Uno de los mejores cómics que he leído últimamente.
Se nota que Brubaker sabe contar buenas historias sobre redenciones en situaciones complicadas y donde la línea de lo bueno y lo malo es absolutamente gris. El argumento cuenta la trayectoria de un exvillano, que acaba dentro del programa de protección de testigos. Habla del cambio de una vida cargada de adrenalina, a lo insulso de lo cotidiano: "
Soy un archivero"
Lo mejor del cómic es cómo cuenta lo que ocurre y lo hace acompañado de un estilo de dibujo muy apropiado para este tipo de historias. El dibujante Sean Phillips se pone a los lápices como ya hiciera en la serie Criminal... se nota que guionista y dibujante se complacen de trabajar juntos.
Una obra que recomiendo encarecidamente a aquellos lectores por encima de los treinta años, porque es en ese rango de edad en la que se mueve el protagonista... y ya sabeis que el buen cómic siempre está impregnado de ese aura que a uno le incita a desarrollar la empatía...