la dejo correr durante dos meses, porque Taneleer Tivan está fuera y volverá para entonces,
Tío, muchas gracias, de verdad. Ha sido todo un detallazo por tu parte.
La verdad es que habría que ser ciego para no darse cuenta de la evidente bandera que el Capitán América porta como uniforme y del sentimiento orgullosamente patriótico que el mismo viene a reflejar de un país al que precisamente le va mucho el rollo de ser orgulloso y patriótico. Todo esto crea alrededor del personaje una polémica proamericana/antiamericana, con mucho rollo político de por medio, que luego, a la hora de la verdad, no te deja mucho margen de maniobra para hacer una lectura aséptica de lo que de verdad es el tebeo.
Como lector veterano del Capitán América, supongo que mi opinión acabará siendo puesta en tela de juicio precisamente por aquellos a los que no les gusta el personaje, pero de todas formas entiendo evidente, por su trayectoria, que Steve Rogers no se identifica con el gobierno de los USA, sino más bien con los ideales sobre los que se construyó su país, unos ideales propios del liberalismo político revolucionario del XVIII y que, en mi opinión, son defendibles frente a cualquier sistema totalitario o represor de las libertades del individuo, se sea americano o de Alicante.
Y tampoco creo que debieran obviarse las razones que hubo detrás del nacimiento del personaje: Joe Simon y Jack Kirby le crearon para empujar a los Estados Unidos a entrar en una guerra ante la que no se debía ser neutral, como entiendo que la historia vino a demostrar para otra más de nuestras vergüenzas como especie.
Al grano. Con alguna que otra duda, ahí van cinco buenas etapas del Capitán América.
1º.- La etapa de Stan Lee y Jack Kirby. Epílogo de Steranko incluido. El Capitán América se incorporó al Universo Marvel sobre la marcha. Tras un pequeño experimento en el Strange Tales protagonizado por la Antorcha, Lee y Kirby le hicieron reaparecer en el histórico Av #4, tomando el testigo de la mano de su viejo compañero de la Golden Age, el Hombre Submarino.
Trabajar con el Capitán América no suponía ningún problema para Kirby (obviamente, era uno de los creadores del personaje), pero tampoco para Lee, que había escrito historias suyas desde 1941; de hecho, el Capi no sólo había sido su primer trabajo profesional, sino además el primero que había firmado como Stan Lee; y de hecho también, ahora que lo pienso, Lee fue el primero en hacerle utilizar el escudo como arma arrojadiza, como luego haría también con el martillo de Thor.
Su planteamiento en esta reaparición consistió en recuperar el espíritu original del personaje más próximo a su creación. Con esta idea en mente, Lee y Kirby decidían cortar su primera andadura en 1945, casi al final de la II WW. Las etapas posteriores a esta época quedaban inicialmente olvidadas hasta que años después Englehart le diese un pedazo de giro a la historia, contándonos que aquel Capitán América que había aparecido en los años 50 también había existido dentro del Universo Marvel.
Al carecer desde un principio de serie propia, tuvo que ser dentro de los Vengadores donde Lee y Kirby desarrollasen la personalidad clásica de Steve Rogers como un hombre fuera de su tiempo que le identificaría durante esta primera andadura. La buena acogida que tuvo su reaparición hizo que 7 u 8 meses después de su regreso obtuviera su título propio dentro de TOS compartiendo cartel con el Hombre de Hierro. A modo de promoción, incluso llegó a coprotagonizar el mes anterior la historia del vengador dorado en el que sería el primer enfrentamiento histórico de ambos personajes.
Con la primera aparición de Jarvis como único elemento destacable, estos primeros números estaban claramente orientados a la búsqueda de un camino por el que llevar la serie, puesto que el desarrollo argumental del personaje (su adaptación a la nueva época que le tocaba vivir, el sentimiento de culpabilidad que le ahogaba por la muerte de Bucky y su enfrentamiento con Zemo) se estaba llevando a cabo dentro de la serie de los Vengadores como un argumento principal.
La solución por la que Lee y Kirby optaron consistió en presentar en TOS una idea bastante similar a la que estaban utilizando en JIM con los relatos de Asgard. Así, a partir del TOS #63 empezaron a contar historias del Capitán América ambientadas en la II WW, con lo que proporcionaron a los lectores un punto comparativo entre las dos épocas que aún se hallaban vivas dentro de la mente del personaje, al tiempo que también conseguían que esos lectores, que en su mayoría desconocían las antiguas historias del Capitán América y Bucky, tuvieran una visión reciente de las mismas y abarcasen una visión más completa de los dos personajes.
Esta idea de ambientar la serie del Capitán América dentro de la II WW no se puede decir que surgiera de la nada. Tres o cuatro meses antes, Lee y Kirby ya habían hecho tomar de nuevo contacto al Capi y a Bucky con la II WW dentro de la serie del Sgto. Furia, destruyendo un túnel que los nazis pretendían construir bajo el Canal de la Mancha (SF #13), siendo aquella aparición la que probablemente les llevó a decidir ambientar las nuevas historias del Capi en su antiguo y original escenario.
Desarrollando la idea, tras unos primeros números que presentaron claros remakes de las historias iniciales del Capitán América publicadas durante la Golden Age, a partir del origen de Cráneo Rojo comenzaron ya a publicarse una serie de historias completamente originales nunca vistas anteriormente.
La que yo considero segunda etapa de Lee y Kirby dentro de la serie, comenzaría con el final de los relatos de la II WW. Esta segunda fase argumental está ya insertada dentro de la época actual que el Capi comparte con los Vengadores, quienes hacen constantes apariciones en la serie. Incluso argumentos que se iniciaban en TOS acabarían teniendo su conclusión final dentro de los Vengadores.
En esta nueva etapa, donde Rogers continuaba tratando de adaptarse a un mundo que había cambiado radicalmente desde su época, el desarrollo del personaje ya empezó a ser objeto de su propia serie y no de la de los Vengadores, donde ahora Lee tenía que dar cabida a Ojo de Halcón, Mercurio y la Bruja Escarlata.
A fin de hacer la transición entre las historias de la II WW y las contemporáneas, Lee y Kirby iniciaron este salto hacia delante a través de la primera saga de los Durmientes, donde la antigua amenaza nazi que había protagonizado los números anteriores se extendía ahora hasta el presente.
Sharon Carter, la Agente 13 de Shield, aparecía inmediatamente a continuación (TOS #75), en el mismo número donde también se presentaba al mercenario francés Batroc. Sharon despertaba vagos recuerdos en Steve Rogers que éste no era capaz de precisar, algo que sería explicado años después por Englehart al revelar que Sharon era la hermana pequeña de Peggy Carter, su antigua novia en los días de la II WW. Y sí, habéis leído bien: inicialmente era su hermana. Por razones obvias, se hizo necesario acabar convirtiendo a Peggy en tía de Sharon, a fin de poder explicar hoy el juvenil aspecto de Sharon y su relación con Peggy Carter.
La creatividad que siempre acababa explotando cuando Lee y Kirby trabajaban juntos en algo, alcanzó al nuevo universo que estaban desarrollando para el Capitán América durante este segundo año de la serie.
El primer hecho trascendente de verdad, tuvo lugar en TOS #78. El Capi volvía a encontrarse con Nick Furia, quien acababa de ser nombrado director de la recién nacida Shield, haciendo ambos frente a un misterioso androide de origen desconocido. El enfrentamiento se saldaba con Furia entregando al Capi una credencial de Shield, lo que acabaría suponiendo el germen de una relación del Capi con la organización que con el paso del tiempo sólo se ha visto superada por su afiliación con los Vengadores, al tiempo que proporcionaría una buena excusa para dar entrada en la serie al complejo mundo del espionaje, algo de lo que surgirían muchos y buenos argumentos en el futuro.
En todo caso, era curioso ver como Furia utilizaba descaradamente a Sharon como medio para atraer a Rogers cada vez más hacia Shield, desarrollándose una vertiente manipuladora en Furia que con el paso de los años iría dando bastante juego al personaje.
El segundo movimiento importante fue llevar a cabo el esperado regreso de Cráneo Rojo al presente, reanudando así una serie clásica de enfrentamientos que ha llegado hasta nuestros días. Con Zemo muerto, creo que Cráneo era la mejor opción a la hora de poner un rostro a la amenaza nazi que estaba en la misma esencia detrás de la creación del Capitán América. El regreso de su contrapartida nazi venía además acompañado en esta misma saga de la primera aparición de IMA, quien además se traía consigo la irrupción del Cubo Cósmico en el Universo Marvel.
En esta misma oleada, Lee y Kirby presentarían a continuación otra de las creaciones más puñeteras de IMA, la primera que yo recuerde en Marvel con inteligencia artificial, el Superadaptoide. Su aparición daría lugar a una de las sagas que más me gustaron en su día de esta etapa y que Roy Thomas llevaría finalmente a su conclusión dentro de los Vengadores.
Y no sería tampoco ésta la última creación planeada por Lee y Kirby para los prolíficos científicos de IMA, puesto que apenas un año más tarde sería Modok quien debutase a continuación en la serie. Viendo las cosas en perspectiva, los científicos de IMA tuvieron que inflarse a cobrar bonus en estos años, puesto que su índice de productividad durante esta época estaba verdaderamente por las nubes.
Desde el punto de vista del desarrollo argumental del personaje, el continuo combate era lo único que parecía sostenerle. La inacción traía consigo los fantasmas que lo atormentaban, y eso le acababa llevando a retirarse por primera vez para poder vivir su propia vida (TOS #95), decisión que tendría su reflejo dentro de la serie de los Vengadores, donde también abandonaría por primera vez el grupo de manera permanente.
Esta crisis de identidad no duraría mucho; eran otros tiempos. Apenas un número después (y con Nick Furia, claro está, de por medio), Rogers reconsideraría su decisión y volvería a asumir su identidad de Capitán América, partiendo inmediatamente hacia Wakanda tras el rastro de la Agente 13.
Esta sería la saga que desembocase en el CA #100, con el Capi adueñándose del título y la antigua numeración de TOS. Particularmente, guardo muy buen recuerdo de ella. Se trataba de una historia en la que el Capitán América, Pantera Negra y la Agente 13 parecían enfrentarse al Barón Zemo original, aunque afortunadamente se trataba de un suplantador. Al final de la historia, el Capi proponía a T´Challa para ocupar su lugar en los Vengadores, en otra más de las interrelaciones que tenían lugar entre ambos títulos.
Y a partir de aquí, conseguido su propio título en solitario, es donde a mí me gusta situar la última fase de la estancia de Lee y Kirby en el Capitán América. En ella, ambos planteaban un Steve Rogers alejado de la esfera de los Vengadores, a pesar de los constantes esfuerzos de Roy Thomas por mantenerle como fuera en el título. Thomas era de la opinión de que los Vengadores debían contar siempre entre sus filas con el Capi, Thor y el Hombre de Hierro, opinión que no era en absoluto compartida por Lee.
Por cierto, no quiero que se me olvide decir que este último Kirby entintado por Syd Shores, es el que más me gusta de toda su estancia en la serie.
Profundizando cada vez más en su relación con Sharon Carter y formando equipo con ella, el Capi hacía frente de manera sucesiva a Cráneo Rojo, el Cuarto Durmiente y los Exiliados. A continuación, era el recuerdo de Bucky el que volvía a atormentar a Steve Rogers, desembocando una vez más la trama en los Vengadores, en el histórico y ampliado remake con el que Roy Thomas llevó a cabo la versión (entonces) definitiva de la muerte de Bucky que se había visto por primera vez en el Av #4.
Un par de números después, tras haber presentado por primera vez al Dr. Fausto, se puede decir que Kirby abandonó la serie con una historia de rememoranza en la que Rogers le contaba a Nick Furia su origen como Capitán América y su encuentro con Bucky Barnes. Aunque aún haría un último número insertado en medio de la historia de Steranko, a partir de este momento Kirby dedicaría sus esfuerzos únicamente a Thor y los 4F.
El Capitán América de Kirby era un tebeo muy rápido. Todo en él era acción y dinámica narrada a través de las clásicas viñetas cuadradas o rectangulares de la época, mostrando siempre unas perspectivas acojonantes (lógico, era Kirby) y con ocasionales y espectaculares pin-ups para que te corrieras de gusto.
Cuando Kirby se marchó, Lee pensó en lo bien que había funcionado Steranko con el Capitán América durante aquella historia que se había montado con Garra Amarilla y Nick Furia dentro de Strange Tales.
Steranko, que venía de obtener un gran éxito en la nueva serie de Furia, se trajo con él su nueva manera de entender los tebeos, rompiendo con (casi) todo lo que se había visto hasta entonces a fin de mostrar unas composiciones de página nuevas, llenas en ocasiones de influencias tanto dalinianas como psicodélicas, utilizando en otras una narrativa cuasicinematográfica que nunca antes se había visto de una manera tan descarada y tan bien conseguida, y dibujando rostros que se desvanecían en el infinito o puertas situadas en medio de ninguna parte a fin de evocar los paisajes oníricos reflejados por el Salvador Dalí que en aquella época arrasaba en los USA y especialmente en Nueva York. Incluso se permitía el lujo de emplear una evidente estética sadomaso para presentar a su nueva "Madame" Hydra, tacones, látex y látigo incluidos.
Con todo, Stan Lee pensaba que aquello era demasiada innovación para una serie tan standard como el Capitán América. E igualmente, Steranko tampoco se sentía cómodo con las ideas de Lee. Por poner un ejemplo, Steranko odiaba a Rick Jones. Consideraba que era una presencia innecesaria que le ralentizaba la historia. Por el contrario, Lee estaba convencido de que el Capi necesitaba un compañero (luego, finalmente, ese compañero no acabaría siendo Rick Jones, sino el Halcón).
El remate fue que a Steranko no le gustó absolutamente nada que le interrumpiesen la continuidad de la historia que en ese momento estaba contando para meter la que acabaría siendo última historia de Kirby.
Todo vino a desembocar en que Steranko sólo llegase a hacer tres tebeos del Capitán América, tebeos que no obstante sirvieron para presentar en sociedad a la nueva "Madame" Hydra, y para narrar, con los Vengadores de por medio, un espectacular enfrentamiento del Capi y Rick Jones contra Hydra que años más tarde le serviría a Englehart para montarse una estupenda secuela dentro de la propia serie de los Vengadores.
Y hasta aquí. Como véis, para un adecuado manejo del ladrillo, hay que empezar las casas por los cimientos. Mañana os hago un bonito porche para que podáis leer los tebeos al sol. Y con los pies en alto, por supuesto.