La presencia de un Wilson Fisk, alias Kingpin de etnia afroamericana en el bodrio esperpéntico protagonizado, por decirlo de alguna manera, por el siempre paupérrimo Ben "carrillos a tener en cuenta" Affleck, es un insulto al buen gusto y a la dignidad del correcto lector de comics, lamentable amigos. Roza el sacrilegio, y desde ya incido en que no hay ni un atisbo de discriminación racial en este comentario amigos, pues dejando a un lado el hecho de que semejante prejuicio es un sinsentido en su esencia intrínseca y denota poca capacidad intelectual y un nulo desarrollo cognitivo, así como una cultura básica deficiente; el quid de la cuestión se fundamenta en el nulo respeto a la sacrosanta versión original de Stan Lee y John Romita. NO vean esa película amigos, y si la han visto hagan un esfuerzo por eliminar su hedionda huella de sus cerebros. A menos que pertenezcan a ese extenso grupo social compuesto por gente mediocre y simple. Entonces sí, véanla, les gustará amigos. Es un consejo.
-El intelectual-