desinhibe de ellos, y nos cuenta una historia que fluye, que interesa, que cala, y que sobre todo, divierte. Puede que sea un Batman alternativo, pero es jodidamente divertido.
A este nivel, una de las grapas más divertidas y emocionantes del mercado.
Por aquí vamos bien.