Ya he terminado la lectura de Marvel Comics: La historia jamás contada, aunque todavía me falta su apéndice: Marvel Cómics en España, Crónica de una ambición, escrito por Alejandro M. Viturtia y Julián M. Clemente.
El texto de Howe es apasionante y envolvente, hasta decir basta, desde el principio hasta el final. Cierto es que, como dice
Mipey Kalkulo, cuando se llega a finales de los 80, y durante los últimos 25 años, el libro da vueltas a los tejemanejes editoriales. Pero,
Mipey, no comparto tu valoración de
petardo bien gordo, ni muchísimo menos. Howe sigue hablando de cómics pero el libro está dedicado a la historia de la editorial, no al contenido de sus cómics. El
fallo del texto, en mi opinión, es que siendo tan complicados esos tejemanejes editoriales, llega un momento en que te pierdes, aunque Howe intenta ser lo más claro posible. Quizá, algún eje cronológico, que ubique las diferentes empresas propietarias de Marvel y los diferentes ejecutivos implicados, o un cuadro sinóptico, hubiera ayudado en la comprensión. Cierto es que, por momentos, he llegado a perderme.
Pero Howe sabe escribir, y su traductor, Santiago García, también. Le pone tanta pasión a lo que nos cuenta que no queda más remedio que sumergirte en su relato. Aunque se le nota que ha intentado ser lo más objetivo posible, dentro de su pasión, también se le notan sus filias (algunos creativos) y sus fobias (básicamente, los ejecutivos, pero también algunos editores). Steve Gerber es una pequeña constante en el relato. Pero creo que no hay ni un sólo protagonista del relato que no llegue a mostrar sus luces y sus sombras como ser humano, desde Martin Goodman hasta el propio Gerber, pasando por los reincidentes Lee y Kirby.
Quizá sea porque es un tema que llevo muy mal, pero me parece muy descatable la forma en que Howe introduce la muerte de personas implicadas con Marvel: desde Martin Goodman, Jack Kirby y Don Heck, hasta Steve Gerber, Mark Gruenwald y Dave Cockrum, pasando por miembros del Bullpen de los años 60 y 70 como Sol Brodsky, Morrie Kuramoto y Danny Crespi. Hay momentos en que he tenido que parar un rato debido a la intensidad del relato.
Y lo dejo aquí, aunque es un libro que da para charlar de muchos temas
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Un saludo,
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