He leído Authority.
Se trata de una edición integral publicada por ECC Comics en la que se recupera los 12 números originales de la serie obra del escritor Warren Ellis y el dibujante Bryan Hitch, junto al entintador Paul Neary. Lo primero que me ha llamado la atención es lo manejable que es el recopilatorio, no parece que contenga 12 entregas de una serie, la verdad. Hubiese esperado algo más voluminoso. Se ve cuanto piensan las editoriales en nuestras necesidades de economizar el espacio en nuestras estanterías. Por otra parte, la lectura también me ha parecido bastante ligerita, para ser una obra de Ellis, pensaba que sería un trabajo más sesudo del inglés, pero nada más lejos de la realidad, ya que mi sensación generalizada es de que estamos ante un blockbuster repleto de acción, muy entretenido y muy bien dibujado, pero que nadie espere mucho más, ni mucho menos.
Aunque yo soy un lector que no le cuesta mucho ponerse en situación, creo que esta obra pudo tener un mayor impacto en el momento de su publicación, en el año 1999. El motivo es bien sencillo, ya que es una época en la que este perfil de superhéroe que nos trae Ellis no estaba tan visto como ahora. Authority es un grupo que recicla algunos componentes del desaparecido Stormwatch Black que junto a otros nuevos personajes conforman un equipo dedicado en cuerpo y alma a salvar el mundo. Eso sí, al margen de los gobiernos mundiales y con métodos expeditivos propios de un escuadrón militar. Matar es algo natural, casi necesario, poniendo en la balanza las pérdidas frente a las vidas salvadas, ofreciendo una perspectiva más realista del género y más ligada al perfil de superhéroe moderno que se ha ido desarrollando con la llegada del nuevo siglo. Ellis no inventa gran cosa, no tampoco creo que lo pretenda, pero sigue las pautas marcadas por Miller, Moore, Morrison y compañía en esa tendencia de llevar al héroe a un escenario mucho más próximo a la realidad, en lugar de acercarse a ese concepto utópico que intenta infundir ciertos valores morales que siempre ha rodeado al superhéroe desde los años cuarenta. Protagonistas malhablados, sin llegar a los extremos de Garth Ennis, pero sí con cierta rudeza y en unos términos poco habituales en aquel momento. En definitiva, una de esas series que intentaba aportar su pequeño grano de arena al cambio que ha sufrido el superhéroe desde mediados de los ochenta hasta la actualidad. No es una lectura particularmente dura ni metafórica, sino más bien directa, concisa y decidida a ofrecer un producto de entretenimiento moderno. Algo que bajo mi opinión cumple sobradamente.
Para mi gusto, a los personajes le falta un poco de desarrollo. Las tramas de Ellis, que divide la serie en tres arcos argumentales de 4 números, no se paran a profundizar demasiado en sus protagonistas, quizá un poco en la figura del líder, Jenny Sparks, pero más como vehículo de la historia que quiere contar que otra cosa. La colección se sustenta principalmente en una serie de conceptos que combinan la ciencia ficción con los superhéroes, mucha acción y un dibujo espectacular en el que Hitch está soberbio, en un trabajo en el que se pueden ver claramente sus influencias sobre el arte de Alan Davis. Además, apoyado por las tintas de Neary, casi podríamos decir que es una especie de clon, antes de que desarrollara un estilo más personal en sus siguientes trabajos.
Uno de los aspectos que quiere resaltar Ellis en este grupo es su obsesión por salvar al mundo, a pesar de que su labor no sea reconocida. Prácticamente se postulan como una autoridad superior, de ahí el título, que decide por la Humanidad que es lo mejor para ellos. Curiosamente, el guionista británico parte de una serie de tópicos para sus aventuras, que funcionan bien bajo este lavado de cara que pretende ofrecer al género, sin grandes pretensiones. Todo lo que vemos en esta serie suena a reciclaje argumental, o al menos hoy día lo hace, quizá en su momento algo menos, en lo que parece un intento del autor de demostrar que esa fusión entre lo clásico y lo moderno puede obtener un buen resultado la primera historia, de hecho, no es más que el enfrentamiento contra un megalómano dispuesto a conquistar el mundo desde su isla, con un parecido sospechoso con el Mandarín. Un loco que pretende imprimir en la Tierra el sello de su familia con la figura de un círculo con nudos. Una idea bastante simple en cierta forma que sirve de carta de presentación a un grupo que, de manera consciente o inconsciente, presenta trazas similares a la Liga de la Justicia. Creo que cuesta muy poco ver ahí a diferentes versiones de Superman, Batman o incluso Hawkman, bajo esta pátina héroes sin demasiados reparos, dispuestos a masacrar a su enemigo si con ellos consiguen salvar vidas.
Los siguientes arcos argumentales me han parecido mucho más interesantes, pero también evocan historias vistas en alguna ocasión. Por ejemplo, la invasión de una tierra alternativa, en la que gobiernan unos seres extraterrestres, la Nueva Albión, que pretenden colonizar esta realidad para convertirla en un criadero de híbridos de su especie. Un mundo en el que las guerras mundiales son el pan de cada día, pero que también recuerda en cierta forma esas realidades del Capitán Britania realizadas por diferentes artistas británicos. De todas formas, todo es una escusa para que Ellis se desate en lo que a ciencia ficción se refiere, ofreciendo un amenaza de proporciones épicas que sirve perfectamente a los objetivos de la serie. Finalmente, en el último tramo regresamos al intento de invasión, ahora de naturaleza extraterrestre, pero con ciertos fines dogmáticos, ya que nuestros protagonistas deberán hacer valer su autoridad derrotando al mismísimo dios del a creación. Posíblemente la historia más interesante de Ellis en cuanto a trasfondo e intenciones, pero también en su tono gamberro, ya que lejos de marcar un punto teológico es quizás una herramienta para dar otra patada a lo preestablecido y acrecentar esa presentación de héroes por encima de todo, aunque sea con fines benignos.
En definitiva, una lectura muy entretenida. He llegado a pensar que es una obra pensada para el lucimiento del dibujante, incluso, aunque a lo mejor no sea así del todo. De todas formas, me ha parecido interesante en ciertos aspectos, a pesar de que me parece algo negativo que necesite cierto contexto y actualmente esté fuera de moda. Señalada como una de las principales obras que impulsó al trabajo de Ellis en el mercado estadounidense, con la perspectiva que ofrece el tiempo, creo que ha perdido cierta frescura. Sigue siendo muy entretenida, pero me parece que Planetary ha aguantado mejor el paso del tiempo. También se echa de menos algo más de trasfondo y un poco de desarrollo en los personales, sobre todo para una serie coral como esta, aunque ya Ellis ha demostrado que ese no es precisamente su fuerte en algunos de sus trabajos para Marvel. Sea como sea, Authority es una obra intermedia entre el mejor y el peor Ellis, perfecta para pasar un rato ameno y divertido, en un símil perfecto de lo que puede ser un cómic palomitero o una película de acción disfrutable.