A mi me parece que al final, dependiendo de la obra o el autor, la moralidad acabaria siendo mas o menos tajante.
Hoy es este señor. Mañana es Toriyama, Claremont, Miller o Moore, y dudo mucho que la gente se deshiciera de sus colecciones. Que se sentirian defraudados, seguramente, que seguirian leyendo Dragon Ball y riendose con las salidas de tono de Mutenroshi, también.